Capítulo 13: "Parejas del futuro"

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Victore y Teddy habían hablado un largo rato con sus respectivos padres, y ahora necesitaban hablar un rato solos ellos dos.

Se sentaron junto a un árbol, que los protegía de los rayos del sol, y se miraron felices y enamorados.

-Vamos a ser papás... -dijo él por fin, con una sonrisa increíble. Vicky lo abrazó y luego se besaron dulcemente.

-Sí, te imaginas? Un mini Ted, con su pelito azul, o violeta. -dijo ella ilusionada.

-O una mini Victore, rubia y con pequitas. Sería hermosa. -

Teddy llevó cuidadosamente una mano hacia el vientre de su mujer, acariciándolo suavemente.

-Te vamos a amar mucho, sabes? Vas a ser muy feliz. -le dijo muy tierno a la pancita, luego vió que Vicky se había emocionado y le besó la frente.

Ambos se abrazaron, cerraron los ojos y se imaginaron juntos como sería su pequeño futuro hijo.

Mientras, Lucy Weasley, que no era de las que se quedan con dudas, fue a buscar a Thomas que en ese momento hablaba con sus padres.

-Se los robo un ratito, nomas. -dijo ella abrazándolo y sonriendole a sus futuros suegros.

-Está bien, no pasa nada. Hablen tranquilos. -respondió Daphne, tomando del brazo a Blaise y llevándoselo.

Una vez que estuvieron solos, él la besó y abrazó cariñoso. Ella sin llegar a ser esquiva se soltó, y lo miró seria.

-¿Qué sucede, preciosa? -dijo él amagando a volver a abrazarla. Ella le dió un saque en la cabeza. Él se sopó el lugar- Siempre tan tierna, mi pelirroja... -se quejó y esperó a que le dijera que pasaba.

-¿Porqué me propusiste casamiento? -el moreno la miró fijamente y sonrió de lado, seductor.

-Esa es fácil, porque te amo. -ella bufó y rodó los ojos.

-Ya sé que me amas, Zabini. Y yo también te amo. Pero... ¿por qué ahora? Además, ¿de donde salió el anillo? Porque eso es algo que se compra con tiempo, o no? -dijo viéndolo con dudas.

-Sí, tenes razón. No es algo que se decide de un día para el otro. Pero lo vengo pensando desde hace mucho, sabes? Y me dí cuenta de que aunque siempre tratemos de ser lo mas fríos posible, para no ser cursis, no puedo evitar sentir lo que siento... -

-¿Y qué sentís? -le preguntó ella un poco enternecida. Él llevó una de las manos de la chica a su pecho.

-Sentís? -ella asintió- Esto es lo que me pasa cuando estás conmigo. Siento que nada importa mas que tenerte entre mis brazos, acariciarte, besarte, hacerte sonreír. Lucy, yo TE AMO. Lo único que necesito en esta vida para ser feliz, es que estés conmigo. Nada mas. Sos todo para mí, vos me enseñaste qué era el amor. Te acordás como era yo antes de que estemos juntos? -ella volvió a asentir, pero esta vez sonriendo- Era un pobre tipo, que se sentía solo, y para desahogarse estaba con cualquier mina que se le cruzara. Nada me importaba, pero un día apareciste vos y cambiaste toda mi vida de golpe. -él rió, ella lo imitó- Me convertiste en este tonto, que no sabe hacer otra cosa mas que amarte. -por primera vez desde que la conoció, Thom vió como Lucy se quebraba llorando y lo abrazaba muy fuerte.

-TE AMO, Thomas. Te amo mucho. -le dijo emocionada y se separaron a penas para verse- Pero por qué tenías que salirme tan cursi!? -le reprochó ella tomando su compostura de vuelta y golpeándole en el hombro.

-Esa también es simple, por que te amo. -y sin decir nada mas se unieron en un beso apasionado que duró hasta que alguien les chistó. Vieron que se trataba de Teddy y Victore, y corrieron hacía ellos.

-¿Así que se van a casar? -dijo Vicky mirando directamente a su prima.

-Sí, y antes de que lo digas, van a ser tres madrinas, y una de ellas vas a ser vos. -Victore sonrió victoriosa y abrazó a Lucy.

-Yo sabía! Sos la mejor! Te quiero, prima. -se soltaron y rieron, al igual que Teddy y Thom.

-Yo también, tonta. Por cierto, quienes van a ser los padrinos del engendro que llevas ahí? -preguntó señalandole la panza. Vicky le pegó un muy merecido saque en la cabeza. Y otra vez rieron.

-Vos, ni sueñes! Pero, probablemente mi hermana Dominique, y James que es para Teddy como un hermano... -explicó, abrazando a su marido.

-Okey. Me rompiste el corazón... -dijo exageradamente Lucy y secando una lagrima imaginaria- Ñaa! Mentira. Mejor volvamos. -los cuatro rieron y se dirigieron otra vez al comedor donde ya estaban casi todos sentados. Fueron hasta sus lugares y se acomodaron como estaban antes de salir.

Dumbledore dijo unas breves palabras y pidió que, de los jóvenes del futuro, subiera alguien al azar. Bajó y se dirigió hasta su lugar, junto a los profesores.

Mientras, un muchacho alto, de cabellos castaños, subió al escenario y, después de conjurar sus cuerdas vocales, se aclaró la garganta. Todos se giraron y lo contemplaron con fascinación, sobre todo las chicas, era lo que bien se diría un adonis griego.

-Buenos días, Hogwarts. Mi nombre es... -

En el pasado..., por accidente!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora