Capítulo 48

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Miré al hombre frente a mi, era alto, pelinegro, vestía de una forma casual pero elegante y parecía estar tranquilo. Había escuchado de él, de hecho, observe todas sus acciones desde que llegué aquí.

Él estaba dispuesto a casarse con Jeannette insistiendo demasiado en ese proceso.

—Sam, ¿cierto? —Frunci el ceño.

Asintió. —Supongo que eres Maya, eres igual de bella a como él te describió.

—¿Con “él” te refieres a...?

—Eso no importa ahora, vine a saber si tienen pistas de Jean.

—¿Por qué debería darte esa información?

—Él rey y la reina murieron, tú, yo, JungKooK, todos sabemos que Jean fue la culpable de la muerte de los reyes. La gente lo sospecha que fue ella la culpable de todo.

—Y si te digo ¿Qué planeas hacer con ella? ¿Llevarla a tu reino a que la juzguen y la maten? —Sonreí con sarcasmo.

—No, quiero protegerla. —Cerré mi boca y tragué duro. —No quiero que la maten, no quiero que ella sufra más, solo quiero que este bien. Quería saber si esta a salvo y que lo mejor sea que no cruce el bosque seco hacia ninguna región, esta siendo buscada y si la encuentran la querrán matar. Me encargaré de mi gente, les diré que ella no está ligada al asesinato de los reyes, solo, cuidala ¿si?

—Sí. —Respondí a su pregunta y después bufé con una sonrisa. —Pensé que eras un patán.

—Yo también. —Rió con tristeza. —No me comporte con ella de una manera correcta y fue mi error, y aún así, yo no hubiera sido el amor de su vida, pero amo a esa mujer y quiero que este bien.

Ambos guardamos silencio cuando dos voces masculinas se hicieron más notables. Miré a Sam de forma curiosa y este, me devolvió la mirada con sus ojos claros.

—Debo irme, él rey no debe saber que estuve aquí. Por favor, si tienes tiempo ve a visitar el Reino cinco, puede que tenga algo que ayude. —Asentí levemente y Sam salió de la sala con rapidez y pareció como si él nunca hubiera estado aquí.

Tal vez debería ir a visitarlo pronto.

[...]

Jeannette

El llanto de Hedoné no a cesado, aunque había estado dormida hace poco, de nuevo despertó con ese lloriqueo. Traté de hacer que se duerma o que deje de llorar, pero todo es inútil.

Miré a mis espaldas, Atea estaba molesta mientras se cubría los oídos, de pronto sentí un tremendo asco al verla. Eventualmente la verdad siempre sale a la luz. Miré a Hedoné de forma seria, ¿qué pasaría si esta niña muriese? Tal vez mamá se acordaría que tenía otra hija a la cual abandono, o tal vez vendría hacia mí pidiendo consuelo y perdón. Ambas conclusiones son perfectas pero imposibles.

Me quedo muy en claro que mi madre, no me amaba lo suficiente como para buscarme.

Regresa...

Giré mi cabeza de forma nerviosa, pensé que las voces ya habían acabado, aunque esta vez se escuchaba diferente, se escuchaba de forma tranquila.

—¿Qué te ocurre loca? —Atea me habló, su mirada era de confusión con molestia.

—Nada, pensé que habías dicho algo. —Negué varias veces y regresé la mirada a la bebé frente a mi.

—¿Cómo podría decirte algo con el llanto de esta estúpida mocosa? ¿Y si la matas ya? Harias más fácil todo el trabajo. —Negué. Ese no era el punto.

Yo sufrí durante años pensando que mi madre había muerto, y resulta que estaba viva, por que no hacerles pensar a ellos lo mismo. Deseo que Psique sufra y piense que su hija esta muerta, su pequeña y linda bebé, la persona por la que todo aquel amor materno que me tuvo se esfumó.

Nunca tuvé un “te amo” sincero, ni siquiera sabia como se sentía amar. Pensé que lo que sentía por JungKooK era algo parecido a eso, pero ahora ya no lo sé.

Él también me mintió.

—¡Estas arruinando todo niña! —Me gritó. La miré molesta.

—¡Callate! ¡Que sin mi no eres más que una sombra más en este bosque!

—¡Gracias a mi, tu sabes tu verdadera identidad y sabes la verdad! —Me levanté de forma brusca.

—Y gracias a mi puedes cobrar venganza, me necesitas más que yo a ti. Si no cumples con tu trabajo, terminaras igual o peor que Hera y mi hermana no tiene piedad. —Escupí molesta, de pronto pensar en Maya me hizo sentir más fuerte.

Algo había cambiado en mi desde que Atea reveló sus verdaderas intenciones. Estaba cansada de ser una marioneta para todos, que me mientan y me guarden secretos, estoy cansada.

—Ahora piensas en tu hermanita. Esa maldita perra morirá al igual que tu, eres débil Jenny y jamás podrás sentir amor ni felicidad, el mundo está lleno de gente mentirosa y tu eres muy tonta.

—Tus mentiras fueron lo peor.

—Recuerda que esas mentiras fueron las que te hicieron descubrir la verdad, tu mamita no te ama y tu papá solo siente la obligación de cuidarte por que sabe que eres un tonta y débil. Abre los ojos niña, esa es la realidad. —Caminó empujandome con su hombro, aunque me cueste admitirlo ella tenía razón.

Gracias a ella descubrí lo que ahora se y estoy molesta con eso, y si tal vez esto no hubiera pasado, hubiera seguido viviendo en esas mentiras que tanto me arruinaron, siendo feliz ¿JungKooK me lo hubiera contado todo? Y siendo sincera, la respuesta es aún más dolorosa.

Miré a Hedoné de nuevo, mantenía una mirada tranquila al verme, parecía como si quisiera decirme algo. Su llanto había desaparecido y una pequeña sonrisa se dibujo en su rostro, caí de rodillas ante ella, no sabía en que momento las lágrimas comenzaron a brotar de mí, ¿qué estoy haciendo? ¿Qué realmente debería hacer? ¿Qué es lo correcto? ¿Qué es la verdad? De pronto una sola sonrisa me hizo querer huir de todo y regresar al mundo, donde todo era un secreto y un mar de mentiras lindas, la sonrisa de Hedoné hizo latir mi corazón, un corazón que creía rotó y frío.

Esta no soy yo, pero tampoco deseo no serlo.

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