Tercer libro de "Distorsión".
Portada hecha por la asombrosa @SaraBsMha (¡Gracias ^o^!)
El futuro puede alterarse, el destino ha sido decidido y un nuevo camino se abrió desde el momento en que todo comenzó. Una nueva superheroína y nuevos retos que...
—La sesión fotográfica tardó más de lo esperado— comentó Adrien mientras caminábamos a mi casa tomados de la mano.
—Seh, el fotógrafo no nos quería dejar ir— solté una risa apenas audible. —No sé qué hora es— no me molesté en ver mi celular.
Sin embargo, el rubio sí sacó el suyo y vio la hora. —Uy— susurró preocupado.
—No me digas que es muy tarde— lo miré alarmada.
—¿Las 8:30 es muy tarde para ti?— Me mostró su pantalla, apenado.
—Ya valimos pinga— sudé frío. —Por cierto, ese no es mi mejor ángulo— señalé a su celular indiferente.
Él volvió a ver la pantalla. —Tomé la foto cuando estabas desprevenida— se encogió de hombros. —A mí me gusta.
Sonreí. —¿Y le pusiste photoshop para agregarte en la imagen?— Alcé una ceja.
Rascó la parte trasera de su cuello asintiendo.
—Me pudiste haber pedido una foto ¿sabes? Hubiéramos tomado una selfie.
—No hace falta. Ahora pondré de fondo de pantalla la foto que nos pasó la guía de turistas— replicó emocionado.
—Oh, sí. Esa— susurré y bajé la cabeza.
Al llegar finalmente a la puerta, saqué mis llaves y entramos. El pobre aún no quería lidiar con los gritos y la mirada desaprobadora de su padre.
Pero la suerte se nos acabó. Ambos quedamos paralizados con una expresión de horror al ver a mi madre con Nathalie y Gabriel en la sala cruzados de brazos, se les notaba de lejos su enojo.
Tragué en seco. —Creo que ambos tendremos que lidiar con la furia de tu padre— le murmuré a Adrien sin dejar de ver a los adultos.
—Eso parece. Lo siento— vi de reojo su expresión preocupada. —¿Qué haces aquí, padre?— Finalmente logró decir algo.
—¿Crees que no tengo archivada la dirección de la casa de la chica que le interesa a mi hijo?— Espetó sin ninguna vacilación.
Adrien se volvió un tomate inmediatamente.
Yo solo desvié la mirada. —Incómodoooooo— comenté con un tono más agudo de lo normal.
—Lo que hicieron ustedes dos hoy es inaceptable. ¡Literalmente huyeron!— Mi madre exclamó enojada. —¿Y ______? Me decepcionaste al no decirme nada.
