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Victoria Velarde es una chica de 23 años, que sueña con poder abrir un gran restaurante para demostrar sus dotes culinarios y las recetas que le enseñó su padre antes de morir.
Sin embargo, nunca se le ha prese...
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|Editado|
11 de diciembre del 2018.
Victoria Velarde.
Miré a la persona que se acercó a mí y lo primero que noté fue su cabello pelirrojo. Tuve una sospecha de quien era la chica que estaba a mi lado sin hallar las palabras correctas para hablarme, pero gracias al alcohol en mi sistema, lloré más fuerte y la abracé, enterrando mi cara en su vestido de lujo.
—Oh, iba a preguntar si estabas bien, pero veo que no —murmuró Sophie, dudando si acariciarme o no—. ¿Qué haces ebria a estas horas en la calle, chica?
—Yo... Se-Sebastián y Lucía... ellos... yo —balbuceé sin llegar a nada en concreto.
—Entiendo —comentó, dejándome confundida—. Vamos a mi auto, te llevaré a tu casa.
No rechisté, solo me afirmé en ella y dejé que me guiara hasta su transporte. Cuando me dejó en los asientos de atrás, subió rápidamente, sacó un rollo de papel higiénico y luego, me lo tendió sin decirme nada. Además, rebuscó en su cartera para después pasarme una botella de agua.
—Bebe, te hará bien —asentí.
—Gracias —le agradecí en un susurro.
Después de que comenzara a conducir, volvió a hablar—. ¿Sabes?, el tiempo que estuve con Sebastián siempre tuve la sospecha de que hubiera algo más entre Lucía y él que una sola amistad, porque... —aquello me hizo sollozar. Arranqué un trozo del papel y me soné la nariz, para después, seguir llorando—. Lo siento, no suelo encontrar a menudo a la actual pareja de mi ex borracha en la calle. No soy muy buena consolando.
—Es un imbécil.
—Pensé que eso ya lo sabías —hice un mohín recordando el momento exacto en el que vi a Lucía y a Sebastián besarse—. ¿Puedes poner en la aplicación tu dirección? —tomé su celular y cuando ya lo había hecho, se lo entregué nuevamente.
—Lo peor es que mi mejor amigo me dijo que entre Lucía y Sebastián pasaba algo —llevé la boquilla de la botella a mi boca con mucho cuidado de derramar, ya que sentía que mi mundo se movía por completo.
—¿Eso te dijo? —asentí—. Pero, ¿cómo te lo dijo?
Fruncí el ceño, desconcertada, pero igual le conté—. Ayer, mi mejor amigo dijo que quería hablar conmigo. Luego me dijo que creía que Lucía y Sebastián se habían acostado y que su casi novia, nunca le respondía si ya había superado a Sebastián.
—¿Y le creíste? —me encogí de hombros.
—No del todo, pero quedé dudando y ahora... —aguanté un chillido y volví a sonarme la nariz—. Los vi besándose, yo...
—Creo que los cuatro están mal —me cortó—. Tu mejor amigo por andar pensando cosas raras y decírtelas, en vez de preguntárselas a Lucía directamente. Tú por carcomerte la cabeza con lo que te dijo él. Sebastián por no haber frenado a Lucía cuando supo que ella andaba detrás de él y Lucía por besarlo.
