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La, rara, pero reconfortante charla con Niall me abrió el apetito. Comí como nunca bajo la atenta mirada de una cocinera; la cual era una loba negra. Pero había algo distinto en ella.

Muy distinto.

- ¿Queréis algo más? ¿Pan, jugo... galletas, quizás?

Niall asintió con la boca abierta, mientras que yo, por lo contrario, negué. Sentía que la podíamos estar molestando.

Cuando comenté eso en voz alta, ella pareció escandalizarse.

- ¡Claro que no! — Chilló. —. Sóis los primeros lobos que pisan esta cocina y aceptan mi comida sin poner pegas. — Puso los ojos en blanco. —. En serio.

Sonreímos ligeramente.

- ¿Quién no aceptaría estas maravillas? — Musitó Niall, masticando con la boca totalmente abierta y llena de migajas. Yo negué con la cabeza, avergonzado.

Sonrió.

- El mismo cachorro mimado y excéntrico al que llevo cuidando desde antes de que se pusiera esa piedra horrible en la nariz. Puede que vosotros lo conozcáis como "señor", o "rey"... Como le llaméis los jóvenes.

- Nosotros lo llamamos basura humana. — Escupió el rubio, con una sonrisa de oreja α oreja.

Le miré mal. Literalmente, esa señora acababa de aclararnos que le cuidaba desde que era pequeño; por lo que le tendría algún tipo de cariño.

Ella simplemente largó una carcajada cantarina.

- Es inofensivo, de verdad. — Aseguró.

- ¿Zayn?

Asintió.

- No es más que un crío jugando α ser mayor. — Se hundió de hombros. —. Es un perro ladrador, pero poco mordedor. Si señor. Puede pareceros algo hostil, pero antes no era así, no. Recuerdo que — Sonrió ligeramente, pelando con avidez unas patatas. — cuando era pequeño siempre me pedía que jugara con él. Antes me consideraba una chica "guay" pero ahora se cree demasiado mayor para que le lea cuentos.

Me permití α mi mismo imaginarme α un Zayn de cinco años, aún siendo un ser tierno y de ojos oscuros y saltones.

- Lo cierto es que sus padres no estaban mucho por él. Es normal, ¿Sabéis? Estaban muy ocupados. Entonces se colaba en mi habitación y me obligaba α distraerle con cualquier tontería que tuviera en mente. — Negó con la cabeza. Sus ojos brillaban, parecían esconder algún sentimiento reprimido. Rápidamente, su sonrisa se convirtió en una mueca triste. —. Hasta que llegaron los Styles. — Mi estómago se encogió. Niall levantó la cabeza para observarme, pero yo solo traté de seguir con la vista fijada en esa señora de voz dulce. —. No tenéis ni idea de lo contenta que me puse cuando Zayn encontró α su primer y único amigo; Harry.

Oír su nombre me provocó una especie de sensación extraña.

Hizo una pausa para limpiarse y enjuagarse bien las manos.

- El castillo nunca antes se había llenado de tanta familiaridad... de... esas risas propias de niños inocentes. Zayn no lo admitirá, porque es el ser más testarudo que existe, pero conocer α Harry fue lo mejor que le podría haber pasado α un niño en esas circunstancias. Poco habituales, he de decir. No siempre uno es el hijo de los reyes de una comarca. — Pareció reparar en algo. —. ¿Conocéis al Lord, verdad? Un chi... hombre de ojos verdes y pelo rizado. Claro que lo conocéis; supongo que os habrá estado entrenando. — Pronunció, segura.

Yo me limité α asentir.

- Lo conocemos. — Coincidió Niall.

Ella asintió.

Child's Play [Larry Stylinson] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora