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Capitulo 11: Confianza

[ACTUALIZADO]

| MEME |

— ¡Oye! ¿Pero qué estás haciendo? ¡Baja el arma ahora! —Vidal le reclama a Silk mientras le baja los brazos, a quien se le cae el arma de las manos mientras retrocede asustado— Ni siquiera le diste al objetivo.

Silk no responde, pero recoge el arma rápido y busca apuntar de nuevo, pero Vidal se lo impide bajando sus brazos de nuevo, esta vez con más suavidad.

—Ok, hagamos esto: Mantén el arma abajo, respira hondo y cuando te diga, apuntas, ¿va? Ahora mismo lo que tienes que hacer es calmarte —aconseja de nuevo; Silk asiente y se mantiene respirando profundamente.

«¿Estás bien?» Le pregunto telepáticamente, pero solo consigo que se sobresalte y me mire de reojo mientras me dice "ayúdame" con su expresión.

«Jamás había agarrado un arma... los nervios me ganaron y disparé antes de tiempo» contesta.

«Venga, tú puedes. Intenta relajarte» intento animarlo.

Después de un rato, finalmente Silk conserva un poco la calma y Vidal le indica que ya puede apuntar. Se toma su tiempo y dispara, pero al estar aun con los nervios, le pasa lo mismo que con Reig y el retroceso lo avienta hacia atrás. No quita el dedo del gatillo ni baja sus brazos; Vidal necesita repetirle dos veces que quite el dedo del gatillo mientras vuelve a bajar sus brazos.

—No te has calmado por completo —Vidal le insiste—. Si de plano te sientes muy nervioso y no puedes controlarte, pospondremos esta sesión para ti.

— ¡No! —Silk interrumpe— Puedo hacerlo, lo haré mejor.

Me fijo en su postura. Se ve totalmente nervioso, sus manos tiemblan, no parece tener fuerza en las piernas ni en los brazos, aparte de estar encorvado, y no deja de mirar hacia los objetivos y parece estar sudando.

«Ah, ya vi que está mal, verifica tu postura» aconsejo «Tus pies deben estar a lo ancho de tus hombros y pon uno más adelante que el otro, no en la misma línea».

Mientras le voy aconsejando, Silk mira hacia abajo y mueve sus pies para corregir su posición.

«¿Así está bien?» pregunta, sin voltear a verme.

«Creo que sí. Ahora, estira completamente tus brazos y ténsalos»

Silk vuelve a mirar a frente y estira sus brazos, aún abajo.

«Bien, ahora ve hacia dónde quieres disparar y apunta manteniendo la pistola ligeramente debajo de la altura de tus ojos».

Silk alza sus brazos, completamente estirados y visiblemente tensos. Alinea la pistola con sus ojos y fija su vista.

—Con calma, vas bien —Vidal le apoya con voz calmada.

—Entonces es así... —Silk murmura para sí mismo.

«No aprietes el gatillo con mucha fuerza, pero hazlo firmemente, e intenta no cerrar tus ojos al disparar» añado «A tu tiempo...».

Silk toma una bocanada de aire y mira hacia la línea de tiro sin parpadear, ahora con un enfoque muy diferente al de antes. Al disparar, sus brazos no se mueven del todo y logra dar al pecho, donde debería localizarse el corazón. Luego baja el arma rápidamente y quita el dedo del gatillo.

— ¡Al fin! —exclama Silk, colocando el arma en la mesa con entusiasmo

—Buen tiro —el instructor se cruza de brazos y asiente— Está bien, sigamos. Ahora veamos cómo lo haces con las demás.