Tercer libro de "Distorsión".
Portada hecha por la asombrosa @SaraBsMha (¡Gracias ^o^!)
El futuro puede alterarse, el destino ha sido decidido y un nuevo camino se abrió desde el momento en que todo comenzó. Una nueva superheroína y nuevos retos que...
Han pasado 84 años... ¡NAH! Que va, ¡hola mis cutie pies! Perdón por tardar en traer este cap. ;-; tenía mucha tarea, estaba cerrando el semestre, al escribir este capítulo no me satisfacía, me sacaron las muelas del juicio, mi pierna me comenzó a doler a tal punto que no podía caminar, mi gato se fue de casa y regresó días después en fin :') ¡¡¡PERO YA!!! ¡A ENTRARLE AL CAP. >:D!
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—Así no quería pasar mi primera convención de anime— espeté con el ceño fruncido mientras Adrien y yo nos escondíamos de un grupo de fangirls locas.
—Lo siento, es que nadie sabe que soy otaku— se disculpó, jugando con sus dedos y haciendo un puchero.
—Lo dices como si ser otaku fuese pecado— lo miré con una ceja alzada.
—No es que quiera ocultarlo, es que m-
—Ahórrate tus comentarios Agreste, basta de wiriwiri que hay que salir de aquí— lo tomé de la mano con firmeza.
—¡Me tomaste de la mano!— Sonrió embobado, hasta yo podía ver los corazones estilo caricatura que le salían.
—Ajá ajá, sí mi amor, para que no te quedes atrás— lo saqué de su transe. —¡Ahora corre!— Salimos a máxima velocidad, siendo perseguidos. —¡¿Por qué tienes que ser modelo?!— Pregunté retóricamente.
Avanzamos un par de calles más pero al parecer no dejaban de seguirnos. En eso, divisé la entrada al metro. (Con un poco de suerte...).
—¡Adrien ven!— Lo jalé hacia las escaleras de la entrada del subterráneo.
—¡______, no estarás pensando lo que creo que estás pensando!— Exclamó preocupado.
—¡Necesito un paseo más en Thomas!— Lo arrastré hacia el metro cuyas puertas se estaban empezando a cerrar.
—¡______ NO!
—¡______ SÍ!— Grité en el momento que pegué el salto y ambos aterrizamos en el piso del vehículo justo unos 5 segundos antes de que se pusiera en marcha. —Yeah baby, no he perdido mi toque— me puse de pie, sacudiendo mi ropa de cualquier polvo.
—Ahora veo cómo es que te metes en problemas— el rubio me regañó.
—Sí, por suerte logro salir de ellos— sonreí mostrando los dientes. —Ahora ven— tomé su muñeca para jalarlo conmigo, él solo se dejó llevar, parecía que lo disfrutaba.
