Capitulo 22: "Recuerdos"

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Helena: Varios recuerdos vagos venían a mi mente, tal como lo decía Medakse

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Helena:
Varios recuerdos vagos venían a mi mente, tal como lo decía Medakse. La palabra cabus fue la clave para que yo pudiera recordarlo todo.
Tía Etna fue la responsable de que olvidara toda mi infancia, a Gregory, a Stiven, a Kyley y a Elliot...

Cuando lo recordé me destroce más de lo que ya estaba. Él sabía la verdad y no me dijo nada. Fingió volver a conocerme mientras que guardaba el secreto junto con mis padres. Sentía que todo dentro de mi caía como la nieve en diciembre, o como el hielo frágil al fuerte suelo y se partía en varios pedazos para luego desaparecer.

Después de llorar por una hora completa en el bosque de ésta dimensión. Me llevaron al castigo que era mío, o más bien, de mi madre. No me dieron nada de detalles, solo insistieron en que debía dormir muy bien y que a la hora de la cena me contarían todo con detalles.

El dormitorio que me prepararon era mucho más grande que mi propia habitación. Con solo dos colores, el habiente de la habitación era muy elegante, tal como se esperaba de un castillo real.

Abajo de la cama había un enorme tapete plateado con hermosos detalles hechos a mano con hilos de oro. Los cuadros colgados en la pared eran pinturas echas en óleo, parecían ser muy valiosas. A cada lado de la cama, habían dos mesas que sostenían dos floreros enormes con muchas flores blancas que jamás había visto, dudaba mucho que en la tierra habrían unas igual.

El candelabro que colgaba justo a la mitad de mis aposentos irradiaba luz en cada rincón. Parecían ser velas reales, pego eran hechos con vidrio en forma de velas.
El baño fue lo que más me llamo la atención.

Tenía una ventana grandísima, que daba vista hacia afuera, a una hermosa montaña llena de árboles y en su punta era blanca gracias a la nieve que la empapaba.
Dos estatuas blancas, posaban hermosamente a cada lado de la bañera, justo en el medio de la habitación.  El piso brillaba por lo limpio que estaba. Seguramente lo aseaban cada 5 minutos. Como en la habitación, habían varios floreros, pero más pequeños con las mismas flores. 

Decidí entonces relajar mi cuerpo en la gran bañera de agua para calmar mis nervios y refrescarme un poco. Me quité la bata que tenía encima y me metí al agua. Estaba fría así saqué los manos e hice burbujas solo para calentarla un poco. A un lado de la bañera había una hoja sus parecía ser jabón. Eché dos al agua y enseguida surgió la espuma.

Cuando era niña, deseaba vivir una vida de princesas. Tener mi propio reino y hacer que todos hicieran lo que yo quisiera, era algo egoísta pero ¿Quién no soñaba con algo similar cuando éramos niños?
Dejé que la espuma cubriera todo mi cuerpo y cerré los ojos. Pasaron más de 10 minutos cuando alguien entró a la habitación. Ivana, o debería decir Ametz; debía acostumbrarme a llamarla así.

— Helena, debes bajar para cenar juntos a mi madre.

Salí del baño y me cubrí con una toalla que estaba colgando en una de las manos de las estatuas.

Lazos En Cenizas [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora