Tercer libro de "Distorsión".
Portada hecha por la asombrosa @SaraBsMha (¡Gracias ^o^!)
El futuro puede alterarse, el destino ha sido decidido y un nuevo camino se abrió desde el momento en que todo comenzó. Una nueva superheroína y nuevos retos que...
—¡¿Cómo que no vendrás?!— Exclamé con molestia a mi celular haciendo que algunas personas voltearan a verme. Me encontraba dentro del museo del Louvre esperando a mi Tomatito.
—Sé que lo planeamos pero es que Marc está muy mal. Está alucinando y ¡cree que te mató otra vez!— Dijo Nath.
—¡¿Qué?!— Inmediatamente me preocupé. —¡No! Ponme en altavoz— esperé unos segundos y seguí hablando. —¿Marc?
Se escuchó un pequeño sollozo. —¿__-______?— Preguntó con un tono congestionado.
—Tranquilo Marc, aún sigo vivita y coleando— lo reconforté.
—¿E-en serio? Porque yo- ¡oh! ¡Mira, ese perro tiene la cola peluda!— Alcé una ceja extrañada al escuchar lo último.
—¡Marc, esa es la alfombra! Ugh, ¿ya ves?— Lo imaginé rodando los ojos.
—Uy sí, debes quedarte con él. Solo cuídate y dile que le deseo que se mejore.
—Gracias te lo compensaré, hasta luego— cortó.
Suspiré rendida y guardé mi celular. Ya que estaría sola el día de hoy, decidí recorrer el museo en busca de inspiración para dibujar o simplemente turistear. Estaba admirando la pintura de "La libertad guiando al pueblo" cuando me dio un dolor en mi abdomen bajo. (¡Se me sale la chimichanga!) Pensé y corrí al baño.
Para mi fortuna no había ninguna chica, algo raro ya que en los baños de mujeres normalmente hay fila.
—No debiste comer mucho, ______— Angiee decidió esperarme por los lavamanos.
—¡Ya lo sé!— Respondí con frustración y pasé un buen par de minutos. Cuando salí, tenía una expresión de alivio. —Pobre alma en desgracia la que decida entrar a ese baño porque creo que lo tapé— reí lavándome las manos.
Mi kwami negó con una sonrisa divertida y se ocultó nuevamente en mi cabello. Al abrir la puerta, choqué con Ladybug y ambas caímos al suelo.
—¿Motitas?— Pregunté sorprendida.
La azabache se destransformó, al parecer se había quedado sin tiempo. —Rayos— susurró y me empujó hacia el baño, cerrando la puerta detrás de sí y tomó un macaron de su bolsa rosada para alimentar a Tikki.
