Once || ChangLix

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En el apartamento de Stray Kids llegaban 7 de ellos, sumamente cansados ya que estuvieron en dos programas desde horas tempranas. 

Después de quejarse de lo pesado que fue su día y pedir algo de comida, mandaron a Seungmin a la habitación de Felix para decirle fuera con ellos al comedor.

Felix llevaba reposo una semana y media ya que se había lastimado el tobillo.

Seungmin llegó a donde los otros 6 chicos con un semblante muy serio.

– Dice Lix que no comerá nada, que no tiene hambre y que está bien. Sabemos que no está bien, lleva días así, pero ahora siento está peor – el castaño suspiró pesadamente – Chan ¿puedes hablar con él?

– Minnie, ya intenté hablar con él, pero simplemente dice lo mismo. Creo debería ir alguien más.

La vista de todos fue dirigida a Changbin, quien estaba tan concentrado en beber su botella de agua que no supo las miradas de sus amigos caían en él.

– Changbin, habla con el niño – ordenó Minho.

La verdad es que al azabache no le molestaba ir y hablar con Felix, pero tampoco le gustaba que le ordenaran – ¿Por qué yo? – preguntó en tono fastidiado.

– Por favor. – pidió Jeongin amablemente, así que al azabache no le quedo remedio más que aceptar e ir a la habitación donde el rubio estaba.

Tocó la puerta un par de veces hasta que un leve "adelante" hizo que girara la perilla, al entrar vio al rubio recostado boca arriba. Hacia frio, así que Felix  tenía las cobijas hasta casi taparlo por completo, excepto en su pie que traía un gran aparato en forma de bota para evitar se lastimara.

– Dice Min que no quieres ir a comer con nosotros ¿Qué pasa? – preguntó el mayor sentándose en la orilla de la cama del rubio.

– No tengo hambre. – dijo un tanto serio el menor.

– Ya ¿y por eso llevas días así? – preguntó desafiante el mayor.

– No, llevo días fastidiado y odiándome ¿acaso puedo ser tan imbécil como para yo solo irme a lastimar el pie? – el rubio estaba molesto.

– No es tu culpa Lix – el pelinegro empezaba a tener frio, así que se recostó a lado de su contrario y decidió taparse un poco con las cobijas – ¿Cómo íbamos a saber que esa bolsa de basura no tenía basura si no escombro? Hasta yo iba a jugar a patearla.

– C-Como sea, el tonto que se lastimo fui y-yo – ante la cercanía del mayor, Felix no podía evitar sentirse nervioso.

– Sabes, no te creo que sea eso lo que tienes – el azabache vio a los ojos a su menor para que fuera sincero – te conozco, pasa algo más.

– Solo es eso – el menor decidido desviar el tema de lo que le molestaba, pero a la vez averiguar lo que quería – ¿Cómo les fue en los programas?

– ¿No los viste? – el menor negó con la cabeza, lo cual era una clara mentira – bien, en el primero nos divertimos bastante, pero ya para el segundo fue algo aburrido.

– ¿En el segundo jugaron al pepero? – el menor sabía la respuesta, pero aun así deseaba que el azabache respondiera.

– Si, en el segundo. Por eso te digo que fue aburrido.

– ¿Con quién te tocó jugar? – esta vez la voz del australiano sonó débil, conocía la respuesta y trató de que sus ojos no se cristalizaran.

– Jeongin, pero ¿Qué tiene que...? – su pregunta no siguió porque claramente Felix falló en intentar no llorar – Lix ¿Qué pasa? – el azabache se levantó rápidamente a inspeccionar el pie que estaba inmóvil – ¿te lastimaste? ¿del 1 al 10 que tanto te duele el tobillo?

– Cero a comparación de lo que me duele de verdad. – esa respuesta desconcertó al pelinegro.

– Lee Felix, se directo. – el pelinegro volvió a sentarse al lado del rubio

– ¿En serio no he sido obvio tantas veces? Bien ¿Qué más pierdo con decir la verdad? No me puedo humillar más. Changbin... – el menor limpio sus lágrimas – Seo Changbin, me gustas. Stay piensa que es solo un shippeo inocente, pero no, mis sentimientos son reales – como pudo el menor se sentó apoyando su espalda al respaldo acolchonado de la cama, para estar a la altura de su mayor – si vi el programa, vi todo. Por eso le tengo tanto coraje a este estúpido pie, si hubiera ido al programa quizá me hubiera tocado jugar contigo, no lo sé. Ahora que sabes todo, vete – el menor volvió a recostarse dando la espalda al pelinegro y tapándose con sus cobijas hasta arriba de la cabeza – quiero estar solo.

El australiano sentía como la cama ya no tenía ese peso extra, supuso que el pelinegro salió de la habitación, por eso se sorprendió al sentir como las cobijas que tenía fueron quitadas, despeinándolo por completo.

– No me voy a ir – dijo el pelinegro mientras acomodaba los cabellos rubios del chico que lo veía con gran confusión – al menos no hasta que aclaremos las cosas.

– ¿Qué quieres aclarar? Entendí el mensaje Seo, por favor déjame dormir.

– Me gustas Felix. Lo mío tampoco no es solo darle a las fans lo que quieren y nunca lo será porque yo te quiero de verdad. Y lo del pepero ¿Qué podía hacer? Mis labios nunca lo tocaron y nunca lo harán, porque solo son para ti – acabando la oración el mayor estampó sus labios con los del australiano, quien estaba primero en shock, pero después de unos segundos pudo seguirle el ritmo al pelinegro.

Estuvieron besándose hasta que el aire les falto y al separarse sus miradas conectaron, ambas con el mismo brillo de amor.

– Anda Lix – el mayor dejó un corto y suave beso en el rubio – vamos a comer un poco, después de eso me quedo aquí a dormir ¿bien? – el menor asintió así que el azabache fue por las muletas que estaban apoyadas en la pared para que el rubio fuera a la cocina.

– Espera – el pelinegro paró el paso de su menor cuando llegó a media habitación, para ponerle una cobija encima de los hombros – hace frio.

– Te quiero Changbin. – dijo el rubio con un tenue sonrojo.

– Yo a ti Felix. – y después de dejar un beso más, los dos chicos se dirigieron a la cocina donde les preguntaron porque tardaron tanto.

El sonrojo de ambos fue la única respuesta.



Hola a todos espero que estén de lo mejor. Sé que todos los jueves publico un OS nuevo, pero ayer me fue imposible. Una disculpa por ello.


One shots || Stray KidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora