Capítulo 55

101 10 0
                                    

Maya.

Respiré profundamente en medio del beso y no era el aroma de mi esposo, pronto abrí mis ojos y ese no era mi JungKooK. Me sentía débil y no podía empujarlo, cerré mis ojos con fuerza hasta que mordí su labio hasta sentir ese sabor metálico en mi boca y escuchar un quejido de su parte, pero por fin se separó de mi.

—¿Qué fue eso? —Me miró molesto. El calor en mi cuerpo era evidente y el temblor en mis piernas también, pero no debía seguir aquí.

Me bajé de la mesa como pude ignorando su llamado, y antes de que pudiera salir me detuvo del brazo con fuerza, en otro momento aquel toqué no hubiera dolido, pero ahora lo hace y con fuerza. Sentía mi cuello arder y era doloroso.

—¿A dónde vas? —Tenia una sonrisa en su rostro.

—Suéltame. —Jalé mi propio brazo.

—No te iras, no en medio de todo esto. —Mi molestia era más notable ahora. Lo miré a los ojos hasta que se volvieran del mismo color que los míos.

Eran tan brillantes.

—Suéltame. —Ordené. Él hombre frente a mi me soltó. —Yo no soy Jean. —Hablé molesta y antes de que mi control sobre él terminará, salí corriendo.

El usar mi don cuando mi cuerpo está en este punto me hacía más débil. Caí unas cuantas veces al tratar de ir a la salida, todo daba vueltas y el calor invadía todo mi cuerpo. No sabia como podria llegar a sobrevivir para cruzar al Olimpo.

Corrí como pude al interior del bosque ignorando cualquier ruido a mi alrededor, no miraba a ningún lado y solo estaba centrada en volver a casa. Sin darme cuenta ya había cruzado cuando el cambio de luz era evidente.

Corrí, corrí y corrí sin importar los llamados atrás de mi. Alguien me seguía, lo podía sentir, pero no me importaba solo quería cruzar para llevar a mi hogar.

—¡Maya! —Cubrí mis oídos. Cualquier ruido era molesto justo ahora.

Alguien se detuvo frente a mi haciendo que parara mi caminar. Rak estaba montando un caballo y tenía su mano extendida hacia mi esperando a que subiera, lo miré con molestia pero accedí rápidamente, abrace su torso y pronto comenzó a avanzar con rapidez. Cerré mis ojos tratando de ignorar todo.

A pesar de que el aire golpeaba mi rostro, no podía sentir ninguna pisca de fresco, cada golpeteó hacia que mi cabeza palpitara. No me sentía bien.

Sentí el viaje tan eterno que cuando llegué a la reja de la casa quise saltar del caballo, pero Rak me detuvo hasta que entramos hacia la puerta principal. Bajé con rapidez cayéndome y raspando mis manos y rodillas, pero me importo poco y entre.

—JungKooK. —Susurré con pocas fuerzas. Rak me sostuvo con fuerza.

—Te llevaré a tu habitación.

—No. JungKooK. —No podía siquiera hablar de forma coherente.

—Te llevaré a tu habitación e iré por él idiota, vamos. —Me cargó en sus brazos y corrió hacia mi habitación. Rak me dejó en la cama y gritó.

—¡Traigan a su estupido Alfa! —Sonaba molesto, era molesto.

—Él Alfa esta ocupado justo ahora, pero le diré que cuando acabe su reunión venga hacia aquí. —Cerré mis ojos tratando de ignorar mi malestar pero era inútil.

—Escuchame pedazo de imbécil. —Lo que dijo después fue borroso para mi. Luego Rak salió molesto de la habitación seguido por él otro tipo que estaba aquí.

Me levanté como pude hacia el armario. Saqué todo con rapidez hasta encontrar un suéter de mi esposo, olía a él pero no era suficiente. El ardor en mi cuello volvió así que me levanté y caminé hacia un espejo para ver que es lo que pasaba. La marca parecía estar desapareciendo, asustada caí hacia atrás haciéndome bolita.

RETURN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora