Capítulo Doce Punto Uno: Perdóname

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Una vez estuvieron solos en la habitación el ambiente se tornó un poco tenso, rayando la incomodidad, ya que el pelirrojo en la tarde entera no dio su brazo a torcer y continuo sin hablarle a Zabdiel

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Una vez estuvieron solos en la habitación el ambiente se tornó un poco tenso, rayando la incomodidad, ya que el pelirrojo en la tarde entera no dio su brazo a torcer y continuo sin hablarle a Zabdiel. Aun así, después del boricua dictar que tenían que hablar, siguió haciendo muchos intentos por obtener la atención de su amigo.

—Richard, por favor. Te lo ruego, haré lo que quieras, pero perdóname. —rogó

—Que no, Zabdiel. Deja de insistir.

—Si dejo de insistir podría ser peor. —replicó  el chico.

—¿A qué te refieres? —su tono fue lleno de intriga y expectación. Y el otro comenzó a hablar con desespero.

—Leí por ahí, que, si uno no intenta arreglar en lo que fallamos, las cosas pueden empeorar, agrandarse y el vínculo se puede perder, las cosas se tornarían incomodas, llena de problemas, desacuerdos, hasta quedar en nada, o en el peor caso, en algo toxico. —dijo exaltado. Y asustando un poco al pelirrojo.

—Zabdi, no Zabdi. Volaste. Eso es algo grave, mejor dicho, eso seria en un caso de gravedad. Por un enojo insignificante de mi parte, nuestra amistad no se arruinará ni se volverá toxica. Nada de eso. No te mortifiques. —calmó con una hermosa sonrisa perezosa— Además, eso que dijiste, suena mucho a una relación amorosa y no a una amistad. —lo último fue con picardía en demasía.

—Lo sé, me pase un poco ¿verdad? Bueno, es que me asuste. Y si, eso que leí se trataba sobre la relación de pareja, pero me pareció que aplicaba para todo. —admitió sincero— Entonces, ¿me perdonas?

El pelirrojo contuvo una gran sonrisa que quería surcar de sus labios, y con el semblante más serio que pudo, contestó— No. —con determinación en su voz. Y tomo camino hacia el baño, pero el más alto fue veloz y lo abrazo por la espalda, apretándolo contra sí.

—Vamos, Richie lindo. Por favor. —pidió en un susurro en su oído, y el dominicano sintió a sus nervios florecer y su actitud flaquear.

—Bien, Zabdi bonito. —se rindió al fin. Respondiendo al apodo que los dos utilizan cuando el otro está enojado. Haciendo que por fin el rubio pueda estar en paz, sin ninguna mala sensación en su pecho— Pero no lo vuelvas a hacer, lo que te digo a ti, es así, solo a ti, ¿te quedo claro? —terminó diciendo tajante.

—De acuerdo, Richie. —habló poniendo su mentón en el hombro del contrario— No me gusta estar así contigo, Richard. Lo siento mucho, de corazón.

—Ya, ya te lo dije, te perdono. —contestó el pelirrojo.

—¿No quieres hablar de algo más? —interrogó con algo en su mente.

—¿Cómo qué?

—El beso.

—Oh... el beso... ¿Qué pasa con eso?

—¿No tienes nada que decir? —rebuscó con esperanza el rubio. Trayendo el recuerdo a la mente del pelirrojo.

Flashback

Ambos chicos sentían sus nervios flotar en el aire, sus corazones sin ellos entender por qué se aceleraron, tanto que ellos pensaron poder oírlo, pero eso no detuvo al rubio juntar su boca con la del dominicano en un precipitado beso, y cuando sintieron sus labios en contacto con los contrarios, ahí fue verdaderamente donde sus corazones retumbaron, sintieron esa arrasaste descarga en su estómago, en sus cuerpos, esa que hace tanto ninguno de los dos había vuelto a sentir, en esos diez segundo sus cuerpos experimentaron sensaciones que los abatieron, y mucho más por ser causada por su amigo. Pero eran lo suficientemente sinceros para reconocerlo, aunque sea para ellos mismos. Les gusto, les encanto, quieren más, mucho más, y les asusta aún más el entender la razón de porque lo quieren.

Al despegar sus belfos, se miraron a los ojos, intentando entender todo lo que había pasado, el entender sus emociones, porque eso eran, meras emociones, pero muy poderosas y desastrosas. Pero al mirar los iris del otro lo que hicieron fue ver el torbellino que creen siente el otro, la misma confusión, pero creyendo también ver un destello de anhelo. Queriendo los dos más de su amigo. Se quedaron encismados en los ojos del otro hasta que fueron sacados de su burbuja por su amigo castaño.

Fin de flashback

—No hay mucho que decir. Simplemente... —busco las palabras correctas, pero sin llegar a delatarse, aún sin separarse del abrazo— Se sintió muy bien. —admitió sin pena, pero llenos de nervios.

—Demasiado bien diría yo. —dijo con una sonrisa.

—Más que bien. —habló y se volteó quedando muy cerca del otro.

—¿Lo suficiente como para repetirlo? —la sonrisa del alto se volvió una llena de invitación y deseo.

—Tal vez. —contesto devolviendo una sonrisa todavía más coqueta.

 —contesto devolviendo una sonrisa todavía más coqueta

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Sé que dije que seria mañana. Pero me llego la inspiración para terminarlo.

Confieso que no sé porqué le di este rumbo a estos dos, pero se me hizo inevitable.

Eso , recalco.

En la narración del beso, se resalta la parte de emociones, porque eso es eso es lo ellos se causan, emociones, no se desarrollan sentimientos (al menos aún, quien sabe) porque como sabrán, las emociones y los sentimientos no son lo mismo, un ejemplo sería, los otros tres se generan sentimientos, porque se aman, aunque ellos no lo acepten todavía😂😂
Pero aclaró otra cosa, Estos dos se aman, pero como se aman todos, los cincos, como equipo, como familia. Claro que eso puede cambiar, se puede desarrollar. Coff* Como los Jopherick Coff*
Por ahora, tal vez sólo se gusten

Creo que eso era todo.

Bueno, ahora si me despido.👋




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