Christopher, Joel y Erick son mejores amigos, unos muy peculiares. Unos que no pueden estar separados nunca. A los que las palabras lindas y de amor nunca les faltan. El apoyo que se brindan entre ellos es inmenso. Tienen una conexión tan electrizan...
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Tres semanas más tarde
―¿Por qué eres así? Te encanta alborotar.
-Erick tiene razón, te gusta alterar todo a tu alrededor, siempre sacando fotos en toalla, subiendo historias sin camisa. Siempre mordiéndote el labio. ¡Es que te encanta! -dijo un muy indignado Joel, apoyando a Erick.
-Obvio no, locos, no exageren. Es simple casualidad que cuando me entran ganas de subir algo a redes esté en esas condiciones. No es mi culpa. -se defendió el ecuatoriano.
-Sí, claro, por supuesto, obviamente, desde luego, afirmativo, exce-...-decía sin parar el pelinegro.
-¡Ya! Babe, entendí, ya, me estas dando la razón sarcásticamente, comprendo. -frenó el castaño al menor, lo miro con cansancio, pero aun así una sonrisa llena de diversión adornaba su rostro, al igual que al mexicano que se encontraba en su cama totalmente divertido con la situación.
-Y no solo se trata de tu falta de ropa, sino, que vienes y le pones a la foto: listas para lo que se viene cncowners. Sabiendo perfectamente que tenemos prohibido dar alguna pista a las fans. Dicen que yo soy bardero, que soy dramático, que soy una diva, aunque bueno, si soy diva, o sea, solo mírenme, bueno, me fui del tema. -divagó desconcentrado el rizado.- Lo que trato de decir es, que tú eres peor que yo en ese sentido, pero engañas con esos ojos que aparentan inocencia. Y lo peor de todo es que de inocente realmente no tienes nada. -expresó en dirección a Christopher.
-¿Qué dices, Joe? No sé de qué hablas. -se hace el desentendido el mayor.
-Por supuesto que no. -ironiza Joel.
-Pero, ahora que lo pienso, ¿por qué les afecta tanto, mis amores? -preguntó socarrón.
-No me afecta/ ¿Quién dijo que lo hace? -hablaron al unisonó los menores.
-Yo digo que sí, y bastante, por lo visto. -respondió con burla el de ojos miel.- ¿O no es eso?
-No lo hace. -dice tajante Erick.
-Entonces, están celosos. -finaliza él.
-¡NO! -grita en respuesta el de ojos verdes.
-Sí
-No
-Sí
-No
-Sí
-No
-Sí
-No
-No
-Sí -dijo rápidamente el menor- Maldición. -soltó al darse cuenta de su error. A lo que el castaño se largó a reír.
-¿En serio caíste en un truco tan mediocre, Erick? -cuestionó el mexicano sin creerlo- Que decepción, yo no te eduque así. Renuncio a ti. -exageró Joel con total dramatismo.
