3.-Rune: Siguiendo el juego de Loki

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Veo a Kari acercándose y me temo que haya sido convencida por mi madre para casarnos. Lleva el pelo recogido a lo alto de su cabeza y una sonrisa tímida mientras se acerca. Acaricio a mi caballo que relincha al ver a alguien que no considera de la familia. Ella agacha un poco la cabeza cuando me ve y se queda parada cerca de la puerta. El frío es horrible por lo que cojo una de las pieles sobrantes y se la pongo encima a mi caballo, que mueve las patas rápidamente. Kari se asusta y retrocede un paso.

—Tranquila, no te hará nada. Es un buen caballo.—Digo intentando no asustarla. El problema con Kari es que, ella ya siente algo por mí. Lleva sintiéndolo desde niños. Me mira de una manera que me incomoda porque siento que tengo que llenar un vacío que ni siquiera veo. Sé que no es la indicada porque al mirarla no siento nada, solo cariño, como puede ser una hermana o una prima.

—¿Podemos hablar, por favor?—Asiento lentamente y ella mueve la cabeza hacia fuera del establo. Empieza a caminar lentamente, dejando huellas en la nieve mucho más superficiales que las mías. Quisiera poder sentir lo que siente ella porque sé de buena mano que Kari es buena persona, atenta y tiene buen sentido del humor, pero, no puedo ser lo que necesita. Se acerca a la orilla del mar y mira a lo lejos. Siento que Kari es bonita, desde luego, pero nunca llamó mi atención. Paso la mirada por sus mechones rubios, adornados con abalorios y telas.—Tu madre ha venido a verme, de nuevo.—

—Lo siento.—Es todo lo que puedo decirle.

—No lo sientas. Tu madre es buena mujer. Se preocupa por ti.—Sonríe mirándome fugazmente. —Creo que me tengo que disculpar contigo, Rune.—

—¿Por qué?—Eso me pilla desprevenido. La miro curioso porque desde luego no es culpa suya que mi madre la acose.

—He dejado que seas tú quien cargue con la responsabilidad de rechazar esta unión cuando realmente es algo que yo tampoco quiero.—Eso si es inesperado. Sigo escuchándola, dándole tiempo a que ordene sus palabras. El aire es tan frío que temo que nos pueda cortar en dos, pero Kari no se mueve, mantiene la mirada fija en el mar. —Estoy enamorada de Björn desde hace un tiempo. Hubo un momento en el que, no te voy a mentir, tuve sentimientos por ti, pero seamos honestos, yo no soy lo que tú quieres. Björn es amable y gentil, me hace sentir especial y el tiempo que paso con él es preciado para mí.—

—Me alegro de que Björn y tú os hayáis encontrado, Kari. Estoy seguro de que tendréis mucha felicidad juntos.—No puedo evitar sentirme feliz por ambos. Realmente es la unión que tiene más sentido de todas. Ambos se parecen mucho. Buenos con los niños y animales, pacientes y bondadosos. Ambos rechazan de mala gana todo tipo de violencia y disfrutan de cosas sencillas como labrar el campo.

—Le he dicho la verdad a tu madre así que dudo que vuelva a insistir.—Me sonríe y casi quiero abrazarla. Me alegro tanto por ellos que mi sentimiento de envidia sana es mínimo. —Pero, Rune, ¿es que no quieres una mujer?—

—Aún no la he conocido.—Le admito sacándole una sonrisa. Ella niega con la cabeza y por algún motivo la bruja de mis sueños vuelve a mi mente.

—Si tardas mucho más tu madre te hará concebir hijos con tu caballo.—Ambos nos echamos a reír mirando la nada.

—Entra dentro Kari, vas a helarte.—

—Siempre tan considerado.—Ella pone los ojos en blanco y empieza a caminar hacia las casas de nuevo. Dejo de seguirla con la mirada y pienso en mis propias opciones. Negar que me siento algo solo sería estúpido pero tampoco quiero arruinar la vida de alguna buena mujer simplemente por sentirme solo. ¿Es tonto que quiera sentir amor no solo compañía? Quizás mi destino no incluye amor de una mujer o de hijos, quizás mi destino solo está en el mar, navegando con Njord.

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