Capitulo 17: Visita

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(Meme)
Miércoles, 6 de octubre, 2021

El final de la primera batalla fue justo como había dicho, aunque fue Silk quien se dio cuenta primero: el frente enemigo estaba retrocediendo y terminaron siendo rodeados; fue afortunadamente una victoria táctica. Silk y yo ayudamos a presionarlos y atraparlos, obviamente no matamos a nadie; incluso hay fotografías que lo comprueban.
Tres días después, hemos regresado a la capital, el paro ha terminado y hemos vuelto a clases. Las noticias hablan del desarrollo de la guerra, diciendo demás, como si nosotros hubiésemos dirigido todo, lo cual es una mentira a medias, solo influimos más en que los otros perdieran, hay otros que exageran al decir que los cuatro pudimos con todo el ejército, cosa casi imposible. No contentos con eso, han intentado buscar donde vivimos para entrevistarnos y eso; no es algo por lo que deberían de seguirnos...solo fuimos parte de ello, no hicimos todo.
-Tuve que correr para teletransportarme hasta casa porque de plano insistían en que respondiese. Incluso dio miedo. – Se queja Silk, mientras hablamos por Discord.
- Al menos TU puedes desaparecer así. No tengo la menor idea de cómo es que logramos escapar de ellos. – Añade Susan. - Solo sé que nos escondimos en una tienda no sé cómo y luego pudimos irnos.
- Deberíamos hacer una denuncia por ello, o al menos avisarle a Javier. ¿No creen que es raro que sigan a menores de edad? – Continua Reig.
- Menores de edad, que de alguna forma están en el ejército, que es para mayores de edad. Aun así, apoyo que hay que decirle a Javier. – Replico. Después de ello, suena el timbre de mi casa. – Denme un momento...
Me levanto de mi escritorio, bajo a la entrada y veo por la mirilla, había pedido algo por internet, pero se supone que llega dentro de una semana, así que es un poco raro.
Al ver por la mirilla, me encuentro con una persona adulta, una chica, maquillada, vestida "formalmente" y con un micrófono en la mano. A lo lejos... ¿acaso trajeron una cámara?
Me teletransporto de nuevo a mi cuarto, activando desesperadamente mi micrófono.
- ¡No mames, un noticiero está aquí! Vinieron hasta aquí. – Exclamo en voz baja, pero demostrando sorpresa y molestia.
- ¿Es enserio? ¿Cómo habrán adivinado tu domicilio? – Se pregunta Silk. – Espero y no hayan sido tus vecinos.
- Ojalá no, pero igual me asusta que me hayan encontrado.
- Entonces, ¿Qué procede? No puedes echarlos así nomás. – Replica Reig.
- Um ... prefiero no abrir, puede que estén grabando. -  Respondo. - Simplemente los ignoraré. Pero tampoco quiero que se queden en la entrada por mucho tiempo.
- Tampoco hagas ruido, puede que te escuchen e insistan más. – Contesta Susan.
- Tengo una idea. – Comenta Silk, manteniéndose en silencio por un momento. Luego me llega una notificación a mi teléfono, con una ubicación. -  Ven, no seguirán insistiendo si en realidad no estás. Trae las cosas que necesites.
- Es buena idea, tampoco vas a agobiarte si continúan con el timbre. – Añade Reig; en ese momento vuelven a tocar el timbre. – Como ahora...
- Ok, lo veo como una buena opción. Me saldré de la llamada entonces. – Confirmo, luego me salgo de la llamada y apagó mi computadora; después tomo mi suéter y mi teléfono. Veo una vez más la dirección; está lejos de donde estoy, pero no saben dónde vive Silk, así que está bien. Entonces me teletransporto a su casa, en la entrada. Intentando no llamar la atención entre todos.
<<Estoy en la entrada, ¿me abres?>> Le aviso telepáticamente, para ahorrarle la preocupación del timbre. Luego de unos segundos, la puerta se abre y Silk me recibe. Siempre siento nervios cuando voy a la casa de alguien, pero esta vez, esos nervios son diferentes...
-Llegaste a tiempo, creo que lloverá dentro de poco. – Comenta luego de cerrar la puerta.
- ¿Tus padres están? – Pregunto. – Se que habías dicho que viajan, pero puede que hoy hayan venido.
- Creo que continúan en España, si no, tal vez en Ámsterdam. – Responde. – Dudo que vuelvan en mucho tiempo, la verdad... Así que siéntete como en casa, dime si necesitas algo...supongo...
Doy un gesto de agradecimiento y me dirijo a lo que parece ser la sala; tiene paredes color oliva, y sillones grises de tela, un tapete negro en un suelo de madera naranja, una televisión grande y una mesita negra, a un lado está la cocina, que sigue con el estilo del lugar con lo que parece ser mármol negro, además de lámparas modernas.
Sin comentar nada sobre ello, simplemente me siento en uno de los sillones y me quedo sin hacer nada, más que mirar a mi alrededor.
Mientras tanto, Silk se sienta en un sillón lejos de mí y se dedica a ver su teléfono.
-...entonces... ¿Susan y Reig se fueron de la llamada? – Pregunto, para llenar el silencio.
- Si, dijeron que tenían que retirarse. – Responde, sin añadir nada más.
Y volvemos a quedarnos en silencio. Últimamente no he sido de iniciar las conversaciones porque no sé de qué hablar o prefiero no decir algo estúpido, pero parece que él se encuentra en la misma situación que yo. Así que simplemente me quedo en silencio. Le observo por un rato; la manera en que ve su teléfono es relajada, pero siendo atento a lo que observa, a veces sonríe, formando unos hoyuelos en sus mejillas.
Luego de unos minutos, voltea hacia mí, por lo que desvió solo mis ojos, y ligeramente mi cabeza a la nada, como si estuviese en mi propio mundo. Es incómodo, cuando ves a una persona y esta voltea a verte, no importa quien sea.
- ¿Qué piensas?... – Pregunta atentamente. Yo volteo para poner atención. – Estabas observándome, ¿no?
- ¿Era muy obvio? – Admito, recargándome en el sillón con un poco de pena.
- Es gracioso, nada más... no tengo nada en especial si no contamos mi divergencia, así que es curioso que, me observes. – Responde en un tono calmado, no parece molesto. - ¿Estoy muy distante? ¿Es eso? ...No acostumbro a tener invitados, así que... no sé cómo interactuar con ellos, o que decirles, que ofrecer.
- No te culpo, yo no sé cómo interactuar cuando me invitan a lugares. Así que estamos en la misma situación. – Replico. – Espero no te moleste si me quedo mucho tiempo...
- Para nada, quédate el tiempo que necesites. – Exclama. – Igual, no hace nada mal un poco de compañía. – Se mantiene un momento en silencio. – Tengo una idea... ¿sabes jugar UNO?
- ¿Tienes un mazo? – Pregunto animada al escuchar ese juego.
- No lo uso porque no tengo con quien jugarlo, así que es prácticamente nuevo; ¿porque no estrenarlo ahora? – Explica animado, luego se levanta de su asiento, se dirige a otro cuarto con prisa y luego regresa con el mazo de cartas. Las saca de su empaque con emoción y las barajea con un poco de torpeza, pero con calma.
Luego de ello, hace dos montones de siete cartas y me da a elegir entre una de las dos. Elijo la de la izquierda.
-Veo que a veces eliges cosas a tu izquierda, a lo que deduzco que eres zurda.
- Puedo hacer cosas con la derecha también, pero sí, me considero uno. – Afirmo. – ¿Y tu?, ¿También eres zurdo?
- Nah, pero me fijo mucho en los detalles de los demás, es por eso por lo que lo digo. – Responde con entusiasmo; vuelve a sentarse, esta vez un poco más cerca. – Bueno, iniciemos.

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