Los Malik, eran una familia adinerada, su fortuna estaba invertida en diversos negocios, tenían acciones en las empresas más populares y por si fuera poco eran dueños del Centro Comercial más concurrido de Londres, "Coal Drops Yard".
Zayn Malik era el único nieto y heredero de todo este imperio construido por Walter Malik. Al terminar su maestría en Administración, su padre lo había puesto en el cargo de Sub- Gerente del Centro Comercial. Aunque Yaser Malik estaba a punto de retirarse por lo que pronto pasaría a ser el Gerente absoluto.
Desde la construcción del Coals, diferentes negocios habían ido y venido, otros habían sido remodelados, trataban de incluir variedades para los visitantes, haciendo del Coals un grandioso lugar, Yasser Malik se aseguraba de ofrecer el mejor servicio en los diferentes departamentos, él mismo se encargaba de aprobar a los dueños a cargo de los distintos negocios antes de rentarles los locales, era un hombre muy sociable y hasta el momento no había tenido problema con ninguno. Zayn estaba más en la parte administrativa y de las finanzas, en él tiempo que llevaba trabajando nunca había interactuando con los propietarios de los locales, a pesar de que en algunas ocasiones se paseaba por el lugar, nadie sabía que era el heredero de los Malik.
Esa tarde el pelinegro se dispuso a explorar el lugar, y la pintoresca cafetería "Dulce delicia" llamó su atención, miró la vitrina de los pasteles que estaban en el menú y se veían deliciosos.
Justo en ese momento un chico castaño, bien parecido se acercaba para colocar un nuevo pastel en la vitrina. El pelinegro fue atraído por el dulce aroma.
—Buenas tardes, —habló Zayn, llamando la atención del chico,— ¿Puedo tener una rebanada de este pastel recién hecho?—a pesar de que el chico lo había notado parecía estar en shock, el pelinegro lo miró confundido, pasó la mano frente a sus ojos para sacarlo de su trance pero no tuvo éxito.
—Hey! Liam!—lo sacudió un chico de ojos azules, —te están hablando.
Un sonrojo tiñó las mejillas del muchacho, que apenado y nervioso se dispuso a tomar la orden de Zayn.
—En un momento se lo llevó, puede elegir la mesa que quiera, —dijo el chico amablemente y Zayn eligió una cerca de la salida.
[...]
—Wow, ¿Viste eso Lou?—hablo el castaño de nombre Liam, —¡es él!—exclamó.
—¿Quién?—preguntó Louis confundido.
—Mi príncipe, —dijó Liam, y el ojiazul recordó que un par de semanas atrás, cuando él castaño había ido a comprar sus almuerzos, aseguraba haber encontrado a su príncipe, desafortunadamente Liam podía llegar a ser muy tímido, por lo que no hizo el menor intento por hablar con él.
—Ah, ya veo, es guapísimo, — concordó Louis, —ahora date prisa con su pastel antes de que se aburra de esperar y se marche.
—Tienes razón, —dijó Liam, cortando una grande rebanada y sirviendo el café que había ordenado. El castaño dejó la orden frente al pelinegro, y tras recibir un agradecimiento volvió al mostrador.
—Es tan guapo, —suspiró de nuevo.
Louis sonrió en su dirección, pues Liam no solía encontrar atractivo a cualquiera, pero le daba la razón, el pelinegro enfundado en un traje azúl claro, parecía un supermodelo, aunque a leguas se veía que era un serio hombre de negocios.
Liam era él dueño de "Dulce delicia", a pesar de sólo tener diecinueve años, Yasser Malik había confiado en él para rentarle el local, el hombre había quedado maravillado con los postres que el chico preparaba.
Liam y Louis eran los mejores amigos, se habían mudado desde Wolverhampton, su pequeño pueblo, él castaño tratando de independizarse de su sobreprotectora madre, y Louis que amaba cantar había ido tras su sueño, ya que en Londres había varios cazatalentos. Durante el día Louis trabajaba con Liam en la cafetería y por las noches cantaba en un bar, confiaba en que alguien notaría su talento.
—Oye Li, ¿Porqué no me habías contado que te gustaban un poco mayores? —dijó el ojiazul tratando de calcular la edad del pelinegro. Por muy atractivo que fuera, el chico se veía un más grande que Liam, Louis consideraba que su deber como mejor amigo era protegerlo, el castaño no había tenido ningún noviazgo anteriormente y el ojiazul no estaba seguro de que aquél hombre de negocios fuera el indicado para ser el primer novio de su mejor amigo.
El castaño volvió a sonrojarse.
—No se ve tan mayor, —se defendió Liam, —además los chicos de nuestra edad solo buscan pasar el rato, no están en busca de nada formal.Louis se quedó pensando cuando él castaño hablo nuevamente.
—Oh, ya se va, —dijó Liam algo desesperado. —¿Tu crees que debería ir y ....—pensó demasiado tarde en acercarse, pues el pelinegro ya estaba cruzando la puerta de la cafetería.
—Descuida Li, ya son dos veces que lo ves, no dudo que lo encuentres de nuevo, —le confortó el ojiazul, todavía poco convencido—. Aprovechando que hay menos clientes, ¿Porque no grabas tu videoclip con el pastel del día?
A pesar de que su cafetería tenía bastante éxito, no siempre había sido así, por lo que al castaño se le había ocurrido darse a conocer en las redes sociales, así más gente consumiría en su local. A diario publicaba fotos de sus postres en Instagram y subía historias invitándolos a visitar su cafetería, como el castaño realmente amaba cocinar había decidido abrir también un canal de Youtube, donde todos los fines de semana subía una nueva receta.
El castaño era realmente adorable por lo que tenía un considerable número de seguidores que quedaban aún más encantados al degustar sus preparaciones.
—De acuerdo Lou—dijó Liam animado. —Mmm, vamos a recomendar el pastel que pidió mi príncipe, el de chocolate y frutos rojos.
Louis asintió, tomó el teléfono de Liam y se dispuso a grabarlo.
—Hola a todos, —hablo Liam hacía la cámara, —el día de hoy les quiero recomendar esté pastel, —dijó mostrando su rebanada, —es de chocolate y frutos rojos, realmente está delicioso, vengan pronto porque se acaba! —finalizó con una hermosa sonrisa.
Louis levantó el pulgar y subió la historia. —Bien hecho Li, — iré a preparar más té, recuerda que después de que publicas algo este lugar se llena.
El castaño sonrió, estaba satisfecho con su trabajo, desde que había pisado Londres las cosas habían salido bien, al principio el y Louis habían rentado un pequeño piso, pero ahora que habían generado algunas ganancias estaban a punto de cambiarse a un departamento más grande. Las cosas no podían ir mejor, solo esperaba volver a ver a su hermoso príncipe pelinegro.
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