En la oscuridad, cuando suene la
alarma, encontraremos los brazos
del otro, por tu amor y todo lo
que eres, comenzaré una rebelión—Banners
Cómo una nube, o humo, ante mis ojos todo lo que veía era rojo, rodeada de una oscuridad que me aterraba hasta lo más inhóspito de mi alma. Y lo prefería así, prefería mantener los ojos cerrados e ignorar en dónde estaba, pues recordar donde y que estaba sucediendo, era lo que menos quería.
Quizás, hacerlo era una tontería, pues ¿Me salvaría de ellos? ¿Dejaría de ser la carnada para atraer al pez? Claramente no, ellos no eran como los que me humillaban en la universidad mientras otros disfrutaban de ver, ellos eran una escoria... Eran lobos hambrientos de poder, lobos malévolos que buscaban un beneficio con mí sufrir y hasta que no lo obtuvieran no me dejarían en paz.
El dolor que sentía en mi cabeza era como un pálpito agudo que se trasladaba hasta mi estómago. Me sentía una estúpida ¿Cómo mierda me di el lujo de perderme, así como así? ¡Él me lo dijo! Liam me dijo que me convertiría en la carnada de todos sus enemigos y que buscarían cualquier modo para herirlo.
Mis idioteces ahora me tenían aquí, atormentada por una situación de vida o muerte, solo por haberme involucrado sentimentalmente y de una manera totalmente inesperada, con Liam Harrison.
Ahí, envuelta en la incertidumbre de lo que sería mi destino, me regañé mentalmente por no haberle hecho caso a Matt. Mi hermanastro me había advertido que relacionarme con su mejor amigo sería como entrar a la boca del lobo sin armas y sin armadura. Sin embargo, lo ignoré sin saber qué al final terminaría ahí, secuestrada y torturada por ser novia de un hombre al que, al parecer, le perseguía el peligro.
Tosí dos veces seguidas con la sangre salpicando el piso en pequeñas cantidades.
Últimamente lloraba mucho, antes creía que las razones por la que lo hacía lo ameritaba, pero entonces, me encontraba en esa situación de gran gravedad y agonía, y ahora todo lo que me torturaba antes, se quedaba corto.
El dolor que sentía era como si un roble centenario estuviera siendo devorado por las llamas voraces de un incendio despiadado. Yo era ese roble, fuerte y orgulloso, pero ahora reducido a cenizas por las manos de aquellos que me tenían prisionera.
Un gruñido gutural resonó en la penumbra, haciendo que mi corazón se acelerara desbocado en mi pecho. Sobresaltada, sollocé con desesperación, atrayendo la atención del hombre que custodiaba mi prisión. Su figura se acercó con pasos firmes y amenazantes.
—¡Cállate!— Bramó y tomó mi barbilla con dureza, encajando esos dedos con uñas ligeramente largas y afiladas. —Llorar no te servirá de nada, princesita.
Me removí a pesar de estar temblando intensamente, no soportaba el tacto de ese hombre sobre mi piel, me repugnaba y atemorizaba, pero mi renuencia a su tacto lo enfureció, así que, como un vil machista, me abofeó con una rudeza cruda, dejando mi mejilla adolorida y, seguramente, marcada.
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Sweet Agony (+21) (Broken Heart I)
Chick-LitTERMINADA -Liam Harrison- Había dicho ese hombre en un hilo de voz suave y relajado. Escucharlo me dejó estática, había reconocido su voz en el fondo de mi interior, más no podía encontrar un rostro conocido, era extraño lo que sentía. Me erguí y le...