Veintisiete || MinSung

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El instinto de creerse superior a los demás es un gran problema para algunos y ese era el caso de Aisha y Tzuyu, amigas de la infancia de Minho.

El castaño no estaba de acuerdo con la actitud de sus contrarias, pero puesto que parecían no molestar a los demás, el mayor no decía nada.

Aunque en secreto ambas chicas solían molestar a los alumnos más tranquilos del instituto, esto a escondidas de Minho ya que sabían su amigo reprobaría sus acciones.

Ambas pelinegras se dirigían solas a su salón de clase, puesto que su amigo previamente les había informado tenia algunos trámites que hacer.

Algo aburridas entraron al lugar donde encontraron a un solo chico, quien estaba concentrado escribiendo algo mientras escuchaba música por sus auriculares. Al mismo tiempo Chou y Heo se vieron cómplices, acercándose con sigilo al rubio que no había notado su presencia.

–¿Qué es eso que tienes ahí?– preguntó la más alta mientras arrebataba a Jisung el cuaderno donde escribía y junto a su amiga corría al frente del salón.

–Hey, dame eso– Han corrió hacia donde ambas chicas, intentando obtener de vuelta el cuaderno.

–Claro que no te lo voy a dar– Aisha le lanzó la libreta a su amiga y con un rápido movimiento retuvo al más bajo –vamos Tzuyu, dime que es.

La mayor abrió la cubierta y pudo leer la primera hoja –dice "Mi diario"– ambas empezaron a reír –Aisha ¿Qué dices de leer algunas páginas?

La más alta soltó a su contrario y fue corriendo donde su amiga –préstame eso– Aisha volvió a tomar en sus manos el cuaderno –8 de marzo. Su sonrisa es lo más lindo que alguna vez haya visto, su mirada cargada de ternura, es tan lindo que hace mi corazón latir con solo chocar miradas por algunos segundos. Es tan perfecto que lo veo inalcanzable.

–¡Dame eso!– Jisung intentó arrebatar la libreta de las manos contrarias. El pánico se apoderó del rubio. Le molestaba bastante la actitud de sus contrarias, pero el sentimiento que en él predominaba era la preocupación, ya que su diario iba dirigido hacia Lee Minho y sabía perfectamente que aquellas azabaches que gustaban de molestarlo eran amigas del castaño. Si ellas unían los puntos y lo descubrían, sería su fin.

Pero antes de lograr el objetivo de recuperar su posesión, ambas pelinegras lo empujaron haciéndolo caer.

–Cállate Han, estamos leyendo– dijo molesta Tzuyu, quien dio vuelta a la página –9 de marzo. Todos los días tomamos el mismo autobús, es el momento donde más me arrepiento de no tener la valentía para acercarme. Se ve tan tierno, su vista se fija en el paisaje y se concentra en la música de sus audífonos ¿algún día tendré la valentía de hablarle? ¿algún día podremos tomar el autobús juntos? ¿algún día vamos a poder ser más que completos desconocidos? Sueño con el día en que tenga valor para confesarle lo que siento.

–Que ridículo eres Jisung– se burló la más alta.

–10 de marzo. Por fin tuve la valentía de hacer algo. Quizá no va a funcionar, pero plasmé todos mis sentimientos en una carta la cual deposité en su casillero presentándome como un admirador secreto. Me escondí por los pasillos y lo vi leer la carta, estoy seguro de que una sonrisa apareció en su rostro, quiero creer que puedo llegar a su corazón, haré todo por enamorarlo– al terminar de leer esa nota la mayor estalló en risas que no le permitían hablar fluido –Aisha, a-ayuda, n-no puedo– Chou pasó el cuaderno a su contraria –este chico sí que es gracioso.

–Han ¿de verdad tienes que ser tan ridículo?– preguntó Heo mientras seguía dando vuelta a las páginas –dime en que página dices el nombre, necesitamos contarles a todos sobre esto.

One shots || Stray KidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora