Capítulo 45

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El camino hacia el centro fue tranquilo aunque en ocasiones podía sentir la ansiedad de Perséfone y eso me traía un poco confundida. No sé si atribuir todo esto a mi estado antes de venir aquí.

Al acercarnos más, se pudo sentir un aura algo intensa y una vibra de tristeza, el lugar no brillaba como debería y eso fue aún más preocupante. Bajamos del caballo y en la entrada estaba Hades.

–¿Qué haces afuera?–Perséfone se acercó a él y este solo la miró raro. Su mirada se intercalaba de ella a mí si que supuse que nadie esperaba ni llegada.–

–Solo salí a esperarte y aprovechar para tomar aire, adentro las cosas están un poco pesadas–acarició levemente la mejilla de Perséfone y le beso la frente.–No esperábamos tu llegada Maya, espero que tu seas de ayuda.–

Decidi acercarme más hasta estar cerca de la entrada y por una extraña razón sentí una tristeza pero no era una tristeza mía, si no que provenía de alguien mas.

Me detuve antes de abrir la puerta y mire a la pareja atrás mío.

–¿Qué está pasando? Quisiera tener un adelanto de todo, por favor–los mire con súplica por lo que solo recibí  una mirada triste.–

–Lo lamento pero... Esto no nos toca a nosotros decírtelo Mayita, creo que es mejor que entres–Perséfone me sonrió levemente y me indicó entrar.–

Suspiré y no tuve otra opción que hacer lo que me dijo. Todos los sirvientes tenían un aura de temor y el lugar emanaba aún una tristeza más grande me preguntó si Jeannette esta aquí.

–Todos están en la sala Olive–la respuesta de Hades me tenso bastante. La sala Olive sólo se utiliza en casos de importancia graves como la muerte de algún ser querido, de un dios y en ocasiones sentencias.–

Zeús por más que sea él dios superior de todos no debe tomar las decisiones totalmente por él sólo aunque en ocasiones eso no le importa.

Camine hasta la sala Olive y antes de entrar un grito se escucho y pude reconocer esa voz, mi padre. Su tono era dolido y triste. Perséfone me apretó levemente el hombro y solo le sonreí como respuesta.

Tome aire y abrí la puerta para ver a todos los dioses tener una discusión bastante amena entre ellos. Me di la osadía de pasar y caminar hacia ellos.

–Gracias por invitarme a esta charla, pensé que yo también formaba parte del club–dije con sarcasmo. Quería relajar un poco las cosas pero solo recibí miradas algunas de tristeza u enojo.–Okey, alguien me puede explicar que ocurre.–

–Pensé que no llegarías hasta mañana–Habló Afrodita. Me sorprendí al ve a la diosa de la belleza en ese estado, parecía triste y dolida.–

Mire a mi padre y él estaba igual o peor y a su lado estaba una mujer hermosa y con sus ojos rojos símbolo de llano, atribui que era Psique.

–Pude llegar mañana pero al parecer tuve problemas privados y me recibieron antes–mantuve mi mirada en alto Psique me tenía una mirada de odio o tal vez rencor y no sabía por qué.–Alguien me puede decir que pasa.–

–Secuestraron a Hedoné–dijo mi padré con la mirada abajo.–

–¿Quién es Hedoné?–estaba demasiado perdida, tal ves debería venir casi todos los días para no perderme los chismes de los dioses.–

–Es nuestra hija–Psique habló por primera vez y su tono de voz parecía querer demostrarme superioridad.–

Retrocedí y tomé un respiro largo y lento ¿hija? ¿Tuvieron una hija?

–Bromeas ¿verdad? Papá...–Eros sólo levantó la mirada y asintió con la cabeza.–

–¿Y Jeannette?–

–¿No escuchaste? ¡Secuestraron a nuestra hija!–Grito Psique enojada. Mierda apenas la conozco y ya tiene mala actitud.–

–Disculpe si me importa un bledo su hija perdida, pero me sorprende que usted sea tan hipócrita.–

–Maya–reprocho papá.–

–¿Cómo sucedió?–decidí seguir el tema de conversación en lugar de ponerme a la defensiva.–

–Jeannette vino–escuché la voz de mi madré detrás mío. La mire sorprendida.–Ella al parecer tomó mal la noticia de que sus padres tuvieron una hija y se la llevó.–

–Siendo sincera, estuvo mal que secuestrara a “SU” hija pero entiendo el por qué lo hizo–Mire de nuevo a mi padre.–

–¿Qué quieres decir?–Psique me hablo molesta mientras se acercaba a mí.–Tratas de decirnos que nosotros tenemos la culpa de lo que sucedió, para ser Maya eres una diosa muy tonta–la mire ofendida.–

–Disculpa, pero estoy de lado de Maya–me defendió Perséfone.–Ella no fue la que dejó que se llevarán a su hija.–

Escuché la pequeña risa de mi madré detras mío y podría decir lo mismo de Hades ya que solo miraba a Perséfone con orgullo.

–Esa estúpida perra me inmovilizo ya lo dije.–

–No la llames así Psique–Eros la regaño.–

–Se llevó a tu hija Eros y quieres que la trate con respeto, estas loco.–

–Ella también es tu hija Psique–sabía de qué hablaba Eros. Eros a pesar de que no conoció a Jeannette desde bebé siempre la amo desde que supo de su existencia.–

Psique se mantenía reacia ante la idea de que Jeannette ya no formaba lazo familiar desde que secuestro a Hedoné, no podía culparla, como madré el sentimiento de perder a un hijo es horrible pero también como madré, amo a mis dos hijos por igual y jamás seria capaz de abandonar a alguno de los dos y hacer mi vida de nuevo sabiendo que alguno de mis hijos está haya afuera esperando por mi y buscándome.

–Quiero que me devuelva a mi hija, y que la maten. Es una petición como madré–la mirada de Psique era decidida y yo solo baje la cabeza con decepción.–

–Eso lo pensaremos cuando Hedoné vuelva–habló por primera vez Zeús, al parecer se mantenía en estado de observacion tratando de averiguar que iba a suceder.–

–Si no lo hacen ustedes yo lo haré–salió de la sala y todo se volvió un silencio incómodo hasta que mi padre habló.–

–Maya podemos hablar–asentí rápidamente.–

Eros salió y yo sólo terminé de despedirme de mi madré para seguir a mi padré al jardín de Afrodita.

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