TERMINADA
-Liam Harrison- Había dicho ese hombre en un hilo de voz suave y relajado.
Escucharlo me dejó estática, había reconocido su voz en el fondo de mi interior, más no podía encontrar un rostro conocido, era extraño lo que sentía. Me erguí y le...
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Creíste escapar del miedo, huyendo a la tierra de los sueños, pero el miedo existe en el único lugar en el que no puedes escapar.... Tu mente
—Sharkboy & Lavagirl
LAYLA EVEER. (18/03/2017)
Apenas habían pasado unas cuantas noches y cada una de ellas fueron tan aterradoras como lo que viví en la noche del accidente. Liam no había vuelto a visitarme, pero Matt sí y en ningún momento vino solo; solía venir con Nina, la chica pelirrosa con la que había decidido darse la oportunidad, o con Emma y Minnie, ambas estaban ciertamente preocupadas por mí, pero estaba mejor que hace una semana, sin duda alguna.
El choque se reproducía constantemente en mi memoria, lo revía cada noche, cada mañana y tarde en ese hospital y el miedo que me generaba me obligaba a guardarme para mí misma lo que había sucedido.
—¿Cómo te encuentras?— Volteé mi cabeza en dirección de la persona de la que provenía esa voz, descubriendo que se trataba de Nina. Vestía una blusa negra manga larga junto a unos vaqueros sencillos y ajustados, que hacían resaltar su coleta alta y rosada.
Aprecié el gesto de ella al venir a verme, Nina era una persona amable, extrovertida y relajada, su aura te incitaba a seguirla a dónde fuese que fuera. Esbocé una pequeña sonrisa de labios cerrados antes de responder.
—Mejor que otros días— Confesé, ella me sonrió también. —¿Y tú? ¿Cómo vas con Matt?
Sus mejillas no tardaron en teñirse de rojo, posteriormente, bajó la mirada a sus manos denotando un poco de timidez. Se notaba a leguas que mi hermano le gustaba mucho, era inegable y eso solo me enternecía ante ella.
—Solo hemos salido un par de veces, Layla, aún seguimos en las mismas.
—¡Ay no te preocupes! Matt no te va a mandar a volar si es lo que imaginas— Tuve que decirlo, porque tenía la leve sensación de que temía que eso pasara. —¿Y él? ¿No ha venido contigo?
Ella negó con la cabeza y se levantó de la silla que estaba a un lado de mi camilla.
—Ha tenido que resolver un asunto de gran relevancia, de hecho, me pidió llevarte a casa de Liam— Mordí el interior de mi mejilla, creí que permanecería por lo menos un mes en el hospital, no que me iría tan pronto a casa, seguramente todo esto tenía que ver con el estúpido y arrogante de Liam. —Te traje ropa para que te cambies.
Ella alzó una maleta pequeña que dejó a un lado de la silla, ya no tenía la intravenosa ni estaba retenida en la cama con suero —pero a veces las enfermeras venían a verificar que estuviera todo bien en mis signos vitales o en mi salud—, así que me levanté y tras agradecerle por traer la ropa, tomé la maleta y me adentré en el baño para quitarme esa asquerosa bata de hospital finalmente.
