Un amor cliché [COMPLETA]

Ebria con botellas de detergente

Tenía mi equipaje hecho y mis deberes terminados. Tengo reservación en el hotel en el que Charlie y yo nos hospedamos una vez, pero no iba a quedarme a dormir, solo digamos que necesito desquitar todo mi estrés. No, tampoco me voy a acostar con alguien, sé lo que están pensando. Alisté mi bolso de mano y las llaves de mi auto. Tenía mucha rabia y ganas de llorar, a Charlie no lo había visto desde hace casi una semana porque, para ser sincera, lo he estado evadiendo.

Conduje hasta ese hotel, estaba en la playa por lo que las habitaciones tenían una vista increíble, pero ese no es mi objetivo ahora mismo, más bien quiero destruir uno de esos bonitos cuartos. Le sonreí al chico de recepción y él hizo el mismo gesto hacia mí—Qué gusto verla de nuevo por acá —tal vez me haya vuelto cliente frecuente del hotel, aunque esto no es nada barato, vale la pena, ¿a quién no le gusta destruir cosas cuando sientes mucha rabia? Eso mismo es como estoy—. La guiaré a la habitación, esto es cortesía de la casa —me entregó unas gafas protectoras y un bate de béisbol. Que atentos son, al parecer la gente viene a hacer esto más seguido de lo que creo. Recorrí los pasillos con el chico hasta la habitación y vaya que el cuarto era muy grande, con una vista espectacular, era simplemente hermosa es una lástima que va a quedar destruida—. Aquí está, que disfrute la habitación —le agradecí y antes de que cerrara la puerta el empleado volvió a mirarme—. Hay algo más —arqueé mis cejas esperando a que prosiguiera—, como usted deja buenas propinas, le regalo estas botellas —sacó dos botes de detergente y me los entrego, esto esta muy raro.

—¿Jabón? Amm... Gracias —el chico rio.

—No, es tequila en botellas de detergente. Tranquila, están limpias —ya no sabía si era el mejor día de mi vida, no estaba entendiendo nada—. No puedo beber en el trabajo, así nadie se da cuenta. Será nuestro secreto —me guiñó el ojo y salió de la habitación dejándome confundida. Me constaba que esto no iba a terminar bien que digamos.

...

Me senté en el suelo apoyando el bate en él, tarareaba una canción que tenía a todo volumen, estaba bebiendo también de las botellas que el chico me había dado, ya estaba en la segunda. Todo mi alrededor estaba destruido excepto un jarrón con un ramo de flores, me gustaba, tal vez me lo lleve a casa. Comenzó a sonar esa canción que Charlie me cantó esa vez que se disculpó conmigo y comencé a llorar, de verdad lo extrañaba mucho quería que estuviera aquí, todo se arruinó con lo que pasó ese día, pero no puedo hacer nada, solo llorar y emborracharme.

—¿Por qué estás tomando jabón líquido? —¡Ay por dios!, estoy demasiado ebria, ya me estoy imaginando a Charlie fuera de la habitación. Sonreí y apunté hacia mi mejor amigo—. ¿Estás borracha?

—Oh Charlie, soy tan patética. Qué estaba pensando —mis ojos se aguadaron de nuevo y las lágrimas comenzaron a caer, sentía mucho dolor por todo lo que había hecho y mis malas decisiones que había tomado. Sollocé pegando mi frente en el bate y agachando la mirada, no podía controlar las lágrimas ya.