(24/02/2017)
Dos días después.
Universidad de Yale, New Haven
Abrí la guantera del auto y de esta saqué una carpeta con todos mis documentos de transcripción academica que Yale me había pedido traer con anterioridad. Al ser Yale, una universidad prestigiosa y una de las mejores en todo Estados Unidos siempre te piden un ensayo personal y cartas de recomendaciones, pero no tenía por qué preocuparme por eso, ya que mi padre se había encargado de realizar una carta de recomendación antes de morir, según lo dicho por Kelyan. Habían pasado ya tres días desde lo ocurrido en Londres y aún seguía a la espera de algún rumor que perjudicara mi imagen ante la sociedad noyorkina, pero hasta el momento no había rastros de Millie Souza y sus seguidoras intentando hacerme quedar mal como siempre.
Estacioné el auto en el parking del edificio general de Yale y bajé de éste, acaparando una que otra mirada curiosa alrededor de mí.
Comprendía la curiosidad que despertaba al bajar de aquel Audi de último modelo, un coche disponible solo para unos pocos privilegiados, entre ellos, Liam. Sin dejarme intimidar por las miradas que me rodeaban, caminé con confianza, abriéndome paso entre la gente. Ese día había elegido una falda que realzaba mi cintura y mis caderas, combinada con una blusa rojo vino de manga larga, metida por dentro, y unos botines de cuero negro. Me sentía espléndida, admirada y respetada, justo lo que había anhelado. Y parecía que finalmente estaba empezando a conseguirlo.
Aún envuelta en el luto por la reciente pérdida de mi padre, había elegido un atuendo oscuro. Sentía que vestir colores llamativos sería una falta de respeto hacia él, como si su ausencia no tuviera un gran impacto en mi vida. Al llegar a las oficinas de la universidad, mi objetivo era claro: entregar la documentación necesaria para mi inscripción en la universidad y así poder comenzar los cursos correspondientes a mi carrera. Era un paso importante hacia un nuevo comienzo, a pesar del dolor que aún cargaba en mi corazón. Sin embargo, la mujer que me había atendido me hizo saber que el Decano requería de mi presencia para una entrevista.
Así que me guio hasta su oficina y, posteriormente, me presentó con la secretaria de él, quien no tardó en anunciar mi llegada al Decano. No esperé mucho, pues de inmediato me otorgó el pase a su oficina.
El hombre detrás de aquel escritorio, acomodó sus lentes de contacto y aclaró su garganta con un carraspeo que salió natural y repentino.
Hizo un ademán con su mano en dirección de la silla en frente de su escritorio, con una clara invitación para sentarme y comenzar la entrevista.
—Toma, asiento, por favor— Me pidió verbalmente, caminé hasta la silla y me senté cruzando las piernas. —Bien, Layla, es un gusto por fin conocerla, Eveer hablaba mucho de ti.
Respondí con una sonrisa tenue, apenas esbozando una fina línea en mis labios. Las palabras del decano no eran algo que quisiera profundizar. Era consciente de que Yale se beneficiaba significativamente de las contribuciones de EVENTEEL Inc., y rápidamente entendí el motivo detrás de sus halagos. Como heredera del imperio de mi padre, el decano probablemente pensaba que, tratándome excepcionalmente bien, aseguraría la continuidad de los beneficios que Colin había proporcionado a la universidad. Era un juego de intereses en el que yo, sin quererlo, me había convertido en una pieza clave.
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Sweet Agony (+21) (Broken Heart I)
Chick-LitTERMINADA -Liam Harrison- Había dicho ese hombre en un hilo de voz suave y relajado. Escucharlo me dejó estática, había reconocido su voz en el fondo de mi interior, más no podía encontrar un rostro conocido, era extraño lo que sentía. Me erguí y le...