Me desperté con una sonrisa en mi rostro, me estiré y bostecé para después voltear a mi reloj, eran las diez de la mañana. Pero la sonrisa se esfumó al recordar: ¡mi entrevista de trabajo! Tenía media hora para llegar. Me levanté tan rápido, tanto que me mareé. Me metí al baño de mi habitación tan pronto se me quitó. Tuve que bañarme con agua fría ya que no había pagado la factura.
Una vez y me aliste, salí de mi habitación para ir a la cocina y buscar algo para desayunar pero no había tiempo, por lo tanto, sólo tomé una manzana. Después de tomar mis llaves, abrí la puerta y salí. Al momento que mis pies tocaron el concreto -que estaba frío- supe que se me habían olvidado los zapatos-¡Maldición! -exclamé. Volví a mi habitación y coloque mis zapatos, corrí a la sala para agarrar mis llaves. Cerré y me dirigí a mi auto. Conduje lo mas rápido que pude y justamente en un semáforo se me apagó mi auto, no me quedaba mucho para llegar pero no podía correr ya que tenía tacones. Me bajé y comencé a darle señas a los conductores para que se fueran por el otro carril. Muchos obedecían, sin embargo, una señora de unos cincuenta años muy bien vestida, salió del carro que estaba detrás del mío.
-¡Oye! Quita tu chatarra de allí. No es lugar para estacionar -señaló mi auto. Mi carro no era chatarra, sólo era tres años más viejo que el actual.
-Lo siento señora, les estoy... -la mujer, indignada me interrumpió.
-Es señorita -traté de ahogar una risa-. ¿Te estás riendo? -ladeó la cabeza frunciendo el ceño. Se acercó agresivamente a mí y me empujó- No te burles de mí, niñita -me volvió a empujar.
-No quiero problemas, estoy bastante atrasada para mi entrevista de trabajo, señora le... -me dio un golpe en la cabeza.
-Sólo quita tu basura de aquí -le soltó un golpe a mi coche. Pueden hacerme lo que sea pero con auti no se metan, oh sí, así le llamo a mi auto.
-¡Hey! ¡No le pegue a mi carro! -la tipa comenzó a darle patadas en la parte de atrás- ¡No haga eso! -caminé hasta ella y la empujé.
-¡A mí no me empujes! -ella lo hizo más fuerte conmigo, así que caí al suelo. Caminó hasta su auto y se metió a él tranquilamente. Oh no, esto no se va a quedar así. Me levanté para llegar a su carro, metí las manos por la ventana del piloto para agarrarla de los cabellos, le estiré y le arranqué la peluca que traía. Me arrebató la melena artificial y se puso en marcha.
Todavía me quedaban diez minutos para llegar, le llamé a la grúa y salí corriendo hasta las oficinas. Una vez llegué un tanto agitada, sudada, despeinada y sucia, intenté pasar pero el guardia me impidió pasar-Los mendigos no pasan.
-¿Qué? No soy una persona de la calle -traté de arreglar mi cabello-. Me llamo Natalie Arcuri... -no me gustaba decir mi segundo apellido por lo cual no lo dije.
-¿Ah sí? -fingió sorpresa- Y yo me llamo Lar Godeaquí -ironizó.
Suspiré. Era oficial, no conseguí ni siquiera dar mi entrevista de trabajo. Tuve que regresar a mi casa en taxi. Al entrar a la casa todo mi alrededor estaba desordenado, había cervezas tiradas por todas partes y comida pegada en las paredes y techo-¡Hay alguien ahí! -Escuché la voz de Charlie en el baño. Abrí la puerta que tenía pasador por fuera-¡Oh, gracias al cielo!
-¡¿Qué fue lo que pasó aquí?!
-Invité a unos amigos a tomar unas cervezas. Pero tuvimos que venir aquí porque mi padre no quiere que lleve a mis amigos a la casa -moví la mano para que prosiguiera-. Fui al baño y me encerraron, al principio creí que era una broma pero después empecé a escuchar risas y como se quebraron algunos vidrios.
-¡Destruyeron mi casa en -miré el reloj de mi celular-... Treinta y cinco minutos! -mi teléfono sonó alertando que había llegado un mensaje. Lo desbloqueé y miré quien me había escrito, mi novio Marcus. Sonreí pero la borré cuando leí el mensaje.
-¿Pasa algo? -preguntó Charlie. Comencé a llorar- ¿Por qué lloras? -me abrazó tratando de consolarme. Solté balbuceos mientras lloraba- Calma, no puedo entenderte.
-Marcus terminó conmigo por un mensaje de texto -aventé las botellas que estaban en el sillón y me senté con la cabeza gacha.
-Es un bastardo -me tomó por las manos cuando se agachó-, pero sé qué te hará sentir mejor -levanté las cejas con intriga. Él siempre era así, casi siempre tenía sorpresas y a veces eran las mejores.
...
-¡Ta da! -miré a mi alrededor esbozando una sonrisa desganada- ¡Vamos! No me digas que no te gustan los parques de atracciones -claramente no era eso, simplemente me acababan de terminar de la peor manera y no tenía ánimos de nada. Hice una mueca evitando sonreír por la botarga de Bob esponja que se aproximaba a nosotros. Sin decir nada, la persona que estaba dentro de Bob esponja nos guio a una rueda de la fortuna, nos hizo sentarnos en uno de los tantos asientos vacíos y cuando el juego comenzó, recordé que esto para nada me gustaba.
-Quiero ir a casa -me agarré fuerte del tubo cuando estábamos en lo alto.
-Olvídate de ese tipo, no te merecía -negué desesperadamente. Charlie me miró un tanto asustado, sin saber qué sucedía.
-¡Tengo vértigo! -comencé a moverme agresivamente, haciendo que el asiento se balanceara y me sintiera aún más nerviosa.
-¡Tranquila! -me tomó por los hombros haciendo que me quedara quieta-. Ya vamos a llegar abajo -pero no era verdad, el tipo que hacía que funcionara se fue por casi media hora ya que Charlie pagó para que nos dejaran sólo a nosotros.
Cuando ambos bajamos, no mentía cuando decía que quería besar el suelo-Ah... Eso fue... muy intenso -lo miré. Aún intentaba procesar lo que acababa de pasar-. Tienes razón, me sentí mejor. Ahora hay que volver porque me tienes que ayudar a limpiar -comencé a caminar hasta la salida del parque de diversiones junto a él.
-Tengo otra sorpresa -fruncí mi entrecejo. Solo pedía que esta sorpresa no me haga sentir de la misma manera que la anterior.
...
Todo estaba completamente reluciente cuando llegamos a mi casa-¿Cómo...? -observé a un Charlie sonriente.
-Soy una persona precavida -caminé hasta él para darle un abrazo.
-¡Vaya! Quitaron el vómito que había en el techo -ironicé a la vez que apunté a éste-. Gracias, Charlie, eres el mejor -sonreí. Me separé de mi mejor amigo un poco asustada, ya que, en el patio de escuchó un ruido, como si algo hubiese caído al agua, no de una manera ruidosa, pero aun así llamó nuestra atención. Los dos salimos para inspeccionar-. ¿Qué demonios hace un perro en mi piscina?
-Oh... ¡Sorpresa!-reí aún con los ojos en el animal.
-¿Un perro? -se encogió de hombros, a la vez que asentía.
-En realidad, te quería regalar una cabra, pero no estaban disponibles -fruncí el entrecejo y regresé de nuevo a la sala para sentarme en el sillón.
-¿Cómo lograste hacer todo eso sin que me diera cuenta? -me miró con picardía y después la desvió.
-Un mago jamás revela sus secretos -elevé mis cejas. La puerta de mi habitación se abrió llamando nuestra atención, una señora salió de ahí con una escoba y una bolsa de basura en sus manos.
-Listo, señor Peterson -se dirigió hacia Charlie-. Puede llamarnos cuando quiera, siempre estamos disponibles -la señora encargada de hacer el aseo salió por la puerta principal. Charlie se rascó la cabeza, apenado.
-Tu no viste nada -eché mis manos hacia atrás mientras reía. Sin duda, Charlie sabe cómo hacerte sentir mejor.
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Un amor cliché [COMPLETA]
RomanceNatalie y Charlie han sido mejores amigos desde que eran unos adolescentes. Aunque hubo sentimientos el uno por el otro, jamás dejó que eso arruinara su amistad. Pero, ¿qué pasaría si esos sentimientos volvieran años después? ¿Sería extraño porque a...