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—¿Ya me vas a decir a dónde vamos?—preguntó Liam con curiosidad, mientras el pelinegro conducía sin darle alguna pista.

—Lo siento pastelito pero no te diré, —sonrió el pelinegro.

Liam rodó los ojos y tomó su celular para revisar sus redes sociales, el pelinegro lo había sacado de la cama trás los primeros rayos del sol, apenas y había dejado que se duchara antes de pedirle que salieran, sin darle más detalles.

Al poco rato Liam se quedó dormido y Zayn sonrió, había planeado llevar al castaño a una cabaña que tenía a las afueras de la ciudad, toda la semana había tratado de llevarlo a una cita pero había fracasado, primero lo llevó a un popular parque de atracciones, en los primeros juegos lo pasaron bien pero cuando el castaño tiró de él emocionado por ir a la montaña rusa, Zayn se lo pensó mejor y se negó a subir.

Cuándo planeó la cita no tomó en cuenta el pánico que aún le causaban las alturas, cuando el castaño se dió cuenta de su incomodidad le dijo que no importaba y que podían volver a casa, Zayn lo tomó en un abrazo mientras se disculpaba por arruinar la cita, a pesar de que Liam había dicho que no pasaba nada.

La segunda vez planeó llevarlo a una cena romántica, pero de nuevo las cosas salieron mal, tratando de sorprenderlo decidió cocinar el mismo. El castaño llegó justo cuando Zayn estába a punto de sacar el platillo del horno, sólo para descubrir que todo estaba quemado, nuevamente Liam lo había tranquilizado pero el pelinegro se sentía culpable.

Finalmente se detuvo en la bonita cabaña, había optado por preparar sandwiches y comprar rosquillas y café, esperaba que fuera suficiente para sobrevivir. Salió del auto y comprobó que él lugar estuviera en buenas condiciones, a lo lejos se podía observar un pequeño lago, en lo personal no era tan bueno nadando, pero sólo planeaba que el y Liam se sentarán en la orilla, disfrutando del paisaje y hablando de todo y nada.

Cuando volvió al auto, el castaño se removió en el asiento, Zayn aprovechó para despertarlo, Liam se aferró a su torso y el pelinegro lo llevó cargando al interior de la cabaña.

—¿En dónde estamos?—preguntó el castaño cuando Zayn lo depósito en un enorme sofá.

— Es una cabaña, explicó el pelinegro, —mis padres solían traerme algunos fines de semana a este lugar, tiene un paisaje hermoso, pensé que tal vez nosotros...

— Me encanta, — interrumpió Liam, — esté lugar es muy acogedor y tranquilo, es el lugar perfecto para que hagamos el amor por primera vez.

Zayn abrió mucho los ojos, por supuesto que deseaba a Liam pero esa no era su intención al llevarlo ahí.

—Bebé, no... —tomó aire, —mi idea es que tengamos una cita y...

—¿No tuvimos citas toda la semana? —preguntó el castaño.

—Fue un fracaso, —dijo Zayn.

—Claro que no, —dijó Liam, yo la pasé muy bien a tu lado, le tendió la mano al pelinegro para que la tomara, — entiendo si no quieres que demos ese paso aún pero en verdad no necesito que te comas la cabeza pensando en la cita ideal, Zaynie, así me lleves a mi propia cafetería para mí será perfecto.

El corazón de Zayn latió con fuerza, por fin sonrió, se sentó aún lado del castaño para poder besarlo.
—De todas formas espero que te agrade esté lugar, —dijo separándose del beso, — he traído algunos bocadillos, y ...—el castaño se acomodó en su regazo tratando de dar besos en su cuello, Zayn jadeó. —¿Estás seguro que quieres hacer esto?— preguntó mientras correspondía besando el cuello del castaño por igual.

Liam lo miró a los ojos y asintió. —Si quieres que esperemos lo entiendo, pero estoy listo.

El pelinegro lo tomó nuevamente en sus brazos y lo llevó a una pequeña habitación. —Me encantas, —dijo mientras lo ayudaba a quitar su chaqueta de mezclilla y su camiseta.

No les llevo mucho tiempo en desnudarse, Zayn trató de ser lo más delicado posible, estaba ansioso por tomar a aquél dulce castaño pero jamás le haría daño.

[...]

Los dedos de Liam se cerraron en la cabecera de la cama, con las rodillas alrededor de las caderas de Zayn, apenas apoyado contra las almohadas mientras Zayn empujaba en él, profunda y lentamente.

—Mírame, —Zayn pidió suavemente. —Quiero ver tus ojos cuando te vengas.

Liam abrió los ojos y miró a Zayn, el dulce avellana mostraba lujuria. —Eres tan hermoso, —le dijo Liam, su corazón latiendo fuertemente en su pecho. Su aliento atrapado en la garganta nunca se imaginó que su primera vez sería tan maravillosa.

Zayn lo movió suavemente y cambió el ángulo de sus embestidas, su pene rozó el punto más sensible de Liam.

— ¡Zayn!— jadeó tratando de recordar cómo respirar, mientras oleadas de placer pulsaban a través de él.

—¿Estás bien?—Zayn preguntó, inclinándose para comprobar al castaño.

—¡Sí! Bien ahí. Oh Dios, ahí mismo!—Liam balbuceo. —No te detengas.

Su orgasmo comenzó a cosquillear en su estómago, su erección a punto de explotar. —Estoy aquí, bebé,—Zayn lo calmó, cerró los dedos alrededor del pene de Liam agarrándolo con firmeza. Liam gimió y mordió su labio
desesperado por no gritar, nunca había pensado que el sería realmente escandaloso al hacer el amor.

La sincronía de los movimientos de Zayn nublaban su mente. Realmente lo amaba. Sus párpados se cerraron con la intensidad de los sentimientos que el acto le reveló.

—Mírame... quiero verte.—Pidió Zayn.

Liam no pudo contenerse por más tiempo. —Voy a venirme—murmuró, aferrándose a los hombros de Zayn.

Los golpes de Zayn eran más rápidos. — Hazlo. Estoy aquí, bebé.

Liam se aferró aún más al pelinegro mientras su orgasmo pulsaba a través de él, salpicando chorros calientes sobre sus torsos.

Un par de embestidas más y el pelinegro cerró los ojos, siguiéndolo por el borde, perdiendo todo el control mientras llenaba el interior de Liam.

Se miraron con sonrisas perezosas, y miradas de amor, Zayn dejó un beso en la frente de Liam antes de salir de su interior. Se levantó de la cama para buscar una toalla y poder limpiarlos.

Liam trató de sentarse pero sus muslos temblaban demasiado y sintió una punzada en su trasero.

—¿Estás bien?—Preguntó Zayn inmediatamente preocupado.

—Mmm,—Liam murmuró, tratando de moverse de nuevo. — Bien, pero eres enorme.

Zayn rió en voz baja, terminó de limpiarlo y los cubrió con una manta. — Vamos a dormir un poco, todavía quiero que vayamos al lago. Liam le sonrió mientras se abrazaba a Zayn para tomar la siesta.

Dulce DeliciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora