A la perfección

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Después de 16 horas de vuelo por fin llegamos. Charlie me había acompañado hasta el aeropuerto para despedirse de mí, todo había mejorado después de hablar con él. No quiere decir que Charlie no me guste, al contrario, si me sigue atrayendo. Pero tanto como mi mejor amigo y yo tenemos objetivos diferentes, sería un total desastre si estuviéramos juntos.

Salí del lugar junto a David, él y yo casi no hemos cruzado palabra. Era extraño aún que sólo salimos casi tres meses, siento que lo conozco muy bien-¿Qué te pasó en la mano? -su voz hacía que me dieran escalofríos, que me pusiera nerviosa y me gustaba que causara ese efecto en mí.

-Una larga historia -solté una risilla. Él sonrió para después subirse al auto que nos estaba esperando en la entrada. Era evidente que yo quería recuperarlo, pero no sabía cómo lo haría, quiero creer que todo está de mi lado, porque David al menos me sigue hablando y no de una manera fría, al contrario-. ¿Quieres ir a comer a algún restaurante? -¡Diablos! ¿Lo hice muy apresurado? Debí esperar al menos que tuviera un poco más de confianza o al menos prepararme para una respuesta negativa.

-Sí, porqué no -lo miré un tanto emocionada, espero que no se note tanto en mi cara ahora mismo. Me acomodé en el asiento y sonreí, me sentí esperanzada. Era ganar o perder, pero tengo la ligera sospecha de que todo saldrá bien-. Tengo ganas de una hamburguesa -asentí. Recuerdo la vez que nos conocimos, aquel día en la feria. Comimos unas hamburguesas en ese restaurante, que para ser sincera fueron muy apetitosas. Lo único que arruinó el día fue la imprudencia de Gabriela, o sea, por su culpa yo me fui de ahí y Charlie también tuvo la culpa-. Eso fue un poco grosero de tu parte -Ay no, ¿lo dije en voz alta? ¿O me había leído la mente? Que vergüenza, me estoy volviendo loca.

-Ah... O sea Gabriela es tu familia..., pero me cae mal... porque... -David rió. El brillo de sus ojos era hermoso, la luz del atardecer en su cara hacía que el azul de ellos soltaran un destello inexplicable. Este chico es precioso, de verdad me gusta mucho.

-Eres muy tierna cuando te pones nerviosa -creo que voy a gritar de la emoción, ¿escuché bien? Todo está saliendo a la perfección, Natalie, no lo arruines, no digas nada imprudente por favor.

-Tu te ves muy atardecer cuando estás en el guapo -soltó una carcajada y entonces caí en cuenta de los que había dicho. No me quedaba de otra más que reír con él, al menos no lo arruiné-. Hablo de que... Estás muy guapo hoy -me dedicó una sonrisa. Mis manos comenzaron a sudar, ¿de verdad se lo está tomando tan bien? Literalmente estamos coqueteando frente al chofer.

-Bueno, tú siempre te ves hermosa -aparté la mirada hacia la ventanilla, sentía mi cara caliente y me estaba dando mucho calor. Me había acostumbrado a las muestras de afecto que ambos teníamos, por lo que eso explica las ganas que tengo de lanzarme sobre él y besarlo. Lo miré directamente a los ojos, no podía quitar la sonrisa de mi cara y al parecer David tampoco-. Ehh... -apartó la mirada y cambió su gesto. No me extrañaba para nada, lo comprendía.

-Aquí es donde me marca el GPS al restaurante más cercano -habló el chofer. El auto se había detenido frente a un establecimiento muy bien decorado, tenía unas luces neón adornando las ventanas, era visualmente muy bonito.

Ambos bajamos del coche y caminamos dentro del lugar. ¿Debería idear un plan o solo que las cosas fluyan por sí solas? Las cosas están saliendo de maravilla, pero no debo confiarme tanto, es que puedo pensar que todo está saliendo perfecto pero de repente las cosas se vienen abajo. Cuando conocí a David sinceramente no lo imaginaba como mi novio, ya que acababa de salir de una relación, pero las cosas sucedieron tan rápido-¿Natalie...? -sonreí hacía donde se había sentado el chico en el que estaba pensando, frunció el ceño observando mi cara-. Te ordené lo mismo que yo, sin pepinillos y con extra de kétchup -casi siempre que salíamos a comer pedíamos lo mismo. Asentí-. ¿Estás bien?, te noto muy distraída.

-Sí, solo estoy pensando en cómo nos irá mañana -mentí, en realidad ya tenía planeado todo lo que diría el día de mañana en la junta con los directores y tengo una excelente estrategia para que al menos la mayoría acepte-. No es que esté pensando en ti, ¿sería raro? -¡ay no! ¿Por qué soy así? No puedo simplemente pensar antes de decir.

-Yo también he estado pensando en ti -me dio una mirada que la verdad, no puedo explicar. Mi celular vibró alertando un mensaje, era Charlie. ¿Esto es una señal? Me estoy sugestionando demasiado, no todo tiene que ver con los chicos que me gustan, ¿o sí?

-David, somos adultos y pues hay que hablar sin rodeos -rodó los ojos, juguetón. Tomó mis manos e hizo que me pusiera nerviosa, su acto me sorprendió. Levanté ambas cejas esperando a que él dijera algo.

-Le dije a la mesera que era tu cumpleaños -hice una mueca. Hoy no es mi cumpleaños, es mas todavía falta mucho.

-Pero..., no lo es.

-Lo sé -se levantó del asiento y llegó hasta los meseros para tomar el pastel pequeño que estaba sosteniendo uno de ellos, caminó de nuevo hasta mí colocando el postre frente a mí, para seguido de esto empezar a cantar una canción de feliz cumpleaños. Reí mientras observaba a David hacer caras intentando cantar una canción que claramente no se sabía. No me quedó de otra más que aceptar la broma de él y lo divertido que era salir junto a este chico.

...

Dejé la maleta a un lado de la cama a fin de dejarme caer sobre ella, estaba agotada, habían sido muchas horas de vuelo y mañana tengo por seguro que será un día muy largo. Siempre que me acuesto y estoy muy cómoda en la posición que me puse, me dan repentinas ganas de ir al baño. Rodeé los ojos levantándome con pereza de la cama, no había explorado siquiera la habitación, por lo que no sé donde está el baño. Hay tres puertas aparte de la entrada y quiero suponer que es la que está justamente a un lado de mi cama. Me vendría bien una ducha con agua templada antes de dormir.

Quité mi ropa para quedarme solo en prenda interior, tomé mis cosas para abrir la puerta y encontrarme con otra habitación casi idéntica a la que estaba yo. Fruncí mi entrecejo, ¿este cuarto es parte del mío? ¿Por qué hay más puertas? No puedo creer que esté perdida en mi propia habitación. Caminé hasta la otra punta de la estancia para abrir una puerta más-¿Qué haces en mi dormitorio? -miré con extrañes a David que estaba confundido observando desde un pequeño sofá. Apunté de donde yo venía.

-¿Cómo es que llegué aquí? -no entendía nada. ¿Por qué hay una puerta que conduce a las dos habitaciones?-. No comprendo... -David soltó una carcajada, se levantó para mirar de dónde había venido y luego me examinó de arriba a abajo. Me puse nerviosa, lo admito.

-Tenemos departamento compartido, Natalie -le sonreí. En serio no tenía ni idea de eso. Yo solo quiero darme un baño y dormir. Alcé mis cejas.

-Ohh... Yo iba a..., un baño..., darme. Sí -agaché mi mirada y entonces recordé que estaba en ropa interior. Bueno, era normal para mí, él me había visto hasta sin ella pero aun así siento que estoy haciendo el ridículo. Sin decir nada más caminé de nuevo para regresar a mi habitación, pero me detuve en el umbral, era ahora o nunca para intentar dar el siguiente paso con él, porque viéndolo así qué más podría pasar, estoy en ropa interior. Me giré y solté un suspiro al cruzar mira de nuevo con el chico-. David..., fui una egoísta, solo quiero que me perdones y que... -no había preparado nada, soy muy mala pidiendo disculpas-. ¿Podemos volver a empezar? Haré las cosas bien, no me volveré a equivocar de esa manera -él no decía nada, solo me miraba y de cierta manera me aterraba lo que fuera a decir. Soltó un fuerte suspiro. De acuerdo, al menos lo intenté.

-Es mejor... -me tomó totalmente desprevenida cuando se acercó hasta mí y me besó. Vaya que si eran mejor los hechos que las palabras.

Un amor cliché  [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora