Lazos En Cenizas [✔]

Medakse

Medakse

Viví alejada del mundo, y la mayoría del tiempo no sabía porqué mi padre solía esconderme. 

Mi madre era una humana, lo que significa que yo era mitad Nijzsha. Mis padres me ocultaron cuando cumplí los 8 años porque empecé a presentar poderes similares a los de mi padre. Poseía una pequeña parte del poder de la gema de la oscuridad. Mi padre, Víctor, o como lo llamaban la mayoría del tiempo, el rey sombra, descubrió qué al morir, sus poderes pasarían a mi, a su primogénita. Yo era codiciosa, al igual que él. Mi madre decía que mi personalidad la había heredado de él, y era muy malo.
Cada vez deseaba el poder de mi padre y todo el mando que poesía.

Nunca lo odié toda mi vida, lo amaba.
A pesar de que fueron pocos los momentos en los que pasé con él.
Recuerdo un helado invierno. Papá me enseñaba a experimentar mi poder por primera vez en seres vivos. Un pájaro azul alimentaba a sus crías cuidadosamente. Yo me negaba someterla al dolor y convertirla en una sombra para siempre. Mi inocencia solo pensaba en los pobres animalitos que aún no podían defenderse, podría quedarse solos, sin su madre.

Eso no le importó a mi padre. Sin piedad alguna, cubrió al animal con la tenue sombra y le arrebató el aire de sus pulmones, la había matado. Desde entonces describí la maldad que cubría el corazón del que pensé que era mi héroe. 

No abandoné al ave y a su pequeño nido que estaba en el medio de dos ramas en un alto árbol. Las pequeñas aves no dejaban de gritar por la ausencia de su Madre y por alguna extraña razón, yo me sentí culpable.
Recogí el cuerpo del pequeño animal en mis manos. Estaba roja por el frío. Recordé que siempre he odiado el clima.
Intenté hacer lo mismo que mi padre, pero ésta vez con su cadáver.  La neblina negra recorrió todo el cuerpo frío del ave en la nieve y se metió por su pico. Poco a poco iba moviéndo sus dos patas y sentía su corazón palpitar. Sus ojos se volvieron azules eléctricos y de un solo brinco el animal se puso de pié. Sentí miedo, porque se suponía que el animal estaba muerto, pero, al ver que se movía libremente por la fría nieve me alegró. No fue exactamente lo que el rey de las sombras me pidió hacer, pero había hecho que el alma regresara a su cuerpo.

El ave subió hasta sus crías. Las miró abriendo sus grandes bocas para que ella le diera aperitivos, como gusanos de tierra, pero para ésta temporada era algo difícil de conseguir. El ave no dejaba de verlos detenidamente y con un solo movimiento, simplemente, el ave se comió a todos los pájaros recién nacidos.  Me dió mucho miedo y retrocedí en la nieve. Corría lo más que pude. El ave empezó a perseguirme hasta llegar hacia él.

Él detuvo al animal, y lo volvió a su estado anterior: un cadáver.

Me enseñó como controlar la oscuridad dentro de los cuerpos y, no recuerdo más.

Años más tarde, mi madre aceptó ser su discipula por siempre. Convirtiéndola en una mujer sombra. Yo no estaba convencida con la idea. Pero ambos me dieron la espalda y terminaron haciendo lo que les convenía.