One shots || Stray Kids

Diecisiete || ChanLix

Narra Felix:

Odio los días de lluvia, me recuerdan al día trágico en el que te fuiste para no volver más a mi vida, hace casi 2 años.

Recuerdo ese trágico jueves de octubre, solo habían pasado 5 días desde tu cumpleaños número 24. También recuerdo como la noche anterior a ese jueves, tuvimos una pelea muy fuerte ¿el motivo? Yang Jeongin.

El encontrar tus mensajes con ese chico me causó la decepción más grande que he sentido. Creo que lo que más me hizo molestar fue que lo negaras todo, cuando yo pasé toda la tarde memorizando exactamente cada uno de los mensajes que le mandaste.

– Felix, entiende que Jeongin es solo mi amigo – alegaste mientras caminabas a la habitación – deja la paranoia de lado. No sabía que fueras tan celoso.

–¿Paranoia? – pregunté indignado mientras limpiaba mis lágrimas – ¿Acaso soy un paranoico por ver cómo le decías "Si, la relación con Felix no va bien, pero me da lástima dejarlo, el pobre no tiene nada en la ciudad" ? – me viste con sorpresa por citar tal cual uno de los últimos mensajes que le mandaste – bien me lo decía mi madre ¡Bien me dijo que no me casara tan joven porque no tenía idea de la vida! – te grité con toda la rabia que en mi corazón crecía.

– Fue una equivocación Felix – te sentaste a la orilla de la cama, y palmeaste tu lado derecho donde fui a sentarme no muy convencido – ese mensaje fue una equivocación Lix – con tu mano izquierda tomaste con amor y dulzura mi mejilla, levantaste levemente mi rostro para poder verte a los ojos – soy un idiota por haber dañado al ser más dulce y perfecto – tus ojos se llenaron de lágrimas – ¿crees que podrías perdonar esta estupidez?

Por más que lo pensé, mi única respuesta fue lanzarme a tus brazos, donde nos fundimos en un abrazo acompañado con lágrimas. Después de todo sabía que te perdonaría una y mil veces, puesto que mi amor por ti no desaparecería de la nada.

A pesar de que te perdoné, también quería evitar volverme a sentir traicionado – Channie – llamé tu atención – quiero creerte, pero si esto es mentira, mañana mismo vete de la casa.

– No cariño – empezaste a llenar mi rostro de besos – no me iré porque esto no es una mentira.

Y así entre tus besos y cariños nos fuimos a dormir, o más bien te quedaste dormido. Esa noche algo me mantenía despierto. Pasé hasta las 4 de la madrugada admirando cada detalle de tu cara, mi corazón decía que debía guardar en mi memoria cada detalle de tu rostro.

Apenas a la mañana siguiente pude sentir como me despertabas, llenándome de amor y dulces palabras. Me hacías sentir como la mañana siguiente de nuestra luna de miel.

A duras penas pudimos despedirnos cuando tenías que irte al trabajo. Una vez más mi corazón se aferraba a ti y yo no comprendía el porqué, pensaba que de cierta manera era la emoción de la noche anterior.

Así pasé toda la tarde con la sensación de que algo malo ocurría, pero que mis ojos no podían deslumbrarlo, eso hasta que llegó la noche.

Tu hora de llegada era siempre puntual a las 7 de la noche, cuando pasaron las 8 de la noche, supe que algo estaba mal.

El miedo se empezó a apoderar de mi cuerpo, así que hice lo más prudente que fue llamar a tu teléfono. Después de 20 llamadas donde la única respuesta era el buzón de voz, sentí mi corazón se rompía.

Ante cada ocasión donde tu celular me mandaba al buzón, mi mensaje era siempre el mismo: "Channie, amor, ya es tarde. Vuelve a casa por favor, te amo."