Maya.
Algo que amaba de este lugar, es el brillo que tenía. El sol siempre reflejaba cada parte de este lugar haciéndolo hermoso y placentero, había mariposas y palomas volando alrededor a pesar de haber un bosque profundo y oscuro cerca. Es lo contrario a casa, donde el clima la mayoría del tiempo era fresco y húmedo, y rara vez había sol. Aunque amaba ir a nuestro bosque con mi esposo aveces el clima no nos lo permitía.
Nia le servía té a Rak, este esperaba gustoso que la pequeña le sirviera el líquido en su taza. Llevan una relación muy unida a pesar de que se conocieron hace poco.
—¡Hope, cuidado de no acercarte tanto al bosque! —Gritó Nia al ver como Hope estaba persiguiendo una mariposa.
Rápidamente él perro se detuvó al escuchar la voz de su dueña y corrió hacia nosotros para quedar a sus pies. Realmente no sabía cuando las cosas podrían empeorar y justo ahora lo mejor sería sacar a Nia y Hope de aquí.
—Tenemos que llevarlos al Olimpo. —Hablé de pronto. Rak escupió su té mientra que la pequeña pelirroja la veía preocupada.
—¿Qué? ¿Por qué? —Menciono Rak.
—Esto puede ponerse peor, no sabemos que sucederá a nuestro alrededor. Necesitamos sacarlos de aquí y evitar que corran algún peligro. —Lo miré a los ojos. Él frunció él ceño pero sabía que yo tenia razón.
—¿Cuando planeas hacer eso? No creo que su protector le guste la idea. —Menciono a JiMin de manera indirecta. —Se querrá ir con ella.
—Lo sé, pero no lo hará. De eso me encargaré. Y deseo que sea lo más pronto posible, tal vez mañana, justo ahora los días son más cruciales. —Asintió.
—Sigo aquí, ¿Alguien pensó en lo que yo opino? Soy una niña pero también tengo voz y voto aquí. —Sonreí.
—¿Qué piensas de eso?
—Ire con una sola condición. —Levantó su pequeño dedo índice. —No quiero volver a este lugar, si me sacaran de aquí entonces haganlo bien, y si Jean al final viene con ustedes, ella tampoco volverá. —Su mirada era seria y decidida.
—Bien, ¿pero estas segura de eso? No quieres volver a aquí, tú hogar. —Rak pregunto con un toqué de manipulación, deseaba que Nia no pensara tal cosa.
—Este no es mi hogar, aquí no están mis padres y mi hermana parece estar en otro mundo. Regresenme a Jean y nos iremos con ella y ese será mi nuevo hogar. Además, después de todo la gente aquí odia a Jean así que no valdrá la pena quedarse si solo la buscarán para matarla. —Suspiró. Miré a Rak sorprendida.
—Es mucho más madura que tu cuando llegaste al Olimpo por primera vez. —Él felino me miró con gracia. Golpeé su hombro con gentileza y diversión.
Nia era capaz de saber como estaba la situación, cuido de Jean incluso sin que la misma se diera cuenta.
—Me pregunto que tan buena será en el campo de batalla. —La sonrisa de Rak me sorprendió. Lo miré en modo de regaño. —¿Qué? Es bastante lista.
Reí y negué con la cabeza.
[...]
El día paso lo suficientemente rápido, Rak llevaba a Nia en sus brazos junto con una mochila con todas las pertenecías de la niña. Le dimos la oportunidad de despedirse pero ella no quería hablar con nadie, ni siquiera con JiMin. Rak camino hacia el oscuro bosque con una niña asustada en sus brazos. Di un último saludo hacia ellos con una sonrisa, una sonrisa que borré después de unos segundos.
Miré el cielo, hoy no parecía ser un buen día. Sentía mucho frío y el cansancio se sentía en todo mi cuerpo. Respiré profundamente esperando no marearme.
Decidí entrar al castillo, pero alguien me interceptó al poco tiempo que cruce la puerta. Era un guardia de JungKooK, lo miré con confusión antes de que me pidiera que lo siga, al parecer él rey quiere verme.
Sin duda una parte de mi estaba molesta, no deseaba verlo pero debía hacerlo. Seguí al guardía pero cada paso solo hacia que me mareara más, caminaba muy rápido. Se detuvo en dos puertas y las abrió permitiéndome entrar lo cual hice. JungKooK estaba de espaldas mirando hacia afuera, estaba mejor vestido y se veía mejor.
—Te ves bien. —Hablé para romper el hielo, aunque mi voz sonó dura y molesta.
—Digo lo mismo de ti. —Me miró con una sonrisa ladina. Miente, lo sé por que hasta yo se que no me veo bien, incluso Rak lo menciono antes de irse. —¿Dónde está tu amigo él gato? ¿Lograron irse sin problema alguno? —Asentí.
—Gracias por tu ayuda, si no fuera por ti estoy segura que JiMin hubiera hecho de todo para detenerlo. —Sonreí cansada.
—Por él no te preocupes, yo me encargaré. —Se acercó a mi más de lo que yo hubiese querido.
—No más. —Alce mi mano para ponerle un alto. —Tú aroma, es sofocante.
—¿Lo és? Por que parece que te gusta.
Lo odio.
—No, no es así.
—Me recuerdas a tu hermana. —Sonrió. —Igual de tercas y testarudas.
—Nombras a mi hermana como si la extrañaras. —Entrecerre los ojos.
—Lo hago, la extraño. Pero ella decidió su camino a pesar de haber hecho todo por ella. —Hizo una mueca de molestia.
—Tal vez ella te necesitaba más de lo que tu a ella. Pero eres demasiado idiota. —Sonrió complacido. Tomó mi mano alzada y la llevo a su corazón acercandose más a mi. Traté de alejarme con fuerza pero mi cuerpo no está en su mejor punto.
—Tal vez, pero ya no me importa, dejo de hacerlo desde que ella decidió irse.
—Fue tu culpa y lo sabes. Tal vez por eso tienes miedo de ella, por que sabes que es tu culpa. —Escupí molesta. JungKooK solo se mantuvó en su lugar.
Tomó mi mejilla y me jaló hacia él haciendo que chocará contra su pecho. Su olor comenzó a hacerse más fuerte lograndome sentir más débil, me sentía más vulnerable. Alzó mi rostro y pronto sus labios estaban sobre los míos. Me besaba con lentitud y aquello me tenía sorprendida y desorientada.
Se sentía bien y pronto le correspondí. Me alzó en sus brazos y me llevo hasta una mesa donde me seguía besando con más cierta, apretó mis muslos y yo rodeé su cuello con mis brazos. Se sentía tan bien. El calor subió más en mi cuando rozó entrepierna contra la mía de manera suave, solté un pequeño gemido. Lo apreté más a mi.
Mientas seguíamos besándonos.
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.-Toda una loquilla la Maya-
Besitos bai<3
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RETURN
Fanfiction5 diferentes especies divididas por un bosque en el cual cada que entras no vuelves a salir, al menos no vivo. Una familia entro en aquel lugar y solo una pequeña niña logró salir sin darse cuenta que los fantasmas de aquella noche la atormentarian...