Capítulo 32

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Psique.

Afrodita-Toma-me entregó una caja de color negro-Ve al inframundo y pide un poco de su belleza a su reina y traela a mi-su mirada era intimidante pero no iba a ceder tan rápido, sabía de las consecuencias que era ir al inframundo-Y no toques esa belleza, podrías morir.-

Asentí ante sus órdenes y salí del lugar decidida aunque a mitad del camino estaba dudando, aún así no me detuve. La mejor manera de ir al inframundo es muriendo.

Subí a una torre alta que estaba en las afueras del Olimpo abandonada, subí a ella con cuidado hasta llegar a la cima.

"Detente"

Tropecé con una rama al escuchar esa voz, ignore aquel sonido y seguí subiendo hasta llegar a la cima, me acomode en los bordes y mire hacia abajo asustada no estaba segura de lo que estaba haciendo pero esta es la mejor manera, eso quiero creer.

"No sigas"

Ignore de nuevo aquella voz y tome aire para saltar aún así no me atreví del todo.

"No lo hagas, puedes seguir sin morir"

(...)

Mierda ¿qué estoy haciendo?  Seguí el camino que aquella voz me dijo aún insegura, en algún punto las hojas verdes comenzaron a tornarse oscuras y sin vida, las ramas colgaban por todo el alrededor haciéndolo más tenebroso de lo que ya era.

Seguí el camino hasta que en el suelo había piedra y las paredes ahora eran más grandes.

"Entrégale un pastel de cebada al Cerbero"

¿Cerbero? ¿Qué rayos es un Cerbero? " seguí mi camino hasta estar en un punto inmenso, camine por todo este hasta llegar casi al final cuando me detuve.

Psique-¿Qué es eso?-había un perro gigante de tres cabezas dormida justo en la entrada del inframundo-Mierda, Eros por favor después de esto ámame. -

Seguí caminando algo dudosa hasta llegar al final quedando enfrente de ese inmenso perro. Toque la nariz del animal un poco y este se levantó lentamente mirándome emocionado.

"-¿Maya?-"

Psique-Yo no soy ¿Maya?-

La mirada del Cerbero cambió drásticamente y se levanto enojado, comenzó a gruñir y yo me heche para atrás con miedo.

"El pastel, dale el pastel"

Me senté y de mi bolso saque una pequeña porción de pastel y se la lance por el suelo, su expresión se volvió confundida y después parecía un pequeño cachorrito con un juguete nuevo.

Tome mis cosas y pase corriendo hacia la entrada aprovechando la distracción de aquel animal, abrí la reja y corrí sin parar asustada esperando que aquella cosa no me siguiera y me comiera.

Al final de aquel oscuro puente había un pequeño puerto algo viejo, el agua no era cristalina si no oscura, las paredes eran grandes montañas y había picos en el techo, era inmenso. Camine hacía el límite del puente donde había un pequeño barco al cual dudé si subir o no.

Caronte-Vaya, no esperaba la visita de mortales a este lugar, espero que el rey no se moleste por esto-di un pequeño grito que resonó por todo el lugar-

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