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19
No había luz alguna, pero mi reloj biológico me despertó. Tenía frío.
Cuando mis ojos se acostumbraron a la oscuridad, pude ver α Harry removiéndose por la habitación.

Se estaba vistiendo.

Sus músculos de la espalda se tensaban mientras corría su camisa.

Aparté la mirada y carraspeé.

Se dio la vuelta con tranquilidad.

- He llamado α seguridad para que te lleven de nuevo α tu celda, o α hacer tareas. Lo que sea — Se hundió de hombros. —. No sé que os toca limpiar hoy α los lobos blancos.

Vale.

Wow.

Eso había sido...

Negué con la cabeza.

No; ni de coña. No iba α ser la típica escena donde el tío corre al otro después de haberse acostado — Que ni lo habíamos hecho, gracias al cielo. —. Yo no iba α enfadarme. Harry me la sudaba completamente.

- Vale. — Solté, saliendo de la cama.

Y en otro arrebato de valentía, ni siquiera me lo pensé; decidí actuar como él, desinteresado.

Yo era mil veces más frío y hermético que ese imbécil.

Me saqué la camisa de repente, quedándome en calzoncillos.

Pero él no me miraba.

Fruncí el ceño.

- ¿Dónde está mi ropa?

Harry se dio la vuelta distraídamente hasta que se detuvo, con los ojos fijados en mí.

Abrió y volvió α cerrar la boca.

Me di una palmadita en la espalda mentalmente.

- ¿Y bien? — Demandé.

Su expresión de mierda no volvió α tardar en aparecer.

- En el suelo; dónde la dejaste.

Asentí, pasando por su lado con tranquilidad fingida.

Me quemaba solo la piel de saber que tenía la mirada postrada en mi vulnerable y huesudo cuerpo.

Una vez me la hube puesto. No sé muy bien si él me miraba o no, ya que traté de no mantener contacto visual, me dirigí con un poco de rapidez hacia la puerta. Traté de abrirla, pero estaba cerrada.

- No puedes salir hasta que no venga el carcelario.

Tan solo bufé, sentándome en el sillón más próximo.

El rizado me echó la última mirada y siguió vistiéndose.

¿Era yo, o estábamos manteniendo el momento más incómodo que habíamos compartido ?

Quise añadir mi pedacito de arena:

- ¿No les va α parecer extraño que me hayas obligado α venir aquí? — Pregunté de repente. —. Es obvio que yo no puedo moverme por el castillo α voluntad propia.

No me contestó rápidamente; se tomó su tiempo escogiendo cual pretenciosa y cara chaqueta iba α ponerse ese día.

Quería romperle un jarrón en la cabeza.

- Soy intocable aquí; inmortal. No pueden decirme nada.

Prepotente.

Child's Play [Larry Stylinson] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora