21.-Maeve: Los lobos

766 87 55
                                    


Me despierto antes de que salga el sol, simplemente porque dormir en esta cama es complicado. No es cómoda, no para lo que estoy acostumbrada y aunque eso me haga quisquillosa, me da igual. Tampoco puedo pasar por alto el olor a comida que me aprieta el estómago recordándome que apenas comí ayer por la tristeza. Solo yo podría viajar en el pasado y a la vez provocar que mi novio viaje al futuro. Me siento en la cama y miro el sitio con más detalle, ya que me guste o no, será mi hogar hasta que Rune logre venir a por mi. El gran agujero del techo llama mi atención, pero claro, es la única vía de escape para todo el humo que provoca el fuego. Es increíble, de verdad que lo es, porque he pasado años obsesionada con todo lo referente a los vikingos y aquí estoy, siendo parte de su realidad, de la historia. Me parece tan impresionante el hecho de que, ahora, son mi vida, formo parte de la historia de una manera que ni siquiera podía concebir, de una manera que casi ningún humano podría imaginar. Suspiro mientras me pongo de pie, sintiendo el peso del vestido en mis hombros y el rudimentario suelo desigual bajo las suelas de las botas. Este sitio huele a hogar, de una manera diferente al mío, pero a hogar. Es cálido, de una manera básica y práctica, pero cálido.No quiero ceder a ese agujero de ansiedad que me recuerda que estoy sola, que no tengo a Rune como apoyo y que pasaran horas hasta volver a verle, aunque sea en mis sueños. Veo a Frigg y a Egil bajando rápidamente para sentarse en la mesa, riéndose de que Egil casi tropieza y se cae por las escaleras. Son niños normales, por supuesto. Pongo mi mejor cara y bajo las escaleras para acompañarlos, después de todo, son mi familia, ¿no? Al menos de manera política... Dentro de poco, creo. Todo es muy confuso. Egil me mira y me sonríe de manera tímida, supongo que se encuentra en esa edad en la que te da vergüenza existir porque estás desarrollándote. De hecho, se parece bastante a Rune y eso me hace ponerme triste porque por desgracia nunca podré ver fotografías de Rune de niño, saber si tenía el pelo también rubio y se le oscureció con los años o si sus ojos fueron siempre grises.

—¿Tienes hambre, Maeve?—Me giro al oír la voz de Estrid a mis espaldas. La miro sonreírme formando pequeñas arrugas a los lados de sus ojos y alrededor de su boca. Es hermosa, mucho. No sé determinar a quien se parece Rune, supongo que es una mezcla de ambos.—Siéntate, vamos, ayer no comiste nada, debes estar hambrienta.

—¡Ven conmigo tía Maeve!—Chilla Frigg en un inglés muy básico. Me giro y la miro sonreír, faltándole algunos dientes. Quiero reírme porque me recuerda mucho a Elsbeth a su edad.

—No es tu tía, es la novia de Rune.—

—¿Esposa?—Pregunta ella confundida. Supongo que aquí no pasan mucho tiempo siendo novios... Me siento al lado de la cría, dejando que me toque el pelo de manera obsesiva, acariciando las puntas con cuidado. Sus pequeñas manos son delgadas y ya cuenta con alguna cicatriz que me dan ganas de llorar.

—Será la esposa de Rune, sí. Eso la convierte en tu hermana, ¿vale?—

—¡Hermana!—Chilla la niña emocionada abrazándose a mi brazo. Le acaricio el pelo durante unos momentos y ella me mira con los ojos llenos de brillo. Realmente es difícil no quererla aunque me duele un poco no poder compartir esto con Rune, intento poner mi mejor cara porque ahora ellos son mi familia también y tengo curiosidad por conocerles. Miro como la madre pone los platos de madera y metal encima de la mesa, con pan, carne y patatas. La comida es básica, pero algo en el aspecto que tiene o en como huele, me hace pensar que de algún modo, es mejor que la de mi tiempo. Sé que en el futuro casi todo el mundo se puede permitir comer carne, comprar pasta y salsas, pero esta comida, ha crecido en la tierra, sin químicos, sin añadidos, sin aditivos, nada. Totalmente natural. Incluso el tamaño de la patata me fascina porque es más grande que mi mano. Eric y su esposa se sientan en la mesa, justo delante de mi, mirándome con tanta curiosidad como yo los miro a ellos. Egil, el hermano menor de Rune también me mira, pero evita el contacto visual conmigo, supongo que vergüenza.

Hiraeth ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora