Capítulo 4: Revelacion

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[ACTUALIZADO]

| SUSAN |

Recuerdo que cuando estábamos en cuarto y las clases fueron presenciales, comenzamos a reunirnos en casa de Meme para estudiar y hacer tareas. También, había veces que lo hacíamos por video llamada. Creo que eso en su momento nos ayudó, porque cuando comenzaron los paros, y luego la pandemia, nos adaptamos rapidísimo.

Ahora que hemos vuelto de manera presencial, no estaría mal adoptar la misma estrategia de nuevo. Hoy, Reig y yo llegamos unos cinco minutos antes de la hora acordada, así que esperamos a que Meme llegue. Usualmente no tarda mucho, pero hoy parece ser un caso especial, puesto que ya llevamos como 10 minutos afuera y no hay señal de ella.

—Hm... No contesta—señala Reig, mientras tiene su teléfono pegado al oído—Esto es muy raro.

—Tal vez la clase se extendió —sugiero.

—Tal vez, o quién sabe si se ocupó con alguien... ¡Un momento! ¿Y si se encontró con Cameron? No estamos con ella, ¡pudo haberle hecho algo! —exclama.

— ¿Cameron tiene clase hasta esta hora? —pregunto.

—La verdad no sé, pero... siento que algo le pasó —Reig teclea en su teléfono mientras me responde; el tono de su voz suena preocupado.

—Si no viene en los próximos cinco minutos, si quieres regresamos a ver qué sucedió, ¿va?

—Ok...

Unos segundos después y luego de voltear a mi derecha, observo que Meme aparece, junto con Silk, a unos metros de nosotros. No la vi caminar toda la calle hasta acá, pero tampoco no creo que haya usado la teletransportación estando con él. Recuerdo que nos dijo que ocultaría su divergencia de Silk por un tiempo.

—Perdón la tardanza —se disculpa Meme, mientras se dirige a la puerta—. Me encontré a Silk y de paso lo invité.

—Tardaste muchísimo. ¿Pasó algo? ¿Dónde estabas? —pregunta Reig.

—Ah, nada especial. Me fui al bosque de Oslo un rato, él me encontró allá y ahí nos quedamos un rato platicando—explica Meme.

— ¿Que ustedes qué? — interrogo.

—Adentro les explicaremos.

—Hey, un momento, déjame ver eso —Reig sujeta del brazo a Meme, la jala hacia él y luego mueve su cabello para descubrir su cuello—. ¿Y esas marcas? ¿Qué pasó?

— ¿Tengo marcas? ¿De qué son o qué? —se excusa Meme, confundida por lo que Reig dijo. Este último sabe que miente, así que le da una mirada para que le diga la verdad. — ...Voy a estar bien. Saben que no es la primera vez que sucede...

— ¡Te dije! —exclama Reig hacia mí y después murmura para sí mismo— Esto no se puede quedar así; apenas vea a ese hijo de la frutichingada, me lo voy a...

—No va a ser necesario —interfiere Silk—. No pasó nada grave y nos aseguramos de que no volviera a hacer otra cosa en mucho tiempo.

Tanto Reig, como yo, volteamos a Silk, confundidos y un poco asustados de qué fue lo que le hicieron a Cameron para decir eso.

—O sea, sigue vivo. Solo lo asustamos — Meme esclarece.

—Ah, menos mal —comento.

—Bueno... al menos no pasó nada más —concluye Reig, soltando a Meme para que abra la puerta de su casa—. ¿Pero si estás bien?

—Lo estoy, no te preocupes.

Meme abre la puerta de su casa y cierra la puerta una vez que todos entramos. Reig prende las luces apenas entra; sabe dónde se encuentra cada cosa por la frecuencia con la que veníamos.

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