— Liam, ¿Por qué no me habías contado nada sobre ese beso?— preguntó el ojiazul cruzándose de brazos.
— De todas formas no fué nada especial, — dijo el castaño encogiéndose de hombros.
— Joder, ¿Estás bromeando?— dijó Louis, — ¿cómo no va a ser especial?! ¡si ese fué tu primer beso!
El castaño abrió los ojos reaccionando a las palabras de Louis. — ¡Es verdad! ¡ese fué mi primer beso! ...y fué un accidente — Liam lo miró alarmado y procedió a contarle lo ocurrido en el súper.
— Bueno, ¿No estás feliz? Al menos fué con tu príncipe, — bromeó Louis.
— Él ya no es más mi príncipe, ese príncipe tiene la lengua muy afilada, — agregó haciendo referencia a los duros comentarios que le había hecho a su pastel.
— Deberías darle otra oportunidad Li, — dijó Louis, — el chico no se ve tan malo. Creo que sería bueno que lo conocieras, — tomó su celular para checar la hora, — por cierto Li, Karen llamó, dice que tú no atiendes sus llamadas.
— Oh no puede ser, — gimió Liam algo frustrado. Karen era una buena madre, sin embargo en la adolescencia había tratado de sobre-proteger al castaño, era una de las razones por lo que esté había hecho todo lo posible por independizarse.
Aunque Karen había reflexionado sobre su comportamiento, ahora lo que trataba de hacer era buscarle un novio a Liam. Cuando el castaño confesó que era gay, no le tomó mucho tiempo asimilarlo pero desde entonces había tratado de emparejarlo con los hijos de sus amigas, desde la perspectiva de Liam todos eran demasiado arrogantes o poco agraciados.
— ¿Qué dijó exactamente?— preguntó Liam.
— Qué mañana viene, dijó que quería conocer nuestro nuevo departamento, — dijo Louis, — también mencionó algo de que te asegures de estar presentable.
— Eso sólo significa que—
— Trae a alguien con ella, — completo Louis, — lo siento Li pero la vez que le dijimos que yo era tu novio nos atrapó,— y esque a pesar de Louis era gay, él y Liam habían sido amigos desde los ocho años, y se veían el uno al otro como un hermano por lo que cuando Karen pidió que se besaran frente a ella ninguno se atrevió.
— Definitivamente hoy no es mi día...— dijo Liam.
[...]
Al día siguiente, Louis se había encargado de llevar los pasteles ya que el castaño recibiría a Karen. Cerca de las nueve de la mañana Liam recibió un mensaje de ella anunciado su llegada.
El castaño arregló el saco azul que había decidido usar y bajó a recibirla. Karen ya lo esperaba y al lado de ella estaba un muchacho bajito con lentes sosteniendo unas flores.
— ¿Mamá?— dijó Liam confundido.
— Vamos dame un abrazo Liam, — ordenó Karen, — no te he visto en semanas e ignoras mis llamadas.
— He estado muy ocupado con la cafetería, — aseguró el castaño.
— Bien, — dijó Karen cuando se soltaron, apartándose de su acompañante — quiero que conoscas a Michael, es el hijo de Katherine mi amiga, ya te he contado de ella.
— Mamá, — dijó en voz baja —no tienes que presentarme a nadie, yo ya tengo un novio, — mintió.
— No te he conocido a ninguno, — dijo Karen, — así que por favor comportate, es un excelente partido.
Volvieron junto al muchacho, y Karen hablo. — Liam, él es Michael, Michael él es mi hijo Liam.
El castaño trató de darle un amable saludo al chico, como su madre lo ordenó, pero en cuanto esté dejo un beso baboso en su mejilla no pudo evitar la mueca, cuando ellos se giraron para entrar tomó un pañuelo para limpiarse.