Un amor cliché [COMPLETA]

Estamos bien

Dos semanas después...

Presioné el botón del ascensor a la tercera planta, había salido de trabajar y ya podía irme a casa, solo que esta vez iba a con Camila. Ella compartía oficina conmigo hasta que me dieron un mejor puesto y con ello un cambio de despacho. No he hablado con ella desde lo ocurrido en la fiesta, tampoco sobre lo de Charlie, le debo unas disculpas muy grandes.

Solté un suspiro en cuanto las puertas se abrieron, bajé el ascensor para encaminarme a mi antigua oficina. Me quedé en la entrada observando a Camila, se encontraba recogiendo sus cosas, también estaba por irse a su casa—Hola Camila —frunció su ceño en cuanto me vio.

—Hola Natalie —llevábamos una amistad de unos pocos meses, pero aun así teníamos la suficiente confianza para contarnos nuestras cosas. Sabía que estaba molesta de cierta manera por lo que pasó, no me había llamado por el apodo que ella utiliza conmigo.

—Vine a pedirte disculpas —desvió la mirada. No parecía molesta, sino algo incómoda—, porque fui mala amiga y tú más que nadie debió saber la verdad desde un principio.

—No estoy molesta Natalie —hizo una mueca, se apoyó en su escritorio cruzándose de brazos—..., bueno, un poco sí.

—Soy mala pidiendo disculpas —soltó una risilla rompiendo la tensión que estaba sintiendo.

—Él y yo nos precipitamos, cuando nos conocimos sabía que Charlie tenía el corazón roto y yo acababa de salir de una relación con alguien que aún amo —soltó un suspiro.

—Lamento mucho haberte mentido, también no haberte contado antes sobre Charlie —ella caminó hacia mí para estrecharme en un abrazo el cual correspondí.

—Natalie, más que nadie mereces estar con la persona que amas y sé que yo también —le dediqué una sonrisa, verdaderamente me hacía sentir más tranquila saber que aún tenía su confianza—. Yo fui una de las que se opuso cuando estabas apunto de casarte —hizo un ademán con su mano y rodó los ojos un tanto juguetona.

—Eso me lo esperaba —reí—. ¿Quieres que te lleve a casa? Hay algunas cosas de las cuales hay que ponernos al día —ella asintió tomando sus cosas. Ambas salimos de la oficina para bajar hasta la primera planta por el elevador.

—Tienes que contarme cómo fue que te pido matrimonio David y por qué rayos aceptaste —sonreí en cuanto las puertas de ascensor se cerraron. Camila era una de las pocas personas con las que había hecho una amistad fuerte en tan poco tiempo, me llevaba tan bien con ella, me sentía en confianza cada vez que hablamos o cada vez que bromeamos.

...

Agité mi mano para despedirme de mi familia. Charlie y Giotto estaban junto a mí, habíamos traído a todos al aeropuerto ya que hoy regresaban a Italia menos mi hermano. Él acaba de graduarse de su instituto en Francia y fui la única que no pudo ir, así que se va a pasar unas semanas más conmigo.