Veinticuatro || ChanIn

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La historia de Bang Chan y Yang Jeongin empezó como un cliché en el cual, al entrar a la cafetería de la escuela, por un descuido el mayor terminó botando su café sobre la chaqueta del menor.

En el lugar todos empezaron a reírse de la mala suerte de Jeongin y la torpeza del mayor, pero lejos de molestarse, Yang solo quitó su chaqueta y con un tono dulce preguntó al mayor.

– ¿Crees que podrías prestarme la tuya? Tengo algo de frio.

Todos en el lugar quedaron atónitos ante la calma del pelinegro, pero si alguien estaba más impactado era Chan.

El rubio no dudo ni por un instante en desabrochar su chaqueta y dársela al menor.

A partir de ese momento ambos chicos empezaron a hablar más.

Si bien ellos no iban en el mismo grado, los dos años de diferencia que los separaban no eran nada para evitar que ellos dos estuvieran juntos todos los descansos y horas libres que coincidieran.

Pronto el mayor se graduó y fue a la universidad, pero esto tampoco fue motivo suficiente para alejar a los dos, quienes siempre intentaban hacer espacio en sus agendas para así poder verse.

De poco a poco las salidas entre ellos se convirtieron en algo más que salidas de simples amigos.

Ambos desarrollaron sentimientos mutuamente que ninguno de los dos estaba dispuesto a confesar, pero eso no implicara que no sintieran lo mismo de parte del otro.

Los años pasaban y ambos chicos seguían siendo amigos, sus sentimientos eran más obvios cada día, pero ninguno quería dar otro paso.

Cada quien con sus diferentes motivos para no confesarse ni animar al otro a hacerlo.

Un día la desgracia llegó a la amistad.

–Jeongin– Bang había pedido a su amigo reunirse con él en un parque cercano a la casa del azabache –Innie no sé cómo decir esto, pero debo volver a Australia, la universidad hizo mi intercambio para allá y mi cambio será mañana.

En ese momento Yang sintió su corazón estremecer.

–No Channie, no puedes, n-no me puedes dejar aquí, menos ahora, Channie yo te necesito– las lágrimas en los ojos del menor empezaban a brotar. Este se levantó de la banca donde estaban sentados y se dio media vuelta, no quería que el mayor viera su llanto.

–Perdóname Jeongin– el rubio de igual manera se puso de pie, con cuidado giró a su contrario y con mucho amor limpió sus lágrimas –perdóname por irme así tan de repente, también perdóname por nunca haber tenido la valentía de hacer esto antes.

Eso ultimo confundió a Yang, hasta que sintió un suave y cálido beso proveniente del mayor.

Una vez que Jeongin entendía que pasaba, siguió con el beso regalado por el mayor.

El momento era tan de película. El sol se ocultaba tras ambos chicos, las hojas de los arboles caían de poco puesto que el otoño comenzaba y ambos se besaban con todos los sentimientos retenidos en el momento.

Ambos chicos se separaron al momento que fue necesario, viéndose con sus ojos llenos de lágrimas, pero a la vez sonriendo por los bellos momentos que pudieron pasar juntos.

Pronto la tarde se fue oscureciendo y con ello llegó el momento en que ambos tenían que despedirse. Pero esta despedida era diferente.

–Chan, cuídate mucho y mantente en contacto, no dejes de estudiar y un día vuelve por mí, t-te amo– pidió el menor abrazando fuertemente a su contrario.

One shots || Stray KidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora