Tercer libro de "Distorsión".
Portada hecha por la asombrosa @SaraBsMha (¡Gracias ^o^!)
El futuro puede alterarse, el destino ha sido decidido y un nuevo camino se abrió desde el momento en que todo comenzó. Una nueva superheroína y nuevos retos que...
—¿S-seguros de que es una buena idea?— Cuestioné temerosa, sentada sobre las piernas de Violet, estilo princesa.
—¡Somos jóvenes y pendejos! ¡Claro que sí!— Exclamó Bob, de pie sobre las ruedas de la silla giratoria y aferrándose al respaldo.
—Vamos ya— animó Violet, sentada en la misma.
Nuestro amigo castaño nos impulsó con fuerza por las escaleras.
—¡¡AAAAAAHHHHHHHHH!!— Gritamos los tres como locos y en un tono quebradizo por los rebotes causados por cada grada.
—¡NO ME ARREPIENTO DE NADA!— Exclamó el chico.
Sin embargo, justo cuando debíamos doblar en una esquina, de esta salió Adrien corriendo.
—¡¡AGUAS!!— Grité preocupada.
El rubio frenó su paso bruscamente al vernos acercarnos, mientras que Violet y Bob giraron con fuerza la silla hacia la izquierda para no chocar con el oji verde. Provocando que nosotros tres saliéramos volando y chocando con varias gradas hasta terminar en el suelo.
—¡¡¡______!!!— Escuché a mi novio gritar con angustia y sus pasos se acercaron a mí rápidamente. —¿Preciosa, estás bien? ¡Respóndeme por favor!— Me ayudó a sentarme con delicadeza.
Solté un quejido. —¡Pvta madre! ¡Bob, te voy a mandar al hospital si es que esta caída no te hizo miércoles lo suficiente!— Gruñí, viendo al castaño con los ojos entrecerrados que estaba tirado por allá mientras me apoyaba en Adrien intentando ponerme de pie.
—Agh— Violet también se quejó al sentarse y poner una mano en su cabeza, masajeándola.
—¡¿Qué demonios hacían?!— Adrien alzó la voz, con le ceño fruncido.
—Tirarnos por las escaleras en una silla giratoria— Bob respondió sin molestarse de ver a alguno de los presentes o si quiera de levantarse de su posición.
—¿Por qué siempre que hay alguna situación arriesgada de alguna u otra forma tú estás implicada?— Me miró con seriedad.
—¡Oi!— Me hice la insultada. —No es mi culpa estar en el lugar equivocado en el momento equivocado— sollocé dramáticamente.
