DOCE HORAS ATRÁS
(04/02/2017)
—¿Qué pasa? ¿No te alegra verme de
nuevo?— Repetí una de sus primeras palabras al reencontrarse conmigo y eso solo lo descolocó aún más. —Fin del juego para ti, JoreL.Después de haberle dicho eso el tipo al que había besado hace un momento me hizo verlo, pero ni siquiera pude distinguir sus facciones debido a que sus labios se unieron una vez más a los míos, dejándome sin aliento y completamente cohibida al volver a separarme de él. Talvez podría estar por los cielos con la hierba que fume, o ebria de tanto beber, pero, aunque mi otra personalidad se encontraba desatada y capaz de hacer cualquier cosa, logré sorprenderme por su atrevimiento.
Le guiñé un ojo y le lancé un beso, preparada para perderlo de vista e ir a buscar a Call y Konny entre toda esa gente que nos rodeaba, sin embargo, antes de siquiera poder un paso más, su mano me tomó del brazo y me hizo devolverme al mismo sitio junto al bar, para después volver a besarme de una manera tan... tan... ¡Ay no sabía ni como describirlo! Era un beso tan rico y enloquecedor que me dejó sin aliento.
Un beso que solo podría describirse como si las puertas del cielo se estuvieran abriendo solo para darme un pequeño vistazo al paraíso, y después me empujaran al caldero del Inframundo. Porque no era un beso dulce, no era uno de esos que dos enamorados se daban en plena cita... De hecho, era todo lo contrario, era como si la Layla atrevida estuviera saliendo a plena luz, era como pecar a ojos de dios.
Era un beso tan ardiente y apasionado que comenzó a derretirme por completo.
Una de sus manos me sostenía de la cintura, la otra estaba posicionada entre mi cuello y mi quijada, dándome un suave apretón que me provocaba un poco más de lo ya lo había hecho anteriormente.
Con tan solo un beso había logrado hacerme sentir esa molestia placentera arraigándose por la zona entre mi entrepierna. Sentía como me estaba humedeciendo con mis propios jugos, o cómo es que el deseo carnal iba en aumento con cada micro-segundo en el que sus labios devoraban con descaro los míos. Era, incluso, mucho más alucinante que el LSD u otros alucinógenos. Pegué mi cuerpo todo lo que pude al suyo, me restregué sin el pudor de una persona decente, también fui recorriendo por encima de su camisa su cuerpo, yendo a esa parte que le daba el mayor placer a una mujer. Lo apreté ligeramente, sintiendo su tamaño y su grosor.
Sin tener menor idea de mi raciocinio, me imaginé con él en una cama, con su cuerpo sobre mí, mientras su erección se hunde en mi canal.
Estaba desvariando gracias a la cantidad de alcohol que había bebido y ahora solo deseaba tenerlo en mi boca y si lo quería, claro que lo tenía.
—¿Por qué no vamos a un lugar más privado?— Me propuso en cuanto nos apartamos.
Debía decir que el chico era guapo, tan guapo como los dioses... Y no precisamente como los que describen en los libros, su belleza no se podría comparar con un Dios Griego. Era, quizás, como la belleza de lucifer, el ángel codicioso y malo que decidió caer en el mundo bajo.
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Sweet Agony (+21) (Broken Heart I)
Chick-LitTERMINADA -Liam Harrison- Había dicho ese hombre en un hilo de voz suave y relajado. Escucharlo me dejó estática, había reconocido su voz en el fondo de mi interior, más no podía encontrar un rostro conocido, era extraño lo que sentía. Me erguí y le...