Capítulo 42

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Hedoné, la pequeña Hedoné. Hija de Eros y Psique, la más hermosa, una bebé que a pesar de su corta edad sonreía y mostraba gracia ante la gente, la Diosa Hedoné.

¿Por qué todo el mundo hablaba de esa niña como si fuera un milagro? ¿Hubieran pensado lo mismo de mi? La gente no sabe que ellos no tienen solo una hija, si no, dos.

Por más que quiera matar a esta estúpida bebé que me robo a mi familia, hay algo que me detiene y no tiene nada que ver con que hay un lazo de sangre entre nosotras.

-¿Qué es todo esto Jeannette?-habló Atea molesta.-

-Es una bebé, no lo ves-señale a la pequeña niña sobre un par de ramas simulando una cuna-¿La edad ya te afecto?-

Me senté en un gran árbol de roble sin hojas, la oscuridad invadía todo el bosque por lo que sólo podía distinguir las pequeñas formas a mi alrededor.

-Estas loca, es una bebé. Sabes lo que Zeús pensara, nos matara por tus impulsos de celos, esa niña no era parte del plan-su histeria me rodeo completamente poniendome ansiosa.-

Me levante de mi lugar y sacudi la tierra de mis piernas y mire como pude a Atea.

-¿Por qué ahora te preocupa lo que yo haga? Tú hiciste que hiciera esto, tú dijiste que me vengara de los que me mintieron. Estoy segura que Zeús no querrá tu cabeza por que para él tú, ya estás muerta-sentí un ardor en mi mejilla y de pronto Hedoné comenzó a llorar.-

Toque mi mejilla y mire a Atea molesta.

-Fue un buen golpe, hasta ahora esto solo me confirma que lo que yo digo es verdad. Por tu estúpida avaricia y celos Zeús te desterro junto con Hera ¿no?-La mirada de la mujer frente a mí era un gran poema, daba gracia después de quedarse viéndole por un buen rato.-

-Que graciosa pero, te has puesto a pensár ¿que iba a pasar contigo después de todo esto Jenny? ¿Ibas a ser feliz? ¿Te iban a perdonar? No, claro que no. Tú tomarías mi lugar, te esconderías de todos, de tu hermanita, de Jungkook a y de tu estúpida hermana Maya-la mire con recelo. Ya conozco esta jugada y se que sus mejores cartas son sus palabras, lo sé mejor que nadie.-

-Tú fuiste la que vino a mí en primer lugar-me acerque a ella más hasta tenerla de frente. Hedoné en ninguno momento dejo de llorar cosa que la verdad no me incomodaba, me gustaba.-

-Fuiste una presa fácil, además, tu lazo de hermandad con Maya fue por lo que te quería. Si fueras tan fuerte hubieras escuchado a tu novio y a tu hermana, Jenny no eres más que una marioneta que me devolverá la vida que yo merezco-se dio la vuelta y camino hacia lo espeso del bosque sin antes mirar a la bebé-Y tú ¡CIERRA LA BOCA!-

Cerré mis ojos y respire lentamente, el aire era frío y calaba un poco pero no importaba, ahora, lo que más quería era tranquilizarme y respirar. Golpee con fuerza el árbol de roble a lado mío y grite, Atea cada día conseguía lo que quería y eso me frustrada más. Me detuve un momento y mire a la bebé.

El llanto de Hedoné había cesado y un fuerte viento disparo contra mi. Sabía de lo que trataba todo esto y mi mente débil se dejó manipular pero por más que quiera reparar todo no hay vuelta atrás y lastimosamente un día sufrire las consecuencias.

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