Prólogo

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—¿Creen que esto es normal? ¿Acaso está mal? —cuestionó angustiado el menor de todos.

—No es lo tradicional, pero eso no lo hace anormal. Solo estamos fuera de las reglas estereotipadas. —respondió el chico de ojos color miel— Esto es lo que sentimos Erick, y nuestros sentimientos nunca serán algo malo. Solo debemos ser valientes, luchar. Aunque es normal que temas, que te cuestiones. Pero si nos apoyamos los tres lo sobre llevaremos de la mejor manera para nosotros. Ya verán chicos. 

—Christopher tiene razón. No es lo común, pero es bueno. Pero ¿Qué más da? ¿Qué no dicen que lo normal es aburrido?, solo nos estamos dejando llevar por nuestro sentimientos, y como ya dijo Christopher, sentir nunca estará mal. Yo lo siento estupendo, nadie me puede decir que esta mal cuando me siento tan bien y feliz con ustedes. —expresó el chico rizado decidido— Yo no quiero alejarme de ustedes sólo por lo que la sociedad dictamine lo correcto o lo incorrecto y no lo haré. Me importan una mierda todos. Que se vayan al diablo. —dijo sacándole unas risas a sus chicos, a pesar de lo tenso que está el ambiente.

—Tienen razón, lo siento, lo siento. No quiero dudar, no quiero ser un cobarde, lo siento. Solo... es que a veces me rebasan los sentimientos y pensamientos. Lo siento. Es que..... —soltó un gran suspiro buscando aligerar la incomodidad en su pecho— No quiero arruinarlo, no quiero perderlos. No puedo perderlos.

—No pidas perdón por decir lo que sientes, Erick, tenemos que comunicarnos para entendernos y que todo vaya mejor. También sabes que nosotros estamos aquí para protegerte. Siempre y contra todos y todo.

—Estoy de acuerdo con Joel. Además no nos vas a perder. Te lo aseguro, se los aseguró. Tendrán Chris para rato. Y siempre contaran conmigo —habló el mayor brindándoles una sonrisa reconfortante.

—Ush, que mal, te tendremos que aguantar. —se burló Joel de él.

—Por favor, sabemos que me adoras, totalmente lo haces. Es que te gusta hacerte el duro.

—La verdad si, te adoro, los adoro. No saben cuanto. —contestó— Todo está bien y todo saldrá bien para nosotros, se los aseguró. —dijo después el mexicano sonriendo como bobo. Contagiando a los otros dos.

—Los quiero tanto, tanto. Vengan. —los atrojó el menor para un fuerte abrazo, en el que se fundieron proyectando todo el amor que sienten— Estamos bien.

Pretend //CNCO\\ JopherickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora