Cuarenta y uno || SeungIn

242 18 3
                                    

Las clases de literatura estaban aburriendo en demasía a Jeongin. El pelinegro solo quería salir al descanso y ser un poco libre de la monotonía de su día, lo que menos le importaba en el momento era anotar en el cuaderno las cosas escritas en la pizarra frente a sus ojos.

Parecía que de tanto esperar a que algo interrumpirá la clase, sus fantasías se hicieron realidad, la puerta de su salón fue tocada ligeramente por un alumno de tercer año.

—Disculpe profesor, solo quería avisar algo a los alumnos— ante el asentamiento del señor Oh, el rubio alumno de un grado superior entró al salón —compañeros solamente quería recordar que afuera del salón de sociedad de alumnos estará el buzón para cartas de san Valentín.

Los alumnos empezaron a cuchichear entre ellos, haciendo un gran tumulto de voces.

—Guarden silencio— exigió con voz firme el mayor a sus alumnos, después volvió su vista al rubio— muchas gracias por el comunicado joven Lee, puede retirarse.

El mencionado solo dio una reverencia y salió por donde había entrado para seguir entregando su mensaje a los demás salones.

El profesor pidió continuar con la clase y la explicación prosiguió ante las quejas de los alumnos que querían seguir platicando, pero esto no le podía importar menos a Yang.

Por la mente del menor cruzó una loca idea que robó todo pensamiento posible alejándolo totalmente de la explicación.

El mandar cartas anónimas era una idea que nunca se planteó, pero en aquel punto pensó aprovechar la oportunidad.

Confesar sus sentimientos no era una cosa para nada sencilla, el uso del anonimato era la excelente excusa para dar a su corazón la calma de finalmente admitir sus sentimientos y expresárselos a aquel castaño que robó su corazón tiempo atrás.

Comenzó planteando un borrador en la parte trasera de su cuaderno, tras muchas palabras y tachones transcurrió la clase.

Faltaban solamente dos días para que el 14 de febrero llegara, Yang sabía que si quería entregar la carta a tiempo debía darse prisa.

Prefirió no salir al descanso para concluir el borrador comenzado y una vez que esto pasó tomó una hoja en blanco en la cual empezó a escribir:

"Hola Seungmin.

Es posible que hoy te llegaran más cartas que la mia, pero eso no me importa realmente porque sé lo sincero que son mis sentimientos y necesitaba expresártelo.

Nunca he tomado el valor de acercarme hacia ti directamente, solo puedo admirarte a la distancia esperando ser algún día ser lo suficientemente valiente, aunque sea para decirte un hola en persona.

Sé que es tu último año en la escuela, si no me acercaba de alguna manera contigo perdería cualquier oportunidad para siempre y no quería vivir arrepentido de ello.

Probablemente no recuerdes el momento en el que nuestros caminos se toparon por primera vez. Eran mis primeros días de primer año cuando al intentar comprar algo en la cafetería un chico me empujó y por ello tropecé contigo.

Ha pasado mucho tiempo de ello, pero desde el momento que miré tus ojos y la dulzura con la que me preguntaste si estaba bien, fue ese momento en el que inevitablemente mi corazón empezó a latir por ti.

Conforme el tiempo pasaba escuchaba a muchas personas hablar tantas cosas buenas de ti que de a poco pude empezar a ver todo lo dulce que eras.

One shots || Stray KidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora