Cuarenta || HyunIn

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Este OS está basado en "Letting go" de Day6, así que les puedo recomendar escuchar la canción mientras leen. uwu


Mi celular pasaba de mi mano derecha a la izquierda.

Estaba nervioso y algo indeciso. Tenía que mandar ese mensaje que no quería mandar. Mi mente se debatía en que tan correcto era eso.

Mi pulgar estaba a pocos milímetros del botón de enviar, pero tenía miedo.

—Lo voy a lastimar ¿verdad?— me pregunté en voz baja.

Esa era una realidad, pero lo seguiría lastimando si seguía a su lado.

Era un cobarde, debía llamarlo y decirle, pero sabía que mi voz delataría mis intenciones.


Hyunjin:

Tengo algo que decir, vamos a encontrarnos.

Enviado 17:11


Jeongin:

Claro amor ¿quieres venir a mi casa? Mi auto se descompuso y está en el taller. :c

Enviado 17:12


Me sentía mal que él no notara que le diría algo malo, parecía que pensaba solo quería nos reuniéramos y yo me sentía como una basura.

No entendía que terminaría con él.


Hyunjin:

Estaré a las 7 en tu casa.

Enviado 17:14


Me apresuré a bloquear el teléfono. Este sonó varias veces, sabía que era Jeongin respondiéndome que me esperaba y probablemente otro mensaje diciéndome que me amaba.

No tenía el valor de ver sus palabras, me sentía cada vez peor.

Cuando iba en camino a casa de Jeongin, era inevitable sentirme más culpable. Debía tomar valor para decir lo que sentía, pero mis pensamientos estaban en otro lado, específicamente en nuestros recuerdos juntos.

A mi mente volvía el recuerdo del momento en el que le hablé por primera vez cuando estaba en la parada de autobús y lo vi simplemente parado, me pareció tan lindo que no pude evitar acercarme a hablar y tomar el valor de pedirle su número.

A partir de ahí todo fue felicidad. Estar juntos era reírnos hasta que nuestros estómagos dolieran o soltáramos un par de lágrimas, dulces momentos donde no podíamos hacer más cosas que decir lo mucho que nos queríamos y deseábamos compartir la vida juntos.

Recordar a Jeongin es pensar en cosas felices. Él es un chico precioso que a pesar de que hubiéramos tenido uno o dos desacuerdos, no dejaba de recordarme lo mucho que me quería.

Pero toda esa dulzura y momentos lindos ya no existían más, aunque no quiero debo aceptar la realidad.

Finalmente llegué a su casa y con ello llegó la hora de hacer lo correcto por más que algo dentro de mí se negara.

Toqué el timbre, no pasó mucho tiempo para cuando él abrió la puerta y apenas me vio me dio un fuerte abrazo que correspondí, aunque de una manera suave.

One shots || Stray KidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora