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Las alarmas dejaron de sonar y la paz se instauró en Straggrid.
Habían derrotado α la resistencia.

Pero temporalmente.

Puse los ojos en blanco cuando el carro y los caballos se pasearon por la calle de piedra del castillo al coro de todos esos burgueses.
Todos parecían destilar felicidad por seguir siendo los más ricos y poderosos de la comarca. ¿Era realmente tan necesario no compartir las migajas del pastel con los miles de blancos que morían cada día?
Tampoco íbamos α pedir clemencia.

¿Querían guerra?

Dejadme deciros algo:

Cuando realmente alguien ha pasado hambre, cuando la mierda no le llega al cuello, si no que α la boca, y ha descubierto realmente α qué sabe... En ese momento, en ese puto momento, es cuando sabe que no tiene nada que perder;

Y ese era nuestro caso.

Detrás de la puerta de la cocina observé como el grandioso Zayn bajaba del carruaje rojo sin ningún pelo mal puesto, con el mismo rostro niquelado de siempre y las vestiduras más caras de todo el reino.

Curioso el hecho de que, pese α que nos odiaran, fuéramos nosotros los que liberáramos sus astutas y sucias batallas. Obligados α combatir con nuestras familias.

Mi mente rápidamente se dirigió hasta el rostro aniñado e infantil de Niall. ¿Le habrían hecho daño? Tenía claro que iba a matar α sangre fría α quién osara poner en peligro la vida de tal ser lleno de vida.

También sentía que la culpa de que él estuviera allí, solo, recaía sobre mis hombros.

Cuando estuvo en tierra firme, todo el mundo estalló en aplausos.

Quise vomitar.

Zayn saludaba α todo el mundo en un gesto cantarín y carismático. Me gustaría mucho saber que le pasaba por esa caótica mente.

Veinte minutos, sin exagerar, después, salió Harry, junto α un hombre aún más alto que él. Mis ojos rápidamente avisparon que sus brazos estaban muy juntos. Entrecerré los ojos, sintiendo algo extraño. Había visto α millones de personas importantes a su lado, pero había algo confuso en ese gesto.

La multitud también lo alabó, pero el rizado pasó de ellos como de la mierda, al igual que el otro hombre de tez morena.

Empezaron α caminar con determinación y dejaron α Zayn detrás, quién estaba hablando con soltura con unas damas que parecían comérsele con la mirada.

Bufé, regresando α la cocina.

- Ni que hubieran descubierto la cura del cancer. — Comenté, volviendo α mi antiguo lugar junto α Luke.

Él sonrió, pelando algunas patatas.

- ¿Celoso, amor?

Solté una risa nasal.

- ¿Celoso de qué? — Me burlé.

Se relamió los labios.

- De la atención.

Lo miré con incredulidad.

Luke y yo habíamos pasado todo ese tiempo juntos. Solo cuando podíamos ingeniar un plan para hacerlo.

He de admitir que, aunque eso hubiera ocurrido, no habíamos vuelto α tener ningún contacto... directo.

Child's Play [Larry Stylinson] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora