Lazos En Cenizas [✔]

Capitulo 13: El partido.

Unos minutos.

Unos 10 minutos para salir al campo de juego y brillar.

Tanto entrenamiento debía funcionar, era mi momento

Mi cabello Lucía perfecto en un moño alto gracias a Alicia quién me peinó con la excusa de: " Si vamos a jugar, jugaremos luciendo bellas". Al menos en el momento de entrar, dar el signo de "paz"  al otro equipo y para las fotos.

El uniforme del equipo era fabuloso. Tenía los mismos colores del uniforme. Amarillo y azul. No quedaba un poco pecado al cuerpo, y eso a papá le disgustaba, las medias eran largas y los zapatos, bueno, cada una elegía su estilo. El logo solo era una D, inicial del nombre de la escuela "Dian young school" y dos delfines. No era de mi estilo pero me gustaba. Ni hablar del uniforme de las porristas, pero lo mío definitivamente era el fútbol.

Eché un pequeño vistazo hacia afuera. La cancha estaba realmente llena. Era domingo, un día perfecto para un partido de fútbol, sin clases, sin profesores trabajando ahora, un día libre en familia.  Como era un día especial, la escuela del equipo rival estaba de visita. No podía creer la cantidad de personas que cabían en la cancha, simplemente era increíble. Estudiantes, padres de los jugadores, realmente si había mucho más gente que cuando de celebra el día de la familia en la escuela.

— ¿Viste que guapos están los chicos del equipo masculino? Del equipo rival, obvio. — Ivana entro con su hermoso vestido de porristas. A diferencia de Julia, le gustaba apoyarnos desde las gradas con algo que no sea con falda.

— Ésta vez te apoyo, esos chico se ven muy maduros. — Dice Alicia.

Empiezo a buscar a mamá en la multitud, me había prometido estar con papá el día del partido. Era la final, sin duda debían estar. No la veo a ella, pero veo a Elliot sujetando un cartel aue seguramente la clase hizo.

Cuando me vio, su rostro cambió y me sonrió.

— Chicas, Elliot saluda. — Dije, mientras que todas sacaron su rostro detrás de mí para saludarlo.

Reímos cuando algunas niñas quisieron tirarde encima de él.
Ivana se ofreció irse primero para darle algo de compañía.
Cuando volví mirar hacia su dirección, esta vez estaba junto con mis padres. Mamá sostenía en brazos a mi hermanito y mi padre saludaba alegremente a Elliot, como si se conocieran desde hace muchos años.
Lo abrazó y papá de veía muy feliz al verlo y revoloteaba su cabello de un lado a otro. El viento hacia que el cabello de mamá de le pasara por la cara, se veía hermosa. Mientras tanto mi hermanito tenía su chupón.

— ¡5 minutos chicas! — El entrenador abre la puerta sin antes taparse los ojos. Era una regla que todas nosotras habíamos puesto. Los chicos debían cubrirse los ojos cada vez que entraba vestidor, en ese momento todas estábamos listas.

Me estiré el tiempo que faltaba para poder ir a jugar. Estaba lista. En total hicimos más de 6 entrenamientos. Debíamos ganar, era la final.

Me puse la banda que me caracterizaba como capitana en la cancha.  "Para serlo un poco más dramático" según el entrenadores Philips, las demás chicas del equipo, quedándome sola en el vestidor.

— ¿Puedo pasar? — Darwin no entra antes de taparse los ojos. Yo le digo que sí.

— Ya se volvió costumbre esto de entrar a sus vestidores con los ojos tapados.

Yo reí al verlo con sus ojos tapados con ambas manos. En estos últimos días, Darwin ha sido muy amigable conmigo. Me ha hablado mucho más que los últimos dos años. Estoy en un sueño, que alguien me despierte, no mejor no; quiero disfrutarlo más. Traía el mismo uniforme del equipo, pero mucho más grande que el mío.

— Debes estar nervioso, luego de mi partido te toca a ti. — Era Obvio, pero no tenía más nada que decir.

— Ni un poco, a decir verdad. Tú tampoco debes de estarlo; las he visto entrenar, realmente son feroces... En especial tú.

Tragué en seco. Estando los dos solos era algo incómodo. Mi corazón palpitaba una y otra vez. Él se acercó a mí y miraba mis labios. Estaba segura que me iba a besar. Cerré mis ojos prestada para mí momento.

— Helena te toca salir en ahora. — Ya adios a mi momento feliz con Darwin, gracias entrenador.

Darwin retrocede unos pasos hacia atrás y me regala una sonrisa, una de esas que las ves y quieres derretirse como chocolate a una temperatura muy alta.

— Suerte. Al final del partido, si ganas Búscame, estaré en los casilleros.

Me guiña el ojo antes de salir por la puerta trasera. Era increíble que el chico que me ha gustado por más de dos años podría estar enamorado de mi.

Vale, vale. Helena no es el momento de pensar en eso. Ahora lo más importante era el partido de fútbol.

Salí disparada hacia la cancha mientras que toda mi escuela enloquecía en las gradas. Vi a mis padres saltar de emoción. Amaba esa parte en dónde siempre que tenía un partido, mi familia venía a darme todo su apoyo. A pesar de que papá siempre trabajaba en todo el día siempre inventaba una excusa venir a verme. Decía que jamás se iba a perder uno de mis partidos en la vida.
Tenía a la mejor familia, de eso no tenía duda.

Quedamos justo al frente del equipo rival. Escuela Hyundai shine. Chicas de penúltimo año al igual que mi equipo.
La capitana del equipo Raquel era un poco más alta que yo. Su cabello era mucho más rizado que el de Kenia y su color de piel era un poco oscuro. Era muy atractiva, no había duda, y también una excelente jugadora. Ambas nos llevábamos bien fuera de la cancha, pero dentro de ella, éramos enemigas mortales. De eso se trataba todo.

— Bonito Moño, Hel. — Decía.

— Bonito zapatos Ra... Aún no encuentro un diminutivo para tu nombre. — Le susurré.

— Está bien, puedes decirme campeona.

Yo reí por lo espontánea que era. — ya veremos.

Nos dimos las manos, al igual que todas las chicas de ambos equipos.

La directora quiso tomar las fotos grupales porque la situación lo ameritaba. Era el último partido de la temporada. La gran final entre los dos colegios más  prestigiosos en la ciudad, debía quedar un recuerdo de tal momento.

Mamá sacaba su celular y empezó a tomar muchas fotos mientras que papá sujetaba al pequeño Héctor. Mi hermanito reía con las caras graciosas que Elliot le hacía. Me di cuenta que era muy bueno con los niños.

— ¡Qué empiece el partido!

Es hora. A demorar de lo que estoy hecha.