Capítulo 33: Atrapadas

0 0 0
                                    

(Silk)
9:15 am

Aunque fui hacia el pentágono en cuando Meme llegó a la Casa Blanca, tuve problemas por encontrar el lugar donde se gestionaba el lanzamiento. Sin embargo, una persona me reconoció y me guío hasta una sala con computadoras, un tablero de mandos y muchas, pero muchas personas, discutiendo entre sí mismos, intentando hacer lo mismo que yo pensaba decirles. Todo el lugar está hecho un caos.

Apenas llegué hace diez minutos y en ese tiempo me han estado explicando lo que han hecho y lo que no ha funcionado. Sabiendo que Meme está arriesgando su vida distrayendo a Charles, no puedo dejar que pase más tiempo, puesto que el lanzamiento ya estaba programado desde que nos amenazó.

— ¡No podemos darnos por vencidos!, debe haber una forma de anular el lanzamiento.
—Hemos intentado eso mismo por tres días seguidos. Pero es inútil, no podemos hacer mucho. —exclama un señor de camisa amarilla que teclea como loco en una computadora.
—Pero si Charles lo programó, entonces podemos interrumpirlo de alguna forma, ¿No?
—No es tan fácil como crees. Se lleva a cabo todo un proceso y requiere mucho personal para poder autorizar un lanzamiento como este. Una vez la orden está hecha, no hay vuelta atrás. —una mujer me explica con pánico— Nunca se había pensado en la posibilidad ni necesidad de anular un lanzamiento, por lo que no existe una forma de hacerlo.

Había leído al respecto y hace rato me lo habían explicado; tengo entendido que para llevar a cabo la orden se necesita un código o varios para que se ejecutara la orden, además de que la programación del misil se hace en la consola de esta sala.

—De hecho, no estás tan equivocado. —replica el señor de camisa amarilla— nosotros debimos haber revisado y confirmado el ataque, pero como dice ella, requiere un proceso, y nunca hicimos nada.
—Y tomando en cuenta que es un divergente…
— ¡¿Charles es divergente?! —me interrumpen varias voces.
—Sí, y tomando en cuenta eso, tiene sentido que el mismo lo haya programado.
—Explícate.
—Como divergentes podemos interactuar con dispositivos electrónicos, sistemas y aplicaciones. No sería tan descabellado que el mismo haya venido hasta aquí y lo haya hecho por su cuenta.
—Pero sin el personal, las llaves… —murmura alguien.
—No las necesita, tomando en cuenta que la cuenta regresiva está desde hace ocho días, todo está en automático.
—Entonces el sistema está gestionando el lanzamiento por sí solo.
—Exacto. ¿Un hackeo o algo por el estilo no podrían interrumpirlo? —Pregunto.
—Lo hemos intentado, pero no funciona. Es como si todo el sistema estuviese protegiéndose a sí mismo.

—Un momento, déjame intentar algo. —digo, apoyando mi mano en el CPU principal.

Cierro los ojos e intento interactuar telepáticamente con la máquina y entro al estado trance para tener siquiera una pista. Basándome en la premisa de que puedo interactuar con la máquina, es posible que encuentre algo de esta forma.

Dentro del estado trance, lo único que veo son hilos de luz blancos, estáticos; no tengo idea de que signifiquen, pero cuando doy un paso para acercarme, producen mucho ruido y brillan con intensidad. La conmoción es tanta que me veo obligado a salir del estado trance, ligeramente asustado.

Me aparto de la máquina, jadeando ligeramente. El señor que estaba escribiendo deja su labor de lado para revisar que este bien.

—No podemos interrumpirlo, al menos no por nuestra cuenta. —murmuro, comprendiendo un poco lo que acabo de ver. – Charles lo tiene asegurado con divergencia.
— ¿Eso qué significa?
—Que hackear el sistema en si es inútil, la divergencia es lo único que puede desbloquearlo, pero es demasiado fuerte. Necesitaría ayuda de Meme para ello, o forzar a Charles a que el mismo lo haga.

«¡Necesito ayuda!» Exclama Meme telepáticamente.

—Un momento. —comento al señor antes de responder. - «¿Estás bien?»

«No dentro de poco. Charles está persiguiéndome, necesito escapar de la Casa Blanca rápido.»

«¿Qué? ¿Qué sucedió?»

«La reunión solo fue para hacernos perder el tiempo. Si queremos que desactive el lanzamiento, tendremos que obligarlo.»

«Justo pensaba en eso, pero ¿cómo le haremos?»

«¡Primero ayúdame a salir de aquí!»

«Voy en camino.»

—Tengo que irme. —anuncio.

—Pero no hemos resuelto lo del misil —exclama la compañera de trabajo de antes.

—Están trayendo a Charles hacia acá, necesitan mi ayuda.

Me teletransporto a la entrada de la Casa Blanca, no conozco sus salones o siquiera como se compone por dentro, solo entro y miro a mis alrededores. No hay nadie a la redonda.
«Ya estoy, ¿Dónde estás?»
«Estoy en dirección al despacho oval, al oeste»

—El oeste… ¿Hacia dónde es? —digo en voz alta mientras observó hacia el cielo y ubico al sol a mi derecha.
“Es de mañana, el sol siempre sale por el este, eso significa que estoy en el sur” —pienso.
Veo que hay un pasillo enfrente de mi que conecta con dos salidas hacia los lados.
—Por aquí. —murmuro, mientras me dirijo a la izquierda del lugar.

Al acercarme veo que Meme dobla la esquina y se dirige a mi dirección, corriendo, mirando hacia atrás cada cierto tiempo. Junto con ella viene un hombre de traje negro, quien voltea por un momento y dispara hacia atrás.

—¡Aquí estoy! —exclamo, mientras agitó los brazos.

—¡Corre! —grita el hombre de traje.

Charles viene caminando detrás de ellos y unos segundos después también comienza a correr. Después se teletransporta hacia Meme para hacerla tropezar e intenta golpearla en el suelo.

Me dirijo de inmediato hacia ellos, detengo los golpes de Charles y logro darle un golpe de gancho a la cara, tirándolo hacia atrás y dando una oportunidad a Meme de darle una patada en el pecho, levantarse y escapar conmigo.
—¿Pero que sucedió? —pregunto.

—Hicimos un trato de que si conseguía salir con vida de aquí a pie, el accedería ir al pentágono. Pero es demasiado rápido. —explica mientras se recupera, pero su velocidad baja.

—¡¿Qué?! ¡Me prometiste que tendrías cuidado!

—¡Lo siento! Tenía que hacerlo para que podamos desactivar la… la cosa esa. Y ¿Cómo le hiciste para… hacer eso? – Meme simula un golpe con su mano mientras señala hacia atrás. Yo me encojo de hombros.

Meme está tan agitada y estresada que se le olvidan las palabras; cada vez es más frecuente que se tropiece y su respiración delata su cansancio, pero sigue corriendo.

Opto por llevarla a una dirección diferente para que se recupere; entramos a una sala con muebles refinados y un tapete que recorre la mayor parte del suelo; también hay algunas sillas y un sillón de color rojo, algunos cuadros en las paredes, y un candelabro que cuelga del techo. El hombre que venía con nosotros se separa y corre a otro lado.

—No, estamos perdiendo tiempo, puedo seguir. – reclama entre jadeos, intentando volver a su ruta.

—Estás pálida, si sigues va a matarte. –respondo, insistiendo en desviar nuestro camino.

Escucho pasos cerca de nosotros, por lo que nos escondemos en los baños y esperamos.

—¡Controla tu respiración! No podemos hacer mucho ruido. —susurro.
Sin embargo, Meme no es capaz de recuperar aire de inmediato y ni siquiera es capaz de mantenerse erguida por el cansancio.

Los pasos desaceleran y ahora son extremadamente lentos; apenas son perceptibles por el suelo alfombrado, pero sé que se trata de Charles. Por el miedo de que nos encuentre, decido apoyar a Meme contra la pared, tapando su boca con mi mano para forzarla a respirar por la nariz. Pongo mi dedo índice en mis labios para indicar que intenté guardar silencio.

—Espero que no me hagan perder el tiempo escondiéndose en la sala de mapas. Es la habitación que más detesto —escucho la voz de Charles acercarse —Aunque no hay muchas opciones para esconderse aquí. Ya sé dónde están.

Charles guarda silencio y se acerca más a nuestra ubicación, por lo que también me tapo la boca para evitar que llegue a escuchar mi respiración.
Por un momento veo la sombra de Charles asomarse por la puerta, a punto de pisar el baño y descubrirnos. Se detiene antes de entrar y luego se dispone a dar un paso hacia adelante.

Se escuchan pasos fuera de la sala y algo caerse, por lo que Charles voltea y se dirige con prisa fuera de la sala.
Espero unos segundos más antes de asomarme y asegurarme que se ha ido para destapar mi boca y la de Meme.

—Tenemos que seguir.. —murmura e intenta salir, pero la jalo de nuevo dentro del baño y sujeto sus dos hombros.
—Por el amor de Dios, Meme, por una vez en tu vida, ¡Prioriza tu seguridad! No puedes arriesgar tu vida así. —Exclamo en voz baja, después suspiro y me recargo en ella un momento. —Si llega a hacerte algo no se que voy a hacer.
—… lo siento.
—Esta bien, descansa unos segundos. Tienes que recuperarte… ¿Mejor?
—Si, ya estoy mejor.
—Bien, vámonos entonces.

Después salimos de la sala de mapas y finalmente del edificio a través de una habitación ovalada, mientras escucho algunos disparos.

Enfrente de nosotros se encuentra un área extensa de pasto, así que, para ahorrar tiempo, tomo a Meme de la mano y cruzo todo de inmediato con velocidad supersónica. Al detenerme enfrente de una barda negra, me apoyo en mis rodillas e intento recuperarme, porque extrañamente tomé más energía de lo normal.

—¿Porqué…? —me pregunto, abriendo mi índice de energía, el cual se encuentra al 40% —¿Qué fue lo que tomó tanta energía?

Al otro lado de la barda se encuentra un grupo de personas protestando y reaccionando a nuestra presencia: gritan, piden algo, pero no puedo entenderles. El problema es que ahora intentan acercarse.

—Mierda... ¡Aléjense! —grita Meme hacia la multitud. —¡Charles puede aparecer en cualquier momento!

De repente siento una mano ajena a nosotros en mi brazo. Al voltear, Charles me lanza un golpe directo a la cara que no puedo esquivar y me lanza hacia atrás. Cuando logro levantarme, noto que su nariz está sangrando.

—Eso es por el golpe anterior. —Comenta con rabia, mientras saca una pistola de su bolsillo para apuntarme.

Meme reacciona de inmediato desviando la bala hacia arriba para después forcejear con Charles. Él la toma de las muñecas, Meme logra zafarse e intenta dar un golpe a su entrepierna, el cual es bloqueado y respondido con un golpe al estómago que Meme esquiva al retroceder un paso, para después darle un codazo a Charles en la cien.

Yo me pongo de pie y ayudo a empujar a Charles hacia atrás, el vuelve a disparar hacia nosotros, por lo que bloqueo con materia metafísica.
Meme voltea hacia la barda de metal y con una hoja delgada de matera meta corta una parte y la mueve a un lado con telequinesis. Me ayuda a levantarme y cruzamos la barda.

La gente se dispersa gritando, alejándose lo más que pueden de Charles y de nosotros. Meme se detiene luego de correr unos metros más. Charles se mantiene al otro lado de la barda, jadeando y limpiándose la nariz con su mano también llena de sangre. Su enojo me da miedo.

—Bien, salí con vida. – Le señala Meme, extendiendo los brazos.

—Y yo cumpliré mi palabra. – Responde Charles, nos señala con su mano derecha. – Tienen una oportunidad más para cambiar de opinión. Solo noten a su alrededor y considérenlo… Los veo en unos minutos.

Luego se teletransporta para desaparecer. Volteo a mi alrededor como él dijo y noto que la gente está asustada, no solo de Charles, sino de nosotros. Algunos comienzan a gritarnos enojados, otros intentan callarlos, convirtiéndose en una pelea.

Algunos soldados que se encuentran en el lugar intentan separar a la gente, que poco a poco se alejan.

—Mejor vámonos. – Sugiere Meme, jalándome de mi brazo. – No tenemos mucho tiempo.

—Si, tenemos aún cosas que hacer. – Murmuro, avanzando lentamente y luego corriendo.

Error de Código: AutónomosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora