15.-Rune: Bárbaro hasta el final

1K 96 76
                                    



Si no fuera por el tono rojizo de sus mejillas diría que no me ha oido, pero sé perfectamente que lo ha hecho. No sé si es algún tabú cristiano o simplemente es que no quiere aceptar pero, en teoría, debería, ¿no? En teoría todo esto ya ha pasado y tenemos hijos. Sigue siendo raro de pensar, pero he llegado a la conclusión de que los dioses saben mejor que yo lo que está por llegar. Ahora ya no creo que sea Loki gastándome una broma. Creo que me guía Odín. Sin duda él me ha llevado a Maeve. Levanto la mano y le acuno el rostro, que además de estar ruborizado parece contener una gran cantidad de confusión. Acaricio su mejilla esperando a que hable pero no lo hace.

—Maeve, en teoría tienes que contestar.—

—¿Se supone que iba en serio?—

—Por supuesto que iba en serio. ¿Me tomas por esa clase de hombre que jugaría con algo así?—Le pregunto ligeramente ofendido.

—No te tengo por un hombre, para empezar.—

—Pues tus gemidos no piensan lo mismo.—Me gano un empujón pero finalmente sonríe.—Dame una respuesta.—

—No puedes hablar en serio.—

—Que sí.—

—Rune apenas nos conocemos. Yo dudaba de que fuéramos incluso pareja.—

—Anoche no dudabas.—Otro empujón pero esta vez dejo que me tire sobre su cama de espaldas y la atraigo conmigo, dejándola encima de mi cuerpo. —¿Si no dices sí, debo tomármelo como que estás diciéndome que no?—Parece pensarlo durante unos segundos y finalmente responde.

—Sí.—

—Si te casas conmigo o si es un no.—

—Sí.—

—Maeve.—La riño porque está jugando conmigo y lo sabe. Empieza a reírse descontroladamente mientras se sujeta apoyándose en mi pecho. La miro desde abajo, con el pelo una trenza mojada y algunos mechones escapándose hasta su rostro. Muevo la mano y los meto detrás de su oreja para poder admirar su rostro. No concibo algo más hermoso que Maeve, algo más especial o mágico que ella. Funde mi alma con esa mirada verdosa que iguala a las mayores riquezas de este mundo. —Dame una respuesta.—

—¿De verdad la necesitas? En teoría tenemos hijos.—

—La necesito, sí.—

—¿Casarme contigo me convertiría en la señora Ericson?—Asiento y una sonrisita se dibuja en su rostro. La idea de que sea mía es demasiado atractiva como para dejarle más tiempo para pensárselo. Empiezo a hacerle cosquillas en las costillas haciendo que se ría de nuevo.—¡Está bien! ¡Seré tu esposa!—Me chilla y suspira. —Pero para eso necesito encontrar una manera de...—Tiro de ella para callarla con mi boca porque puedo notar la tensión que sale de su cuerpo. Me devuelve el beso sin mucho miramiento, clavando los dedos en la carne de mi pecho hasta que me saca un pequeño gruñido. Juntamos nuestras lenguas mientras muevo mis manos ahora por su espalda.

—Me molesta tu ropa. Quitátela.—Le murmuro entre beso y beso, recuperando un poco de aire extraviado. Sonríe y me da un beso inocente, demasiado para lo que quiero hacerle. Se quita la parte de arriba primero, descubriéndome de nuevo esas extrañas ropas que no cubren para nada su cuerpo, lo cual agradezco. El futuro sin duda tiene cosas apasionantes. Toco la tela fascinado de como alguien pueda bordar así. Ni siquiera imagino cuantas horas se tardan en fabricar esto, cuantas manos de experimentadas mujeres toman estas diminutas telas. Cubro sus pechos con ambas manos y los masajeo con fuerza hasta que lo noto endurecerse contra las palmas de mis manos.—Eres una diosa, Maeve.— Justo cuando no creo que pueda ponerse más hermosa se lleva la mano al final de su trenza para soltarla pero le paro las manos.—

Hiraeth ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora