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El pelinegro estába en una cafetería con Gigi, la rubia le había insistido tanto que terminó aceptando.

— Vamos, come tu pay de zarzamora, — dijó Gigi, — es tu favorito y nisiquiera lo has probado.

— Bueno Gigi, antes era mi favorito pero ya no me gusta más, — dijó el pelinegro.

— Oh, — Gigi hizó una mueca, — bueno podemos pedir otra cosa.

— Gracias, pero tengo una reunión dentro de media hora, — dijo Zayn, — debo irme, — agregó sacando su tarjeta. La rubia simplemente lo miró.

[...]

Cuando el castaño llegó a su cafetería se dió cuenta que ya estaba abierta.
—Harry, ¿decidiste madrugar, eh?— bromeó el castaño.

— Si, uhm ayer Louis me dejó las llaves, — explicó el rizado entregándoselas, — pensé que no tenían otras.

— Gracias, — dijó Liam, — en realidad pensaste bien, bueno iré a la cocina, ¿Puedes terminar de limpiar?

— Sí, — sonrió Harry. — Yo me encargo.

Liam fué y empezó con su rutina, lavarse las manos, checar los moldes, sacar los ingredientes, etc. Louis llegó cerca del medio día, Liam ya había colocado los primeros pasteles en la vitrina y estaba terminando de decorar los recién horneados.

— Oh, te ayudaré con eso, — dijo Louis, — sabés que me encanta ayudar a decorar.

— Bien, — sonrió Liam, — en ese caso llevaré este, — dijó tomando un pay que acababa de enfriar, — creo que Harry necesitará ayuda.

Cuando el castaño estaba por acomodar, una chica le pregunto si podía atenderla.
— Disculpa, llevo cerca de diez minutos aquí y no me han atendido, — dijó un poco molesta. — ¿Tomarás mi orden?

— Disculpa, ¿Qué va a ser?— preguntó el castaño amable, todavía sosteniendo el pay.

Harry que terminó de llevar la orden de un chico, dijó.
— Oh, dame eso Li, ahora lo acomodo.

Pronto Louis se unió a ellos, y pudieron atender a todos los clientes, el castaño iba a servir otro café cuando una señora de mediana edad protestó. — Oye, ésto sabe horrible!— dijó señalando una rebanada de pastel de chocolate.

— Debe haber una confusión, — dijó Harry, — podemos cambiarselo.

— Oh, no — dijó la mujer, — ¡prueba tu mismo!

La mayoría de los presentes, empezaron a dar quejas similares, el castaño estába un poco confundido.

— De acuerdo— dijó Liam, — yo lo probaré, — tomó un bocado del pastel de chocolate y sintió un sabor extraño, no pudo evitar hacer una mueca.

— ¡Y huele ésto!— exigió una joven mostrándole otra rebanada, — este olor es horrible.

— Dios yo...— el castaño no sabía que decir.

— ¿Devolveras nuestro dinero verdad?— preguntó otro de los clientes.

— Es...— miró a Louis, — por favor encárgate de devolver el dinero— dijó Liam.

Cuando todos se marcharon el castaño probó pastel por pastel. — Ellos tienen razón, pero no entiendo que pasó, — dijó Liam, — nunca había hecho un pastel tan malo.

— ¡Los ingredientes!— dijó Harry,— ¿Checaste la caducidad?

— Siempre lo hago, — dijo Liam, — todo está en buen estado.

Dulce DeliciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora