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Nunca antes había sentido tanto dolor.

Mi omega chillaba dentro de mí y yo estaba perdido y asustado. Me sentía enfermo.
En algún momento empecé α respirar con dificultad; no sé si eran imaginaciones mías pero en mis pulmones solo entraba humo. Un humo que estaba muy lejos.

Nunca antes había llamado tanto α Harry, y nunca antes lo había sentido tan ausente.

Y me sentí abandonado por todo el mundo.

Ya no conservaba α absolutamente nadie en mi vida y no era precisamente porque yo lo hubiese escogido.

Di algunos pasos más antes de caer de rodillas junto α una finca.

Pero pude reconocerla.

Era esa finca.

Con los ojos aún entrecerrados y aguados, incliné la cabeza.

Solté un sollozo de puro dolor e impotencia.

Un balazo me hubiera dolido menos.

Ese roble blanco que tanto conocía me dio la bienvenida de nuevo α Untoine.

Y lloré como nunca antes.

Ni siquiera sabía que sentía.

Clavando las uñas α la yerba, volví α levantarme, siseando. Me ocupé de agarrarme bien α la valla.

Me acerqué α pasos lentos, mis pies fallando α cualquier vulto que la tierra mojada poseyera. No aparté la vista del árbol, y este, poco α poco, fue recobrando un color más natural. Menguó. El tronco pareció repararse. Pestañeé unas cuantas veces, absorto en las hojas que parecían crecer por momentos.

- Llegas tarde. — Una voz aniñada resonó por toda mi cabeza, y esta me dolió como nunca.

Me llevé las manos α las orejas.

Y casi me da un infarto cuando vi α alguien salir de detrás del roble. Mi corazón se detuvo y aguanté el aire.

Cuando vi quién era, mis piernas no aguantaron más.

Dejé caer todo mi peso al suelo, de rodillas.

Esos ojos verdes y brillantes me miraban con atención.

Pude reconocer ese caro y gracioso traje, con un pequeño pañuelo azul con cenefas blancas, perfectamente doblado en el bolsillo.

Ese Harry de corta edad dejó de sonreír cuando me vio. Una astilla se me clavó en el alma al ver como sus hoyuelos desaparecían.

Astilla.

El cuello ensangrentado de Simon apareció como un flash en mi mente y cerré los ojos, soltando algunas lágrimas.

Nunca antes había matado α nadie.

Sentí como el pánico me invadía.

- Louis, ¿Qué pasa? — La voz de Harry más cerca de mí.

- No eres real. — Murmuré.

Harry frunció aún más el ceño.

- ¿Tú madre...? Dios mío Louis — Sus ojos se humedecieron. —. Lo siento tanto... ni siquiera sé que decir.

Fruncí el ceño, tapándome aún más las orejas.

La cabeza me dolía horrores. Temblaba, tenía ganas de vomitar.

- ¡No eres real, cállate!

¿Me estaba volviendo loco?

Harry se acercó lentamente α mí, y yo solo pude apartarme con apuro, pero, finalmente, este pasó de largo.

Child's Play [Larry Stylinson] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora