Capítulo 3: "Extrañas sensación"

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Helena:

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Helena:

Un día frío.

Un día lleno de nubes grises.

Un perfecto día para ir en bici a la escuela.

Tomé mi mochila y la acomodé en mi espalda. Busqué mi bicicleta en mi patio y empecé a pedalear colina abajo. La fuerte brisa hacia que salieran mis pelitos rebeldes de la gran y perfecta trenza que me había hecho con tanto esfuerzo.

En el camino me crucé con Alicia. También tuvo la maravillosa idea de ir a la escuela en bici al igual que yo.

La saludé con mi mano derecha cuando se acercó a mí. A diferencia de mi, ella traía su casco en su cabeza y su corto cabello negro suelto.

- Me alegra que te hayan dejado usar la bicicleta. - Su voz era tan humilde como siempre.

- Igual a mí -Respondi - Aunque mamá no se dió cuenta que la saqué. Probablemente me vaya con ella en su auto cuando las clases terminen.

- Gracias al cielo hoy tenemos entrenamiento, quiero que caiga una fuerte tormenta y empaparnos en lodo y que los chicos nos vean.

- ¿Eh? ¿Por qué es necesario que ellos los vean llenas de lodo y empapadas?

- Creo que a ellos les gusta. - Alicia era un año mayor que yo, por lo que está un poco obsesionada en buscar su primer novio. Dice que es de muy mala suerte cumplir 17 sin haber tenido al menos uno, podría quedarte soltera por el resto de su vida.

- Probablemente les gusta porque el uniforme se nos pega al cuerpo. -Dije.

Cuando llegamos al fin a nuestra escuela, dejamos nuestras bicis con sus cadenas y entramos directamente al gran salón donde podíamos dejar muestras cosas en el casillero. En la primera hora de todos los días siempre nos dirijamos al salón de reuniones, allí la directora Diana daba su sermón cada día.

Un grupo de chicas llamó mi atención antes de entrar al gran salón de reuniones, me percaté que a la que estaban rodeando era a Ivana quién tenía sus manos juntas y estaba algo roja.

- ¿Que pasa? ¿Por qué tanto alboroto? ¿Y por qué Ivana está tan roja? -Alicia me tomó de la mano y me llevó hacia dentro del círculo donde estaba Ivana. Julia al vernos acercamos trató de abrir un poco más el espacio que tenían para que dejarán respirar un poco a Ivana.

- Oigan, ya largo, llamaremos la atención de todos, dejen a Ivana en paz, aquí no pasó nada. ¡Chu!

Una por una empezaron a irse pero sin dejar de susurrar.

- No puedo creer que la haya ayudado a ella, es una perdedora. - Escuché a Pilar decir lo que había dicho. Lo cuál me molestó un poco y la empujé hacia delante.

- Cuida tus palabras, Pilar, la única perdedora aquí eres tú.

-No me vuelvas a tocar, RarHena.

Lazos En Cenizas [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora