Christopher, Joel y Erick son mejores amigos, unos muy peculiares. Unos que no pueden estar separados nunca. A los que las palabras lindas y de amor nunca les faltan. El apoyo que se brindan entre ellos es inmenso. Tienen una conexión tan electrizan...
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Al día siguiente
Sorprendentemente para los tres chicos, las cosas no se pusieron incomodas, al contrario, están más conectados que nunca, electrizantes se podría decir. De todas formas, después de un día tan lleno de emociones y arrebatos, decidieron que debían de darse un respiro, dejar toda esa energía de lado y pasar tiempo con sus compañeros de banda y amigos. Y ya que tenían el día libre eligieron pasarlo fuera del hotel. Así que aquí se encontraban almorzando en un pequeño restaurante apartado, tranquilo y lo suficientemente solitario para no ser reconocidos y poder así disfrutar de su día.
―Y... ¿Cómo han estado? -el dominicano hizo la pregunta. Obteniendo toda la atención en la mesa.
-¿Ah?, ¿qué dices? Te das cuenta de que vivimos, bueno no vivimos, ummn, convivimos en un mismo espacio siempre. Perdón que te lo diga, pero tu pregunta es un tanto rara. -le contesto extrañado el castaño, y es que el pelirrojo siempre logra superarse, cada cosa es mejor que la otra, aunque sea respectivo a su rareza.
-Estoy consciente de ello, aunque no creas no soy estúpido. -la indignación se hizo notar en su voz- Me refiero a que últimamente no compartimos mucho los cincos juntos, siempre están ustedes por un lado y nosotros por otro. Saben, está bien que todos tengamos preferencias, pero, aun así, chicos. No debemos alejarnos tanto, porque, al fin y al cabo, todos somos un equipo, todos somos una familia. Y saben, no es que yo sea un sentimental o algo, no lo soy, pero quizá, deberíamos no sé, compartir un poco. Tal vez, solo si quieren. En lo que a mí respecta, no me importa. -dijo con notable vergüenza y arrepentimiento, ya que, no le gusta quedar como alguien sensible, pero es demasiado evidente que le afecta más de lo que le gustaría admitir, todos lo notaron, aunque el que más lo entiende es el boricua.
―¿Nos extrañas? -preguntó dudoso el mexicano.
-No. -dijo cortante volteando la mirada y sin darse cuenta abultando sus labios.
-Yo diría que sí. -canturreó Christopher con una sonrisa alegre, por dentro de sí, admitiendo que su amigo tiene razón en decir eso y, también, sintiendo una extraña ternura por la actitud de este.
-Por supuesto que no.
-Lo hace. Demasiado. Me lo ha dicho. -Zabdiel soltó haciendo enojar grandemente al pelirrojo.
-¡Maldito! Ya no te contare nada. Traidor. -expresó Richard dirigiéndose a él. Después miro a los otros tres chicos- Y tampoco es tanto, no se crean. -dijo.
-Vamos, Richuki, no es nada, yo también los extraño, no hay de que avergonzarse. -hablo el cubano.
-Sí, yo también. Lo iba a decir, pero me interrumpiste. -dijo el más alto, lo último estando dirigido hacia el dominicano.
