Uno || HyunIn

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Una mañana más, el despertador sonaba, pero era más fácil fingir que no debía levantarme. Extraño tanto la manera en la que me despertabas.

Te subías arriba de mi regazo, te acercabas a mi rostro y dejabas pequeños besos en todo mi rostro, dejando al final mis labios.

-Amor, es hora de despertar o llegaras tarde al trabajo. – eran las dulces palabras que me recibían cada día, aun a veces siento que escucho tu voz. Me volví loco por volverte a escuchar.

Me levanté y fui a la ducha, a veces tardo demasiado ahí. Mientras el agua recorre mi piel al descubierto me pongo a pensar ¿Cómo estarás? ¿Comiste? ¿Te has tomado todas tus pastillas? ¿Te duele algo?

Como quisiera me respondieras cada una de mis interrogantes.

Salí de la ducha y me puse lo primero que encontré, sinceramente me importaba poco si lo que traía combinaba o no.

Fui a mi cocina, solo tomé una fruta que ni siquiera comí. Desde que no estas ya no hay más buenas comidas en casa.

-Cariño ¡te hice el desayuno! – aún recuerdo tu linda sonrisa cuando feliz me mostrabas lo que cocinaste. Cuando decías eso era feliz por dos razones: la comida era deliciosa y porque tu sonrisa me encantaba.

Aunque siempre dijeras que la odiabas por los aparatos que estaban en ella. Aún recuerdo la felicidad con la que llegaste al contarme ya no más los tenías.

- ¡Hyung! Mira – me mostraste tu linda sonrisa que ya estaba libre de esos aparatos – ahora si tengo una linda sonrisa.

Jeongin, tu sonrisa siempre fue la más linda.

En todos los lugares que pisara tus recuerdos me llegaban, aunque parecía que en mi propia casa era el lugar que más tenia tu esencia.

Decidí salir, poco me importo que estuviera lloviendo. La lluvia me recuerda a ti ¿sabes? Nunca olvidaré que te conocí en una mañana igual, que a pesar de que las nubes estuvieran en sus tonos grisáceos, para mí fue el día más brillante de mi existencia.

Ese día lo recuerdo como si hubiera pasado hacia ayer. Ibas corriendo porque se te había hecho tarde para el colegio, no te diste cuenta y chocaste conmigo. Recuerdo tu cara de preocupación porque acabaste cayéndote encima de mí.

-Dis-Disculpa Hyung, n-no me fije, voy... tar-tarde a la escuela. – te veías tan lindo, nervioso, quizá era que mi cara seria no ayudaba.

-Tranquilo... – leí la placa que tenía tu nombre – Jeongin. No te apures – te quitaste de encima de mi cuerpo, me puse de pie y te ayudé a levantarte – Por cierto – mi sonrisa se hizo grande, desde que vi tus ojos entendí que eras mi destino – soy Hwang Hyunjin.

El recuerdo de cómo nos conocimos era demasiado lindo, pero debía seguir mi camino. En otra oportunidad recordaría eso.

Ahora pasaba por el parque, ese parque donde te pedí fueras mi novio, estaba tan nervioso que sentía en cualquier momento terminaría desmayándome.

-Jeongin, yo... - nunca fui bueno con las palabras, y ahora te tenia frente a mí. No sabía en qué punto nos habíamos tirado en el pasto, pero te veías más lindo recostado sobre este y con tus lindos ojos viendo hacia el cielo – Jeongin, se mi novio.

Nunca esperé que tu respuesta fuera lanzarte encima de mí y besarme sin parar, definitivamente era un sueño estar a tu lado.

Un sueño que ahora estaba roto... roto por mi culpa.

Me senté en una banca y me puse a pensar ¿Qué significa el amor?

Por más que lo medité sabia mi respuesta. El amor significaba todo eso que me hiciste sentir y que nunca más llegaría a sentir por nadie.

No me importaba que antes de ti hubieran conocido a alguien, tú eras, eres y serás mi primer y único gran amor.

Un gran amor que lastime, un gran amor que por mi culpa sufrió demasiado.

Siempre me voy a arrepentir de todo lo que sufriste por mí.

Aun en mis odios taladran las últimas palabras que escuche me dirigías, créeme que, aunque no pareciera, el escuchar todo lo que decías me lastimo demasiado.

-Hyunjin, no te vayas. Yo te amo ¿Por qué me haces esto? – las lágrimas bajaban por tus lindas mejillas, por más que intentaba borrarlas con mi pulgar parecía imposible, más y más salían de tus ojos.

¿Por qué? ¿por qué? ¿Por qué?

Créeme que también me preguntaba lo mismo. Creo la respuesta era simple, a veces las personas simplemente no deben o pueden estar juntas.

Ese fue nuestro trágico destino, amor mío.

Llegué a la última parada de mi recorrido, estaba frente a la cafetería donde trabajabas desde que eras un joven estudiante de 17 años, prácticamente estabas más en esa cafetería que en tu casa, sabía que te encontraría ahí.

Dudaba en si entrar o no ¿Qué te diría si entraba? ¿estarías molesto conmigo?

No fue necesario entrar, me asomé por una de las grandes ventanas que tenían.

El lugar estaba desierto, no fue difícil verte. Pero cuando te vi, no estabas solo.

Estabas abrazando a ese chico, tu amigo, creo que su nombre era Minho. Él siempre estuvo para ti. Veía como dejaba muchos besos por tu linda carita, tal y como hacías conmigo.

Ahí supe que estarías bien.

Habías encontrado a alguien que te amaba tanto como tu llegaste a amarme.

Sé que muchos al ver al amor de su vida en brazos de alguien más estarían tristes, devastados o incluso molestos.

No para mí. Eso era lo único que buscaba para ti.

Era la única razón por la cual nunca me fui.

Cuando me dijeron que solo me quedaban dos meses de vida, lo único que temí era por tu bienestar. Fui egoísta al no decirte que me quedaba poco tiempo, más egoísta por decírtelo en mi carta de despedida, pero entiéndeme cariño ¿Cómo te hubiera dicho eso sin miedo a ver como rompía tu corazón?

Ahora que sabía estarías bien, podría irme en paz. Y es que mi alma siempre se aferró a estar en la tierra para procurar que estuvieras bien.

Sabía que estarías bien.

Mi alma se despidió de la idea de un "nosotros" en esa vida.

Esperaba encontrarte en otra vida y así poder estar juntos.

Ten buena vida amor mío. Te ama, Hyunjin.

One shots || Stray KidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora